¿No cumples tus metas en la vida? El problema no eres tú, son las metas

¿No cumples tus metas en la vida? El problema no eres tú, son las metas

Un experto en comportamiento recomienda que, en vez de tener metas que nos cuesta cumplir, sigamos hábitos productivos.
26 Agosto 2022

Hacernos metas y propósitos son unas de las cosas que hacemos para motivarnos en nuestras vidas. Probablemente hiciste propósitos de año nuevo que, a estas alturas, no has cumplido. Entonces llegará un año nuevo y te harás otra vez esos propósitos, para no llevarlos a cabo.

Pero, ¿qué pasa con aquellas metas de la vida encaminadas a alcanzar determinados objetivos y no podemos completar? Seguramente nos causan frustración y una sensación de estancamiento, que no estamos logrando aquello que nos gustaría ser o hacer.

Cuando esto nos ocurre, pensamos que no cumplimos nuestros objetivos de vida por falta de disciplina y motivación. Pero, te has preguntado alguna vez: ¿No será que el problema son las metas?

Según el emprendedor y profesor Nir Eyal, para tener una mejor vida no debemos ponernos metas, sino hábitos productivos.

No estoy diciendo que establecer metas nunca funcione. Estoy diciendo que solo funciona en ciertos contextos. En situaciones en las que otra persona le pide resultados, como en el trabajo, los objetivos son fundamentales. Los objetivos también son útiles cuando se entrena para convertirse en un experto”, dice el autor de Hooked: How to Build Habit-Forming Products 

Establecer objetivos está bien sobre todo cuando se compite con los demás, pero cuando nos ponemos metas personales, estamos compitiendo con uno mismo. Por ello, cuando no las cumplimos, nos sentimos decepcionados de nosotros mismos.

En cambio, tener “hábitos productivos” consiste en una serie de comportamientos que te dan lo que quieres en la vida automáticamente, sin que realmente lo intentes, afirma el emprendedor nacido en Israel.

Según Nir Eyal, estos son los tres pasos para pasar de tener metas a hábitos productivos.

1. No tengas metas

Esto puede ser lo más difícil de entender. Toda la vida nos han dicho que debemos tener objetivos para alcanzarlos. Por ejemplo, alguna vez te habrás hecho el propósito de bajar de peso para el verano, dejar de consumir carbohidratos por un mes o correr un maratón. ¿Cómo fue tratar de cumplir con esas metas? Seguramente se convirtió en una experiencia tortuosa.

“Este tipo de objetivos son grandes, poco divertidos y limitados en el tiempo. Este tipo de metas añaden miseria a tu vida y las personas están biológicamente programadas para evitar cosas que les causen dolor. Si sus objetivos no son agradables, renuncia a ellos”, dice Nir Eyal. En vez de objetivo, piensa en lo que quieres hacer, como si emprendieras un viaje.

  • “Quiero cultivar el hábito por el ejercicio”.
  • “Quiero aprender a disfrutar construyendo riqueza”.
  • “Quiero mejorar el tiempo de calidad con mi familia”.

Estos viajes nunca terminarán, y eso está bien, porque lo importante es disfrutar la travesía, no el destino.

2. Simple, pequeño y disfrutable

El experto en comportamiento humano aclara que tus hábitos productivos deben ser simples, pequeños y disfrutables. ¿Cómo saber si un hábito tiene esas características? Puedes pararte frente al espejo y preguntarte si puede hacer ese hábito diariamente. El punto es que ese comportamiento debe ser tan simple y fácil que te digas ‘claro que puedo’. En cambio, si dudas o vacilas en que puedas llevarlo a cabo, simplifícalo.

“Como el tronco de un árbol que crece, los hábitos se forman a través de capas. Hacer un pequeño comportamiento hasta que se convierta en un hábito le permite agregar el siguiente comportamiento, más complicado y más desafiante. Con el tiempo, estos hábitos progresivos se convierten en un cambio que define la vida”, agrega.

3. Dar seguimiento a esos hábitos

Llevar un registro de esos comportamientos es importante porque te da un control de los hábitos que estás formando y da un refuerzo positivo a tu cerebro para continuar con ellos. Puedes llevar un seguimiento de tus comportamientos de diversas formas, desde una app, como Day One, un calendario o hasta en una hoja de papel.

Contar con este registro hará que te vuelvas más hábil en completar los hábitos y te motivará a hacer nuevos hábitos basados en los viejos.

Pero, ¿qué pasa si no cumples con esos comportamientos por uno, dos o tres días? No te preocupes, retómalos donde los dejaste con la intención de hacerlos regularmente. Pero si te los saltas con frecuencia o parece que no los puedes hacer, entonces reevalúa tus comportamientos para ver si en realidad son disfrutables y fáciles de hacer, puedes simplificarlos o definitivamente cambiarlos.

¿Qué opinas de este artículo?