Es urgente la integración del prevencionismo
Es urgente la integración del prevencionismo
En los cinco largos años transcurridos desde la promulgación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, se ha producido un importante desarrollo técnico y normativo, así como un notable esfuerzo de formación de los cuadros técnicos laborales y preventivos de las empresas. Pero lo cierto es que, a estas alturas, existen interrogantes sobre el cumplimiento de las expectativas que se crearon al respecto de la Ley.
En efecto, existen dudas, cuando no pesadumbre, sobre si dicho desarrollo ha contribuido a reducir los índices de siniestralidad de las empresas, y existe cierta desilusión y descorazonamiento en la población estudiantil y laboral, que ha fijado sus expectativas de futuro laboral en el campo de la prevención de los riesgos laborales, y que no acaba de ver los yacimientos de empleo que se auguraron.
Ante esa tesitura, quienes tenemos un mínimo nivel de responsabilidad en la prevención no podemos quedarnos impasibles. Tenemos que ofrecer respuestas. Tenemos que responder a los interrogantes sobre, ¿qué es lo que realmente está pasando?. ¿Nos encontramos ante una Ley inoperante o ante una situación de desobediencia generalizada de la misma, asumida tácitamente por la sociedad? Mi modesto punto de vista al respecto es que la Ley es buena ( recoge la universalidad de su ámbito; precisa las responsabilidades; ofrece un importante margen de juego a los agentes sociales; etc.) y que no existe una situación de desobediencia generalizada, sino una auténtica crisis de desconfianza del tejido empresarial en torno a la rentabilidad económica y social de la prevención. Desconfianza, que hay que imputar a las importantes carencias culturales preventivas del país. Es decir, se hace prevención, pero más por obligación que por devoción.
Asimismo, mi impresión sobre cuál será el futuro de la prevención es que ésta será el auténtico catalizador del desarrollo empresarial a unos pocos años vista. Estoy convencido de que la prevención ha de transformar y revolucionar el mundo laboral muy por encima de lo que lo está haciendo la informatización. Y, por estas convicciones, pienso que la prevención será uno de los principales yacimientos de trabajo del futuro.
En el momento en que dicho tejido empresarial compruebe los logros de la prevención, la demanda de prevencionistas, que ya está apareciendo tímidamente, aumentará exponencialmente.
Pero, ¿Cómo conseguir que se encienda dicha chispa catalizadora? Si bien es cierto que la responsabilidad legal de la prevención es del empresario (punto 2 del artículo 14 de la Ley), no lo es menos que la responsabilidad moral y filosófica de que arranque y entre hasta en los últimos recovecos del tejido productivo es obligación de todos. Me permito recordar a este respecto, la sentencia de Paul Sartre, "todos somos víctimas y todos somos responsables". A este respecto, los prevencionistas, médicos, técnicos, higienistas, ergónomos, ingenieros, psicólogos, etc; hombres de la empresa y del mundo laboral, que tenemos tareas, obligaciones y responsabilidades en la prevención; que amamos nuestra profesión, debemos de unir nuestras voces. Debemos de aunar todas nuestras fuerzas para clamar y para trabajar en favor de la prevención.
Se hace urgente integrar el prevencionismo en una única y fuerte asociación que lidere dicha integración de todo el colectivo prevencionista, con independencia de su profesión o de su ámbito de actuación, debiendo ir encaminado el trabajo de todos los profesionales hacia la implementación de un sistema integrado de la Prevención en todas las empresas.