Hablar de salud mental no es hablar de estar enfermo

Hablar de salud mental no es hablar de estar enfermo

Las enfermedades mentales están estigmatizadas, precisamente, porque afectan a todo nuestro ser
25 Marzo 2022

Redacción

A causa de la pandemia Covid-19 se está empezando a normalizar, o intentándolo al menos, hablar sin pensar en prejuicios de sentimientos, de emociones, de angustia, miedo o ansiedad es una manera de combatir el tradicional y arraigado estigma asociado al llamado trastorno mental. Seguramente el camino por recorrer para su normalización sea aún largo, pero, al menos, se habla mucho más de ello que hace solo un par de años.

La crisis pandémica ha puesto de relieve el alcance y la importancia de los trastornos de la salud de la mente. De hecho, hemos visto testimonios de personas que, aparentemente, eran capaces de llevar una vida normal sin mostrar un aspecto completamente vencido. Incluso habían llegado a publicar post en sus redes sociales en plena crisis anímica. Romper con la imagen tradicional de la persona que está sufriendo a nivel mental ha sido uno de los efectos de la crisis sanitaria que ha golpeado al mundo de 2020 a 2022.

Sin embargo, es llamativo apreciar que quizás realmente no estamos muy al día de qué es, en verdad, salud mental. Por ejemplo, ¿pensamos en la salud mental como un estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades? Pues esa es precisamente la indicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), salud mental es algo más que la ausencia de trastornos mentales. Es un estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades. La salud mental forma parte de la salud, no hay salud sin salud mental.

Enfermedades cerebrales

Juan Lerma, neurocientífico vicepresidente del European Brain Council comenta que los especialistas europeos debaten en la actualidad dejar de considerar los actuales trastornos mentales como problemas de salud mental y conceptualizarlos como enfermedades cerebrales. Este concepto se está empleando porque tanto las enfermedades neurológicas como las psiquiátricas son enfermedades del cerebro. De hecho, las enfermedades mentales están estigmatizadas, precisamente, porque afectan a todo nuestro ser. Lerma destaca que todas las enfermedades cerebrales están relacionadas entre sí y que tienen rasgos comunes.

En la lista de enfermedades o trastornos relacionados con la psiquiatría, con la mente, se incluyen:

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  • Trastorno de pánico.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo.
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  • Trastorno del ánimo.
  • Trastorno bipolar.
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  • Trastornos de la alimentación.
  • Trastornos de la personalidad.
  • Trastorno de estrés post-traumático.
  • Trastornos psicóticos.
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No son todos los trastornos cerebrales relacionados con la salud de la mente pero dan una idea del perfil de situaciones a las que, como sociedad, debemos conocer. “La salud mental en su estado óptimo es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad” dicta la OMS.

¿Cómo se puede romper ese bienestar? ¿Por qué aparecen este tipo de trastornos? Por supuesto, puede haber diversas causas, pero son determinantes los factores socieconómicos, psicológicos, biológicos y medioambientales.

Aparte de que pueda haber factores hereditarios y relacionados con el tipo de personalidad, la mala salud mental se asocia a:

  • Condiciones de trabajo estresantes.
  • Discriminación de género.
  • Exclusión social.
  • Modos de vida poco saludables.
  • Mala salud física.
  • Riesgos de violencia.
  • Violaciones de derechos humanos.

Por primera vez entre los principales riesgos del Foro Económico Mundial de Davos

Y es una fuerte responsabilidad prestar atención a los factores que se han determinado como causas o agravantes y no solo porque este año el Foro Económico Mundial de Davos sitúa a la enfermedad mental como riesgo global por la omnipresencia de trastornos de este tipo. Este foro lo identifica como el sexto global en 2022. Por primera vez se sitúa entre los principales riesgos de Davos.

La atención al estado social de la salud mental empieza a ser una prioridad, especialmente, entre los jóvenes. Conceptos como discriminación, ansiedad, incomprensión, conflicto, vergüenza, miedo, irritabilidad, presión, tristeza, crisis climática, paternalismo, malestar, angustia, expectativas, juzgar, rabia o familia se convierten en etiquetas o hashtags en las redes sociales a través de campañas como ‘No es culpa meva’ que, en Barcelona, busca que los jóvenes normalicen los problemas de salud mental a los que se enfrentan. La clave está en evitar los tabúes y afrontarlos desde casos reales que no dudan en exponer sus experiencias.

Atención temprana en la vida y también en el lugar de trabajo

Los especialistas en salud mental y también los de medicina del trabajo son conscientes de la importancia de la prevención y la atención temprana en salud mental. Como recientemente explicó en la sesión ‘La medicina del trabajo en la nueva normalidad. Época post covid’ la doctora Carmen Otero, especialista en Medicina del Trabajo en el Centro de Oftalmología Barraquer, muchos de los condicionantes que afectan al bienestar mental se pueden trabajar y manejar en el lugar de trabajo porque la promoción de la salud mental consiste en acciones que creen entornos y condiciones de vida que propicien la salud mental y permitan a las personas adoptar y mantener modos de vida saludables.

Las políticas nacionales de salud mental no solo deben ocuparse de los trastornos mentales. Se deben realizar estrategias e intervenciones intersectoriales eficaces y rentables de promoción, protección y restablecimiento de la salud mental: sector salud, educación, trabajo justicia, vivienda, etcétera. Algunas formas concretas de fomentar la salud mental en el trabajo son:

  • Programas de prevención del estrés.
  • Programas de prevención de la violencia.
  • Legislación y campañas contra la discriminación.
  • Promoción de los derechos, las oportunidades y la atención de las personas con trastornos mentales.

Otras acciones que impulsan la promoción de la salud mental son:

  • Las intervenciones en la infancia precoz.
  • El apoyo a los niños y promoción de la salud mental en la escuela.
  • La emancipación socioeconómica de la mujer.
  • El apoyo social a las poblaciones geriátricas.
  • Los programas dirigidos a grupos vulnerables, los migrantes y las personas afectadas por conflictos y desastres (por ejemplo, intervenciones psicosociales tras los desastres).
  • Las políticas de vivienda, la reducción de la pobreza y la protección social para los pobres.
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