El País Vasco pide 400.000 trabajadores para hacer frente a su 'gran jubilación'

El País Vasco pide 400.000 trabajadores para hacer frente a su 'gran jubilación'

Es la comunidad que tiene una de las poblaciones más envejecidas de España y Europa. Los empresarios vascos solicitan abrir la mano con la inmigración ante el invierno demográfico que están sufriendo.
19 Diciembre 2022

El País Vasco necesita trabajadores. Unos 400.000 en la próxima década, según la patronal vasca Confebask. Miles de nuevos trabajadores para hacer frente así a la ‘gran jubilación’ que se producirá de aquí al 2030 -237.000 personas- y otros 177.000 para consolidar el crecimiento económico y hacer frente a las necesidades de sectores como la industria, gran motor de la economía vasca, la construcción y los servicios. Trabajadores que paliarían en buena medida las carencias poblacionales de una región que vive un auténtico invierno demográfico y en la que dos de cada tres trabajadores, por ejemplo, tiene más de 40 años.

Pero es que además, según los empresarios, si el País Vasco aspira a recuperar el tamaño relativo que la economía de esta región tenía hace unos años en España, y que ha ido perdiendo a medida que bajaba en población y casi todas las demás Comunidades Autónomas la ganaban, se debería incrementar la población laboral vasca en otros 140.000 trabajadores más en las próximas décadas.

El dueño de una mediana empresa -65 empleados- de la industria auxiliar de CAF en Beasain (Guipúzcoa) ejemplifica la situación: “Más del 60% de la plantilla, 38 trabajadores, ha pasado ya los 55 años. O sea que en pocos años se van a jubilar y, de hecho, ya lo están haciendo algunos. Vamos a necesitar trabajadores, cualificados, por supuesto, y ya desde ahora estamos teniendo dificultades para encontrarlos. A mí me ha costado más de seis meses poder ocupar tres vacantes que tenía en la empresa por otras tantas jubilaciones. Al final he podido hacerlo con una persona de aquí, recién salida de la Escela Profesional del Goierri y con otras dos personas inmigrantes de países del este, de Rumanía, en concreto, que ya traían formación de su país”.

El País Vasco, la segunda cifra más baja de natalidad

El País Vasco, con 46 años de media, tiene una de las poblaciones más envejecidas no solo de España sino de Europa. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2022 ha registrado un nuevo máximo de envejecimiento, del 164%. Esto es, ya hay en el País vasco 164 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. En 2021, la natalidad alcanzó la segunda cifra más baja de toda la serie histórica, con 6,6 nacimientos por cada 1000 mujeres, un 48% menos que hace una década.

Una crisis demográfica que se hace patente en dos indicadores más. La esperanza de vida en la región es de 83 años y la actual relación cotizante-pensionista en Euskadi es de 1,7. Una cifra lejana de la tasa 2,6 que, según los expertos, es necesaria para asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones. A día de hoy y según los últimos datos, en el País Vasco hay 2,17 millones de habitantes, 993.255 afiliados a la seguridad social y 570.000 pensionistas, con una tasa de paro, según la EPA, del 8,3%. La tercera más baja de España, tras La Rioja y Baleares, y muy por debajo de la media nacional, del 12,67%. Pero el dato más preocupante es que con la tasa de ‘crecimiento’ actual en el País Vasco habrá en 2030 apenas dos millones de personas residiendo, 170.000 menos que en la actualidad.

Este invierno demográfico que vive el País Vasco pone en peligro la industria y la economía en general. Así lo viene exponiendo desde hace años la patronal vasca Confebask, que insiste en que al País Vasco le harán falta 400.000 nuevos trabajadores en una década. Unos trabajadores, además, con formación porque deben ‘alimentar’ de mano de obra cualificada al gran motor económico vasco, su industria manufacturera, que representa el 24,2% del PIB de la región. Según la patronal guipuzcoana, Adegi, “la situación es preocupante, pero hay trabajo y hace falta mano de obra, talento y formación” porque los perfiles técnicos y científicos son los más necesitados.

Ante la situación, el Gobierno vasco, por ejemplo, dará a partir de enero 200 euros a cada familia por niño nacido con el fin de fomentar la natalidad y hace unas semanas la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo del Gobierno vasco, la socialista Idoia Mendía trasladó al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, su interés por el nuevo Reglamento de extranjería aprobado por el Gobierno de España, que es una “oportunidad para atraer y retener talento en una economía, como la vasca, que afronta con mayor intensidad el reto demográfico y sus dificultades para cubrir las ofertas de empleo”.

En el acto conjunto de la patronal Confebask y de las tres patronales provinciales celebrado en Bilbao, los empresarios pidieron "una política específica de inmigración para el empleo que, por supuesto, no se olvide de la solidaridad hacia quienes huyen o buscan refugio entre nosotros, pero que tenga en cuenta que también necesitamos su talento. Tenemos que idear un sistema que facilite la llegada de personas, sin descuidar la asistencia al más desfavorecido”, insistieron.

Por ello, concluyen, “más natalidad sí, pero más inmigración para el empleo, también; porque vistas las proyecciones ni aunque regresara toda la población vasca que vive fuera de Euskadi -98.000 personas- solucionaríamos la carencia de personas y de talento. Necesitamos una estrategia de país elaborada entre todos para solucionar nuestro invierno demográfico”. Quizás el País Vasco necesite ahora otra gran ola de inmigrantes como la que produjo a principios de los años sesenta del pasado siglo desde muchas regiones de España y que propició, entre otras cosas, el gran desarrollo industrial de la región.

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