La estrategia de 3 pasos con la que mejorar nuestra concentración de forma inmediata
La estrategia de 3 pasos con la que mejorar nuestra concentración de forma inmediata
Mantenernos enfocados en nuestro trabajo o tareas puede no ser fácil. Muchos nos sentamos delante del ordenador para un proyecto que teníamos pendiente; y acabamos procrastinando. Necesitamos mejorar nuestra concentración, pero ¿cómo podemos hacerlo?
Hacer scroll constante en redes sociales, abrir cada notificación que nos llega o incluso ponernos a ordenar la casa cuando no es momento de hacerlo se han convertido en algunos de nuestros peores enemigos a la hora de ser productivos. Cuando sucumbimos a estas tentaciones e ignoramos nuestras responsabilidades, acabamos entrando en un ciclo sin fin en el que parece que nunca encontraremos la concentración.
Para cuando esto ocurra, hemos encontrado una estrategia que puede cambiarnos la vida y hacer que mejorar nuestra concentración deje de ser misión imposible.
Lo primero que debemos hacer es ser sinceros con nosotros mismos. En una infinidad de ocasiones, nos sentamos al escritorio y decidimos hacer cien cosas a la vez: contestar e-mails, terminar un proyecto que debemos entregar ese día, concretar una reunión de Zoom en unas horas… Pasamos de tarea en tarea pensando que realmente estamos siendo eficientes y productivos, pero nada más lejos de la realidad.
Los expertos afirman que la multitarea es simplemente una sensación de productividad; porque lo cierto es que hacer varias cosas a la vez implica que lo más seguro sea que no estemos haciendo ninguna especialmente bien. Debemos dejar de intentar hacer mil tareas a la vez, y enfocarnos en una sola a cada momento.
Una vez que hayamos hecho esto, podemos aplicar la estrategia de concentración con tres pasos: tomar descansos, establecer límites, y respirar.
Descansos
Pasarnos horas y horas delante del ordenador no es sinónimo de ser productivo. A veces lo hacemos y después nos damos cuenta de que, en realidad, hemos hecho poca cosa. Para evitar esto, es bueno organizar descansos dentro de nuestra jornada.
Podemos usar la técnica Pomodoro, que implica trabajar de forma intensa en periodos cortos de tiempo, descansando unos minutos entre ellos. Por ejemplo, trabajar 25 o 40 minutos y descansar 5 antes de iniciar un nuevo intervalo.
Esa pequeña pausa le da el tiempo suficiente a nuestro cerebro a resetear y volver a nuestras tareas con la mente despejada
Límites
En un mundo totalmente conectado, es posible que nuestra concentración se disperse, cuando escuchamos una notificación, o una llamada, o incluso ruido en la calle. Entonces, debemos establecer límites para poder evitar este problema. Por ejemplo, podemos silenciar o desactivar las notificaciones, usar tapones para los oídos o encontrar un sitio en el que verdaderamente nada nos vaya a molestar.
Si trabajamos en una oficina con otras personas, o teletrabajamos desde un piso compartido, debemos hacer saber a los demás que estaremos totalmente concentrados y que no queremos ningún tipo de distracción.
Respiración
La respiración puede servirnos para centrar nuestra mente. Unos minutos inhalando y exhalando de forma consciente puede ser muy efectivo para ser más productivos. Esto se debe a que centrándonos en nuestra respiración, nos alejamos del caos y de las distracciones. Es como si fuera una pequeña sesión de meditación con la que nuestra mente entra en un estado de concentración.
Podemos probar, antes de comenzar una tarea, a respirar profundamente cinco veces, para calmarnos y librarnos del estrés.
Con esta estrategia de tres pasos, seguro que conseguiremos mejorar nuestra concentración y, a raíz de ello, ser más eficientes con nuestro trabajo y tareas. Por supuesto también hay otras maneras de hacerlo: como instalando apps que gestionen nuestro tiempo de uso del móvil, organizando de forma estricta nuestro calendario o ponernos a nosotros mismos límites de entrega. La cuestión está en probar qué es lo que más se adecúe a nuestro estilo de vida.