El agotamiento mental impulsa el comportamiento agresivo

El agotamiento mental impulsa el comportamiento agresivo

La fatiga mental prolongada puede afectar áreas cerebrales cruciales para la capacidad de autocontrol de una persona y provocar comportamientos más agresivos.
17 Noviembre 2024

En un nuevo estudio multidisciplinario publicado en la revista PNAS, un grupo de investigadores de neurociencia y economía de la Escuela de Estudios Avanzados IMT Lucca vincula el concepto debatido de "agotamiento del ego" —es decir, la disminución de la fuerza de voluntad debido a su uso previo— con cambios físicos en las áreas del cerebro que regulan las funciones ejecutivas.

“Nuestro estudio muestra que la fatiga mental tiene un efecto medible en el comportamiento y que, cuando se alcanza un cierto grado de agotamiento, las personas tienen más probabilidades de actuar de manera hostil”, dice Ordali.

En particular, parece que esta fatiga se corresponde, en el cerebro despierto, con un aumento de las ondas EEG típicas del sueño en la zona de la corteza frontal, que está dedicada a la toma de decisiones. En la literatura científica, las teorías sobre el llamado agotamiento del ego surgieron a principios de los 2000. En su núcleo, está la idea de que el autocontrol es un recurso cognitivo limitado para todos y, por lo tanto, cuanto más se ejerce, más se agota.

La literatura en economía conductual ha utilizado varios tipos de manipulaciones cognitivas, típicas de juegos económicos, para mostrar el efecto del agotamiento del ego en el comportamiento, por ejemplo, una menor empatía hacia los demás, una menor tendencia a actuar de manera altruista o una mayor propensión a la agresión. Sin embargo, en años más recientes, esta teoría ha sido criticada: estudios posteriores no siempre han logrado replicar el efecto del "consumo" de la fuerza de voluntad en individuos comprometidos en tareas cognitivas extenuantes o, si lo han logrado, han encontrado un efecto mucho menor del inicialmente estimado. Además, los correlatos cerebrales de tal efecto seguían siendo desconocidos.

El nuevo estudio aborda este problema clásico añadiendo la perspectiva neurocientífica. Las investigaciones sobre el sueño han identificado un fenómeno llamado "sueño local": sucede cuando algunas áreas del cerebro en una persona despierta comienzan a mostrar en el EEG una actividad neuronal típica del sueño, específicamente ondas delta. Se ha demostrado que esto ocurre particularmente en casos de fatiga mental.

“Nuestra hipótesis inicial era que el sueño local sería la manifestación neuronal del fenómeno de agotamiento del ego conocido en psicología”, observa Erica Ordali, investigadora en la Escuela IMT y primera autora del artículo.

Para probar esta hipótesis, los investigadores sometieron a un grupo de individuos a tareas de fatiga que duraron una hora —en lugar de los clásicos quince minutos habitualmente usados en este tipo de estudios— para hacer que el efecto potencial, si existía, fuera más evidente. Luego, los individuos jugaron juegos económicos que requerían distintos grados de agresión y cooperación, incluyendo el llamado juego de halcón y paloma.

En este juego, los recursos limitados deben compartirse en un entorno hostil, donde las personas tienen la opción de colaborar o de comportarse de manera dominante, lo que puede resultar en la pérdida de recursos para ambas partes. En comparación con un grupo de control que no fue sometido a fatiga cognitiva, los individuos fatigados resultaron significativamente menos cooperativos y más hostiles. Específicamente, la tasa de cooperación pacífica cayó del 86% en el grupo de "Sin Fatiga" al 41% en el grupo de "Fatiga" (p>0.001, para un total de 447 sujetos).

Todos los participantes del estudio (n=44) fueron sometidos a electroencefalogramas mientras jugaban a los juegos económicos. En línea con la hipótesis del estudio, los individuos fatigados mostraron la aparición de áreas con ondas típicas de sueño en algunas zonas de la corteza frontal, algo completamente ausente en los demás participantes.

“Nuestro estudio muestra que la fatiga mental tiene un efecto medible en el comportamiento y que, cuando se alcanza un cierto grado de agotamiento, las personas son más propensas a actuar de manera hostil”, señala Ordali.

“Estos resultados proporcionan una base científica para la sabiduría popular que sugiere ‘dormir antes de tomar una decisión’, mostrando que el agotamiento metabólico en ciertas áreas del cerebro afecta nuestros procesos de toma de decisiones”, dice Pietro Pietrini, coautor del artículo y director del Molecular Mind Lab en la Escuela IMT, donde se diseñó el estudio.

“En general, estos hallazgos tienen importantes implicaciones para múltiples situaciones en la vida cotidiana, incluidas las transacciones económicas y los acuerdos legales, ya que demuestran que cuando el cerebro está ‘cansado’ podemos tomar decisiones que van incluso en contra de nuestro propio interés. De hecho, esto es lo que también sucede en la mayoría de los actos criminales”, concluye Pietrini. El estudio fue realizado por la Escuela de Estudios Avanzados IMT Lucca en colaboración con investigadores de la Universidad de Florencia.

Abstract

El esfuerzo prolongado de autocontrol causa un aumento de la actividad cerebral similar al sueño en el lóbulo frontal y cambios en la agresividad y el castigo.

Las reacciones impulsivas en las interacciones sociales pueden dar lugar a resultados pobres o incluso perjudiciales. Estados cognitivos específicos, como la fatiga mental inducida por actividades cognitivas prolongadas, especialmente si se combina con restricción o privación del sueño, parecen disminuir la capacidad de autocontrol efectivo en los individuos y pueden dar lugar a comportamientos impulsivos, incluidas las acciones agresivas.

Demostramos que el esfuerzo de autocontrol durante solo 45 minutos puede llevar a una mayor propensión a involucrarse en actos agresivos en el contexto de elecciones socialmente relevantes, según lo medido por un conjunto de juegos económicos. Además, mostramos que dichos cambios de comportamiento se asocian con un aumento de la actividad similar al sueño (ondas delta) en las áreas frontales del cerebro relacionadas con la toma de decisiones y el control de los impulsos.

La aparición local de ondas lentas similares a las del sueño puede llevar a la desconexión de áreas frontales y explicar la capacidad reducida de los individuos para ejercer autocontrol de manera efectiva. Nuestros resultados sugieren que la actividad similar al sueño puede emerger en el cerebro despierto en un tiempo relativamente corto, con efectos detectables en el comportamiento socialmente relevante.

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