La economía de la salud aún no presta suficiente atención a la salud mental
La economía de la salud aún no presta suficiente atención a la salud mental
Redacción
La salud mental es, históricamente, la gran agraviada en los presupuestos sanitarios. En una revisión publicada en ‘The Lancet Psychiatry’ y liderada por la Unidad para la Salud y el Envejecimiento a lo largo de la vida del departamento de Ciencias de la Población y Medicina Experimental del University College London, se evidencia que las evaluaciones económicas en salud deben definir un alcance apropiado de beneficios y costes y cómo valorarlos.
Los investigadores concluyen que aunque las prácticas actuales son transparentes y justificables, tienen claras limitaciones desde la perspectiva de la salud mental. La mayoría de los juicios de valor social, como la exclusión de resultados interindividuales y costes intersectoriales, restan valor a la mejora de la salud mental. La percepción es que la cuantificación en salud mental podría tener una desproporción en comparación con otros tipos de salud.
Aún falta estudiar e investigar en profundidad el alcance de esa desproporción para probar el tamaño de esos efectos diferenciales y cualquier efecto posterior en la toma de decisiones que pueden llegar a incluir evaluación de la adquisición y resultados de diferentes tecnologías sanitarias. Por tanto, se marca la colaboración entre la economía de la salud y las ciencias de la salud mental como un hecho y acción crucial para alcanzar la paridad entre la salud física y mental y llegar al objetivo final de la mejora sustancial de la salud mental, en general, de la población.