De los gestos a los hechos
De los gestos a los hechos
Cuando hablamos de seguridad en la construcción, la tarea más importante –y a la vez complicada- es sacar del cajón las ideas para que se hagan realidad, trasladar a la obra los proyectos sobre el papel, llevarlos al tajo en definitiva. Hablando desde la propia experiencia, a día de hoy es posible afirmar que el sistema de calidad ISO 9001:2000 que Applus+ Seguridad tiene certificado para el Desarrollo e Implantación de Planes de Seguridad y Salud en Obras de construcción es una realidad absoluta, un éxito empresarial y una aportación 100% innovadora (es la única empresa del sector en estar certificada según dicha norma) que conforma un engranaje de trabajo bien sincronizado y que ya ha dado importantes frutos en su aplicación práctica. Es decir, que se ha pasado de los “gestos” a los “hechos”. Veamos cómo.
Tanto la Ley 31/95 como el Real Decreto 1627/97 formulan propuestas de carácter general con objeto de que se transforme en realidad el establecimiento de políticas de prevención eficaces en las empresas. De todos es sabido que, pese a que existen algunas guías o recomendaciones de carácter técnico incluso en construcción, en general la legislación propone marcos de actuación, delimita responsabilidades y sugiere los medios necesarios...pero no define suficientemente.
En el caso de la construcción, la exigencia legal pasa por la creación de determinadas figuras tales como los Estudios o Planes de Seguridad o los Coordinadores de Seguridad. Asimismo, las empresas constructoras han adoptado en función de su tamaño una determinada modalidad preventiva de entre las previstas por la ley: servicio de prevención propio, ajeno o mancomunado.
Pero las dificultades en materia de formación de los trabajadores, la escasa calidad de los proyectos de construcción en materia preventiva y la importante confusión que existe en cuanto a la valoración económica de los Planes de Seguridad en las obras dificulta necesariamente al sector la puesta en marcha de la cultura preventiva. No hemos llegado aún al tiempo de la prevención, aunque, eso sí, empiezan a darse muy notables avances en materia de seguridad.
Una respuesta a la situación actual es la apuesta por la calidad. Un sistema bien articulado que funcione bajo las directrices de una Norma ya muy curtida como la ISO 9001 puede resolver la problemática particular de la seguridad en las obras de construcción.
¿Por qué acudir a la norma ISO 9001:2000 y no a otras propuestas como pueden ser la misma ley 31/95 o la norma OSHAS 18001? La respuesta es sencilla. La norma ISO 9001:2000 bien entendida y bien trabajada es rigurosa allí donde debe serlo, por ejemplo en la aplicación de la ley y por tanto, la ultrapasa en ese sentido, y es asimismo flexible para permitir la mejora continua, por ejemplo en lo relativo a la innovación tecnológica constante, hecho este que la convierte en una herramienta muy poderosa de registro y de creatividad tecnológica aplicada.
La novedad de esta idea no la constituye en sí la norma ISO, desde luego, sino la definición de los procedimientos para asegurar la calidad en la materia de prevención y seguridad en el sector de la construcción entendida como una actividad empresarial específica.
Para hacer efectivo el correcto desarrollo de los requisitos impuestos por la Norma ISO y conseguir conformar un sistema de trabajo certificable bajo las prescripciones de la misma en la actividad de Seguridad en la obra como actividad específica, es necesario reunir un equipo humano determinado que pueda dar respuesta a dichos requisitos. El organigrama que regula toda la actividad es naturalmente piramidal, disponiendo en la base los aspectos operativos, en el centro la oficina técnica y en la cúspide la dirección. El eje sobre el que gira todo el sistema es el comité de calidad que representa el órgano superior de toma de decisiones del sistema.
Las dificultades de creación de un sistema así, en lo referente al equipo humano, radican, por una parte, en la creación de puestos de trabajo completamente nuevos en el sector de la construcción, específicamente dedicados en el ámbito operativo al desarrollo exclusivo de tareas relacionadas con la Seguridad en obra y, por otra parte, en la combinación acertada de motivaciones entre los técnicos y los operarios con objeto de dotar al sistema de calidad de un diálogo eficaz que redunde en la mejora continua, real y efectiva.