El PAÍS: "Una juez investiga retrasos intencionados para diagnosticar silicosis a operarios de Cosentino"
El PAÍS: "Una juez investiga retrasos intencionados para diagnosticar silicosis a operarios de Cosentino"
La empresa habría retrasado intencionalmente el diagnóstico para retener a los trabajadores en sus puestos. La juez Ángeles Carreño está investigando unos posibles errores clínicos que se habrían cometido intencionalmente y después de que la víctima hubiera grabado unos audios donde se escucha al médico riéndose de ella. Además, se ha descubierto una infradeclaración "escandalosa" de enfermedades profesionales en España.
Recoge Javier Martín-Arroyo, para EL PAÍS que Francisco García fue diagnosticado con silicosis de grado B, lo que le afectaba al 35% de sus dos pulmones. Solo seis meses antes, su médico en Quirón le había dicho que estaba en perfecto estado. Francisco se pregunta si la mutua, Cosentino o el médico fueron negligentes ya que la silicosis no se desarrolla en tan poco tiempo. Cuenta el enfermo que el médico de Cosentino le recomendaba hacer deporte a pesar de que se sentía asfixiado, lo que podría haber provocado un infarto y empeorado su condición pulmonar. Después de trabajar durante 22 años elaborando encimeras de cocina para Cosentino, Francisco, finalmente tuvo que dejar su trabajo debido a la enfermedad.
Cuenta EL PAÍS que el trabajador, junto con otros cuatro excompañeros, han presentado una denuncia por presunta mala praxis en su diagnóstico de silicosis. "La enfermedad se produce cuando los trabajadores inhalan sílice cristalina, lo que provoca la formación de nódulos fibróticos y cicatrices en el tejido pulmonar".
Según la denuncia, la empresa habría retrasado intencionadamente el diagnóstico para retener a los trabajadores en sus puestos. La multinacional andaluza emplea a más de 5.400 personas en todo el mundo.
La juez Ángeles Carreño, quien está a cargo del Juzgado de Instrucción 2 de Huercal-Overa en Almería, está investigando unos posibles errores clínicos que se habrían cometido intencionadamente y después de que la víctima hubiera grabado unos audios donde se escucha al médico riéndose de ella.
García habló sobre su dolencia avanzada, que es la primera enfermedad profesional en Andalucía. Mencionó que cuando le dijo a alguien que lo iba a inhabilitar, esa persona cambió su expresión facial. Además, mientras hablaba, tuvo que soltar dos garrafas de agua porque se estaba asfixiando.
Un ex compañero que prefiere mantener su identidad en secreto, también denunció la tardanza en su diagnóstico de silicosis y expresó su pesar: "Yo ya tenía nodulillos en los pulmones, pero los médicos no me diagnosticaron correctamente y me dijeron que estaba bien. Me pregunto por qué me ocultaron la verdad y no me dejaron vivir mi vida. Aunque ahora reciba una compensación económica de la empresa, nada puede compensar el daño causado a mi familia con dos niños pequeños. Siento que hay algo malvado detrás de todo esto, es como una trama de película. Parece que no les importan las personas, solo quieren pulmones nuevos y después de años, los cambian y desechan los viejos".
Según Cristina Martínez, coordinadora del área de enfermedades respiratorias de origen ocupacional de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, para adquirir una silicosis complicada, que es el segundo grado de esta patología laboral, se necesita un periodo mínimo de un año. Además, la persona debe estar expuesta a un alto riesgo laboral, añade.
Cuando los nódulos en los pulmones superan los 10 milímetros, los neumólogos consideran que la silicosis ha pasado de ser simple a complicada.
En un juzgado de Almería, la investigación sobre las pruebas médicas realizadas por Quirón Prevención y Aspy Prevención a los trabajadores de una empresa líder en encimeras de cocina ha avanzado lentamente durante dos años. Estas empresas están siendo investigadas, mientras que la empresa de encimeras de cocina aún no lo está. Según el abogado Raúl Carballedo, los trabajadores no fueron diagnosticados a tiempo y continuaron trabajando bajo la supervisión de los servicios de vigilancia de la salud en Cosentino para detectar la enfermedad, lo que ha llevado a presentar una querella.
Los trabajadores afectados por la silicosis fueron diagnosticados por las mutuas contratadas por la empresa y luego remitidos al sistema público de salud andaluz, lo que significa que la empresa Mutua Universal no se hizo cargo de sus tratamientos médicos. Según una investigación realizada para el Ministerio de Sanidad por el catedrático de Historia de la Ciencia Alfredo Menéndez y la socióloga Catherine Cavalin, las mutuas solo financiaron el 6,8% de los casos en pacientes treintañeros y el 1,8% en operarios de entre 40 y 49 años, de los 4.809 procesos asistenciales registrados entre 1997 y 2020 con la silicosis como diagnóstico principal en España.
Dos investigadores han revisado los casos de silicosis tratados por el Sistema Nacional de Salud en los últimos 23 años para demostrar que la mayoría de las enfermedades laborales no son financiadas por las mutuas. Según uno de los investigadores, las mutuas son responsables tanto del reconocimiento de los casos como del pago de las prestaciones, lo que les convierte en "juez y parte". Además, muchas de estas mutuas están orientadas a procesos traumatológicos y no a enfermedades laborales. Sin embargo, la asociación Aspa, que cubre a casi todos los trabajadores del país, afirma que no pueden ayudar en asistencia sanitaria para problemas oncológicos derivados de la silicosis. El otro investigador señala que es sorprendente que las mutuas no financien la atención médica para enfermedades profesionales considerando el carácter cancerígeno de la sílice y que para ellas, el cáncer laboral es inexistente.
El Sistema Nacional de Salud, que es financiado por impuestos y universal, se encarga de gran parte de las enfermedades profesionales que deberían ser cubiertas por el Sistema de Seguridad Social. Este último es financiado por cotizaciones y administrado por mutuas, y cubre las lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo.
Según la persona entrevistada, cuando se realizan mediciones de exposición al polvo, se les prohíbe barrer y considera que las mediciones con los aparatos son inexactas.
Trabajador de Consentino.
Según Fernando García Benavides, catedrático de Salud Pública de la Universidad Pompeu Fabra, existe una infradeclaración "escandalosa" de enfermedades profesionales. A pesar de que las mutuas alegan no poder hacerse cargo de los procesos oncológicos, esta excusa es considerada una falsedad inaceptable por el experto. La falta de reconocimiento de estas enfermedades tiene un impacto negativo tanto en el bienestar del trabajador afectado como en los presupuestos hospitalarios, lo que convierte este problema en uno social y económico importante.
En Europa existe un problema económico, pero en España es más urgente. Francia ha tomado medidas para compensar el desajuste, como la Ley de Financiación de la Seguridad Social que establece una transferencia anual para la rama de enfermedades profesionales y así compensar las pérdidas financieras del régimen general de salud. El Tribunal de Cuentas francés evaluó esta transferencia en 1.200 millones a 2.100 millones anuales en 2021.
En España, la manipulación del aglomerado de cuarzo es considerado un trabajo de riesgo y una medida de seguridad importante que se ha ignorado en muchas marmolerías, incluyendo Cosentino. Una de las medidas de seguridad ignoradas es el test de ajuste de mascarillas a la cara de cada trabajador para evitar la entrada de polvo por nariz y boca. A diferencia de otros países como Reino Unido, Italia o Bélgica, donde esta prueba es obligatoria, en España es opcional. Según Roderick Pinto, director comercial de Dacar, una empresa navarra especializada en seguridad y protección laboral, esto refleja la falta de cultura preventiva en España y puede poner en riesgo tanto a los trabajadores como a los empleadores.
Hace dos meses, el empresario Francisco Martínez Cosentino reconoció que ocultó la información sobre la manipulación de su producto estrella, el aglomerado de cuarzo Silestone, lo cual provocó la mayoría de los casos de silicosis entre 2007 y 2019. Esto afectó a 1.856 operarios según datos oficiales. A pesar de esto, no se sabe si las condiciones laborales han mejorado en la fábrica principal en Cantoria (Almería) para evitar que los trabajadores inhalen el polvo de sílice y desarrollen problemas pulmonares. Los operarios informan que aunque la empresa les proporciona mascarillas y filtros cuando los solicitan, el método de limpieza en las prensas sigue siendo el mismo, lo cual genera mucho polvo que puede ser perjudicial para su salud.
Un trabajador, que prefiere mantenerse en el anonimato, denuncia que cuando miden la exposición al polvo en su lugar de trabajo les prohíben barrer y las mediciones con los aparatos son falsas debido a la rapidez de la producción. Además, afirma que las inspecciones de trabajo están avisadas y cuando llega el inspector les dicen que no pueden entrar en ciertas máquinas. El trabajador concluye que no está pagado todo el polvo que se traga por un salario de 1.800 euros y muchos trabajadores desconocen los riesgos de la silicosis.
Los representantes de la empresa Cosentino niegan tener conocimiento de discrepancias en los métodos de limpieza y aseguran que las mediciones de exposición a polvo de sílice cumplen con las normas establecidas. Además, se realizan mediciones personales y ambientales para garantizar la seguridad en el lugar de trabajo. La compañía destaca que sus máquinas mezcladoras cuentan con equipos de extracción localizada para evacuar gases y sistemas de renovación de aire.
La ley exige que los trabajadores expuestos a agentes cancerígenos tengan un máximo de 20 minutos al día para "aseo personal". Sin embargo, el comité de empresa de Cosentino denunció hace dos años el incumplimiento ante la Inspección de Trabajo y aún no se ha solucionado. El Ministerio de Trabajo y Economía Social no puede proporcionar detalles sobre este caso específico y no aclara por qué se sigue ignorando la ley. A pesar del peligro obvio del polvo de sílice, la higiene no parece ser una prioridad.
La mayoría del negocio y las ventas de la empresa multinacional Cosentino, en un 93%, se realizan en el extranjero, especialmente en los Estados Unidos. Solo el 7% de las ventas se llevan a cabo en España. Sin embargo, los esfuerzos de algunos gobiernos, como el australiano, para reducir los casos de silicosis pueden afectar negativamente las ventas de encimeras de cocina de la compañía. A pesar de esto, Cosentino ha logrado facturar 1.401 millones en 2021 y ha considerado la posibilidad de salir a Bolsa.
Fuente: Nuevodiario