La relación entre las expectativas y la decepción

La relación entre las expectativas y la decepción

¿Esperar algo de los demás nos emplaza de modo irremediable al desengaño? Veamos cómo tener esperanza sobre algo afecta que, en algún momento, las cosas no sucedan como suponemos.
26 Diciembre 2023

El equipo de psicólogos conductuales encabezados por Ricardo de Pascual (2020) explica que las expectativas representan pautas de respuesta para situaciones futuras, que encuentran su explicación en el aprendizaje de las experiencias previas similares. De este modo, asociamos respuestas con consecuencias, sean apetecibles o no.

Es puro aprendizaje, así que, de igual modo que fueron adquiridas esas pautas, podremos reajustarlas. De una manera muy sencilla, la película de animación de Pixar, Red, nos ayuda a reflexionar lo que esperamos, las decepciones y lo aprendido.

Esas pautas, nuestras perspectivas, dependen de las valoraciones que realicemos. Desde finales de los 70, el psicólogo Albert Bandura ya distinguió entre expectativas de eficacia (valoración que hacemos sobre la capacidad de ejecutar una conducta) y de resultado (valoración sobre el efecto que tendrá la conducta).

«Las expectativas sobre la vida dependen de la diligencia: el mecánico que quiere perfeccionar su trabajo primero debe afilar sus herramientas». ~ Confuncio ~

Las competiciones y las esperanzas de conseguir algo

Las valoraciones siempre nos hablan de futuro: esperamos que algo sea como pretendemos. Por ejemplo, cuando competimos (sea en la índole que sea), las expectativas serán, por tanto, base de nuestras próximas alegrías o de la decepción. Si realizamos una búsqueda en la net, encontramos el concepto de expectativa en noticias de ámbito personal, político, deportivo… y también musical.

Por ejemplo, si hablamos de un acontecimiento competitivo de futuro inmediato nacional, tenemos que la segunda quincena de diciembre ya habremos escuchado el listado de canciones que competirán por el micrófono de bronce del próximo Benidorm Fest, cuya final se celebrará en febrero de 2024 y que desvelará quien represente a España en Eurovisión tres meses después en Malmö (Suecia).

Aunque ya conocemos quiénes son los candidatos de este año, es imposible no lanzar ciertas conjeturas y valoraciones sobre si contaremos, basándonos en las experiencias previas de sus composiciones conocidas, con el flamenquito propio de María Peláe, el rock esperado de Angy y el indie característico de Miss Caffeina; o si cada cual apostará por estilos distintos a lo preestablecido.

Y ahí tendremos unas inevitables expectativas de resultado. Las primeras apuestas sobre lo que nos encontraremos estaban ya servidas desde el inicio de la presentación de los candidatos.

«Cuando dejas de esperar que la gente sea perfecta, te podrán gustar por lo que son». ~ Donald Miller ~

Expectativa y frustración

En este ejemplo, y en otros tantos, igualar lo esperado al resultado puede incluso llevarnos a una gran frustración sentida. ¡Ojo! No solo como espectadores de un evento como Eurovisión, en particular, o personas consumidoras de música, en general, puede afectarnos… A los propios participantes también.

Aunque sabemos que «no podemos gustar a todo el mundo», el miedo, la culpa y la aprensión nos llevan a estados de ansiedad de los que, en ciertas ocasiones, nos cuesta salir. Aprender a manejar también las exepctativas ajenas tal vez es una labor compleja, pero fundamental.

Volviendo a nuestra óptica de personas expectantes, el doctor en neurociencia Carlos García (2019) encontró en sus investigaciones lo siguiente:

  • La intoleracia a la frustración correlaciona positivamente con estados de enfado, hostilidad y agresividad.
  • La tolerancia a la frustración correlaciona negativamente con los factores de personalidad de responsabilidad, amabilidad y estabilidad.

Necesidades y decepciones

Según esto, debemos estar atentos a lo que puede generar en nuestra persona el desengaño tras una aspiración no cubierta. ¿Recordamos la pirámide de Maslow? Él nos enseñó que nuestra tendencia al crecimiento y al aprendizaje organiza nuestras necesidades.

Pirámide de las necesidades, según Abraham Maslow.

De igual modo que las necesidades, las expectativas pueden ser satisfechas o no, y aquí su relación con la decepción. Las fortalezas psicológicas de la honestidad y la aceptación son, sin duda, las herramientas que durante nuestro crecimiento vital nos aportarán la adaptación y la funcionalidad fundamentales para el equilibrio emocional. El aprendizaje será el que nos brinde dicho equilibrio.

En algunas ocasiones le llamamos «madurar», aunque también podríamos aplicar otros conceptos como «relativizar», «avanzar» o «crecer».

«Prefiero ser sorprendida plácidamente que decepcionada fatalmente». ~ Julia Glass ~

Expectativas realistas para salir de la decepción

La insatisfacción es una muestra de necesidades que no cubrimos. Para no caer en el juego de la ira por la decepción frente a algunas expectativas, cada cual debe analizar de forma recurrente si tales necesidades se tratan de deseos o de realidades. Así podremos canalizar el enojo y encontrar formas para superar esos disgustos.

Ya sabemos que los límites son importantes en nuestras relaciones inter e intrapersonales. Por ello, diferenciar una realidad de un gusto, deseo, ilusión o aspiración es importante. Trabajar en comprender y aceptar la diversidad es esencial para que nuestras pretensiones sean esperanzadoras, pero no limitadoras.

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