Cada diez horas un médico es agredido en España en el ejercicio de su labor

La lacra que no cesa. Tras el lógico descenso en el volumen de agresiones a los sanitarios registrado en España en 2020, durante las fases más agudas del confinamiento, los guarismos no han dejado de crecer de forma exponencial, hasta alcanzar y superar los niveles de los años previos a la covid.

En 2022, el Observatorio Contra las Agresiones de la Organización Médica Colegial recibió 843 notificaciones de agresiones, 231 más que en 2021, cuando el incremento registrado entre 2020 y 2021 se quedó en 171. Las cifras de agresiones computadas por los 52 colegios de médicos de España en 2022 supone un récord absoluto en números globales desde 2010 (año en que el observatorio colegial empezara a registrar datos), a mucha distancia del segundo registro más alto en cifras redondas, el de 2019, cuando se computaron 677 casos. Porcentualmente, el volumen de agresiones ha descendido ligeramente con respecto a 2021 (de 38,77% a 37,74%), entre otras cosas porque hay un 3,5% más de médicos colegiados.

Estos son algunos de los datos que hoy ha hecho públicos José María Rodríguez Vicente, secretario general del Consejo General de Colegios de Médicos (Cgcom) y miembro del Observatorio que la OMC puso en marcha hace 13 años, en el marco de la jornada europea Agresiones al personal sanitario, que se ha celebrado en la sede de la corporación colegial con motivo del día europeo contra las agresiones a médicos y profesionales sanitarios, que oficialmente se conmemora cada 12 de marzo.

Además de los datos relativos a España, por primera vez se ha hecho una radiografía general de la situación que se vive en países de nuestro entorno, concretamente Portugal, Francia e Italia, por boca de representantes de sus respectivos consejos médicos. A grandes rasgos, las estadísticas de agresiones que han puesto sobre la mesa Nicolino D’Autilia, Philippe Cathala y Filipa Lança, delegados del área internacional de los consejos colegiales de Italia, Francia y Portugal, respectivamente, dibujan un panorama similar al del sistema español: las agresiones no dejan de crecer, afectan más a las sanitarias que a sus colegas varones, tienen una mayor incidencia en el primer nivel y se registran fundamentalmente en el ámbito público.

En el caso de España, el 89% de las agresiones registradas en 2022 se produjeron en el ámbito del Sistema Nacional de Salud -manteniendo la tendencia de todos los ejercicios previos-, 6 de cada 10 las sufrieron mujeres, y primaria es, un año más, el nivel asistencial más señalado por esta lacra, aunque es verdad que el porcentaje de episodios registrado en los centros de salud ha descendido bastante con respecto a 2021 (de un 51% al 43% de este año). Parte de este descenso lo han absorbido los incidentes registrados en el ámbito hospitalario del SNS, que pasan de un 22% a un 27%, mientras las urgencias, tanto de primaria como de hospitales, se mantienen constantes con respecto a los datos de 2021: en torno al 8% en ambas.

Según los cálculos del observatorio colegial, las 843 agresiones registradas el último año se traducen en una tendencia que habla por sí sola: cada diez horas un médico es agredido en España en el ejercicio de su labor, un dato que, para Rodríguez Vicente, cobra aún más sentido si se tiene en cuenta que, de los 843 incidentes comunicados a los colegios de médicos, sólo un 42% (356) han sido denunciados, fundamentalmente ante los juzgados (un 26,2%) y ante la Policía Nacional (25,7%). El secretario general de la OMC ha recordado, además, que las agresiones notificadas "son sólo la punta del iceberg de las que realmente se producen y no dejan rastro". Desde 2010, el observatorio ha computado un total de 6.492 agresiones, "pero ¿cuántas se han producido realmente desde esa fecha?", enfatiza Rodríguez Vicente.

De las 843 agresiones totales que han tenido entrada en los registros de los 52 colegios provinciales (2,87 de media en toda España por cada 1.000 colegiados), Cataluña ha comunicado 380 (7,95/1.000), a gran diferencia de la segunda comunidad por volumen de registros, Andalucía, con 117 notificaciones (2,52 por cada 1.000 colegiados andaluces). Madrid, con mayor volumen de colegiados que las dos primeras comunidades de este ranking, sólo ha registrado 67 agresiones en 2022. Por número de agresiones cada 1.000 colegiados, los registros más bajos se han dado en Navarra (0,43), País Vasco (0,45), Canarias (0,63) y Galicia (0,64).

Pero no es sólo que las agresiones aumenten significativamente con respecto al pasado ejercicio, es que, además, son más graves: si en 2021, el 13% de los incidentes produjeron lesiones a los agredidos (físicas y/o psíquicas), en 2022, ese parte de lesiones aumenta hasta el 16% (un 73% psíquicas y el resto físicas), siendo, una vez más, las mujeres las más perjudicadas: el 56% de las lesiones las sufren facultativas. A ese 16% de lesiones hay que sumar las amenazas y coacciones (en un 48% de los casos registrados) y los insultos y/o vejaciones (39%). De todas las agresiones recibidas y comunicadas, acabaron en baja laboral un 10%, un porcentaje ligeramente inferior al de 2021 (13%) y bastante alejado de los picos registrados en este apartado en los años 2018 y 2020, donde el 17% de las agresiones terminaron en baja laboral.

Dos de cada diez agresiones no están relacionadas con la atención médica o cuestiones estrictamente asistenciales, sino con problemas derivados de la "estructura" y, por tanto, no achacables directamente a la labor del médico. Entre esos factores definidos como "estructurales", el informe de la OMC cita el tiempo en ser atendido (un 64,3% de las agresiones se producen por causas relacionadas con este factor), seguido por "el mal funcionamiento del centro" (24,9%). Desde 2020, hay un nuevo elemento "estructural" a tener en cuenta: todo lo relacionado con los protocolos covid-19, que, en este caso, es fuente del 11,7% de las agresiones registradas.

Dentro de las causas estrictamente asistenciales, y como ya venía ocurriendo en años previos, el principal motivo de agresión sigue siendo la discrepancia con la atención médica recibida, que se sitúa en el 53%. También son motivo de agresiones las discrepancias personales (13,8%), no recetar lo propuesto por el paciente (un 12,4%), episodios relacionados con la gestión de la incapacidad temporal (10,6%) y, por último, la emisión de informes no acordes con las pretensiones del paciente (un 9,9%).

Dentro de este compendio de malas noticias, el secretario general de la OMC ha hecho hincapié en una positiva: "Cada vez es más habitual que el profesional agredido reciba apoyo o asesoramiento por parte de su centro de trabajo". En 2022, el 67% de los casos de agresión registrados aseguraban haber recibido este tipo de apoyo, lo que supone seis puntos más que en 2021 y confirma una tendencia que no ha dejado de crecer desde 2010, "fruto de una concienciación cada vez mayor sobre la importancia de este problema, incluyendo a la Administración", ha resaltado Rodríguez Vicente.

En el marco de esta jornada europea, el manifiesto contra las agresiones que hoy ha hecho público la OMC ha insistido en la necesidad de aprobar un plan nacional contra las agresiones, "consensuado en el Consejo Interterritorial y en el que participen todos los organismos implicados", desde los ministerios de Sanidad, Interior y Justicia y las 17 comunidades hasta las fuerzas de seguridad del Estado, los consejos generales de las profesiones sanitarias y las asociaciones de pacientes.

Fuente: Diariomedico