¿Escuchar o entender?
¿Escuchar o entender?
Se cuenta en África una anécdota que bien puede ser realidad.
Dicen que en cierta ocasión hablaban un médico europeo y un médico tradicional africano. El médico europeo, clásico desde nuestro punto de vista, ostentaba la profundidad de sus conocimientos en el origen de las enfermedades, su transmisión y los tratamientos avalados por la evidencia.
El médico africano, solo con su cultura tradicional sin ningún tipo de carrera y aprendido su oficio por transmisión de padre a hijo o de maestro a alumno, hablaba de su conocimiento de los remedios que proporcionaba la naturaleza y como los utilizaba.
En un momento de la conversación el médico tradicional africano le pregunta al médico europeo:
- ¿Sabes cual es la diferencia entre vosotros los médicos occidentales y nosotros los médicos tradicionales?.
- La calidad y profundidad de nuestros conocimientos, supongo - Responde el médico europeo.
- No "bwana", no (lo de bwana lo he puesto yo y quiere decir hombre blanco en swahili, pero podía ser "sir" o "padrao"). La gran diferencia estriba en que nosotros visitamos a un enfermo en diez horas y vosotros le dedicáis sólo cinco minutos, a lo sumo.
También se dice que en África "nada es urgente y todo es posible".
Me permito unir las dos ideas expuestas anteriormente y señalar que es la observación paciente de los hechos, las situaciones y los síntomas, en la Prevención de los Riesgos Laborales lo que nos va a dar la clave para comprender la situación y evitar el riesgo.
Debe ser el sentarse a observar, sin reloj en la mano, analizar el gesto del trabajador, que puede haber sido aprendido de forma incorrecta o mal realizado debido a factores externos. Debe ser el reflexionar detenidamente para correlacionar los hechos y volver a observar para comprobar.
El factor tiempo es un bien escaso en nuestra cultura, quizás porque pretendemos hacer más de lo que podemos, y en la Prevención hay mucho de observación y análisis (con método, evidentemente) y el tiempo dedicado es fundamental.