La calidad del trabajo: de la investigación a la práctica

La calidad del trabajo: de la investigación a la práctica

divendres, 22 maig 2009

Las lesiones del sistema músculo esquelético son frecuentes en todo el mundo. En el ámbito de la salud laboral juegan un papel destacado, ya que son unas de las lesiones más frecuentes.

En un mundo caracterizado por la globalización económica resulta necesario definir, a nivel internacional, qué límites se pueden recomendar para la manipulación manual de cargas. La existencia de una normativa internacional armonizada permite también reducir las ventajas competitivas derivadas de un diseño del trabajo no ergonómico y peligroso.

La “calidad del trabajo” desempeña un papel clave en la Estrategia de Lisboa de la Unión Europea e incluye dimensiones económicas, sociales y medioambientales.

La nueva calidad del trabajo se sustenta en compañías responsables e innovadoras, que compiten con éxito en el mercado mundial y promueven la salud y el bienestar de sus trabajadores.

El ingrediente esencial de la competitividad es ofrecer un trabajo de calidad, lo que implica salarios justos, condiciones de trabajo afines a la salud, el poder de codecisión, una formación continua y la posibilidad de conciliar la vida familiar.

Una encuesta realizada recientemente a trabajadores sobre qué significa un trabajo “bueno y saludable” proporcionó datos interesantes sobre las necesidades de los trabajadores, así como pruebas de una aptitud insuficiente, en las empresas, en materia de gestión. Los resultados subrayaron asimismo correlaciones significativas entre culturas empresariales basadas en trabajadores motivados y en buena salud, y el éxito y la competitividad empresarial.

Estos datos obligan las empresas y los políticos a actuar: deben apoyar la implantación de una cultura orientada al trabajador como herramienta de supervivencia en el mercado, particularmente en tiempos de crisis.

La encuesta delineó cinco sectores que precisan de apoyo e innovación: la salud, la organización y el diseño del trabajo, las destrezas y la formación permanente y la gestión, así como políticas de contratación en consonancia con la evolución demográfica.

Para aumentar la calidad del trabajo y adaptarlo a los cambios demográficos, técnicos y sociales, el flujo entre investigación y práctica debe ser sólido.

Las empresas necesitan consejos, instrumentos y herramientas prácticas para gestionar la adaptación de manera sostenible. Una evaluación de las medidas empresariales realizada conjuntamente por la dirección, los agentes sociales y los expertos es clave para aumentar su aceptación y sostenibilidad.

El flujo que conecta la investigación con la práctica debe tener dos vertientes: los investigadores necesitan conocer de manera precisa las necesidades de las compañías y la eficacia de las medidas que han sido aplicadas. Las compañías, por su parte, necesitan conocimientos e información completa sobre los riesgos emergentes, los últimos avances de la ciencia y las soluciones holísticas que propone.

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