Estrategia participativa para gestionar los trastornos musculoesqueléticos en la industria
Estrategia participativa para gestionar los trastornos musculoesqueléticos en la industria
La mayoría de estudios epidemiológicos demuestran que los trastornos musculoesqueléticos (MSD) no tienen un origen único, sino que están relacionados con casi todos los componentes de una situación de trabajo. Es por tanto necesario utilizar un enfoque global.
Es también necesario cambiar de paradigma para que el enfoque de seguridad y salud laboral (que trata de evitar las lesiones laborales y que es visto como una carga financiera y social por la empresa) dé lugar a un enfoque que promueva el bienestar y la productividad. El objetivo de este enfoque es crear un nivel óptimo de salud y bienestar para los empleados y un nivel óptimo de salud técnica y económica para la empresa.
Proponemos una estrategia basada en siete principios:
- Los recursos en técnicos experimentados en salud laboral serán siempre limitados, por lo que deben utilizarse adecuadamente;
- Las competencias de trabajadores, dirección, técnicos en salud laboral y expertos son complementarias;
- Todos los problemas de salud laboral están relacionados entre sí: un enfoque global es indispensable;
- Los trabajadores son los únicos que saben exactamente qué sucede en los puestos de trabajo. Deben por tanto ser actores, y no asistidos;
- El objetivo no es respetar una legislación específica sino buscar la mejor situación de trabajo posible;
- Las evaluaciones cuantitativas de posturas, fuerzas, repetición, etc. no son un requisito previo indispensable para emprender acciones que conduzcan a la situación óptima;
- Hay que diseñar herramientas y métodos no sólo para las grandes empresas sino también tomando en cuenta las características específicas de las PIMEs.
Esta estrategia contempla cuatro etapas:
- Detección: los trabajadores y sus mandos detectan los factores de riesgo, y se elaboran y ponen en práctica las soluciones más evidentes.
- Observación: los problemas que siguen existiendo se estudian más en detalle, individualmente, y sus soluciones se discuten a fondo.
- Análisis: en los casos en que sea necesario se recurre a un técnico en salud laboral para que efectúe las medidas necesarias para elaborar soluciones específicas.
- Expertez: en casos muy particulares y poco habituales se recurre a un experto para que resuelva un problema peculiar.
En las primeras etapas son los trabajadores y sus mandos los que deben poner en práctica los métodos para mejorar la manera en que se trabaja. En las etapas siguientes, se recurrirá cuando sea necesario a expertos y especialistas para que identifiquen soluciones más elaboradas.
Esta estrategia, que se ha puesto en práctica en Bélgica en varias ocasiones, ha logrado que la promoción del bienestar sea más fácil, más rápida, menos onerosa y más eficaz.