El humo quirúrgico, un riesgo para la salud que no hay que pasar por alto

El humo quirúrgico, un riesgo para la salud que no hay que pasar por alto

La covid-19 ha hecho tomar conciencia a los cirujanos del problema y la asociación que los representa publicará un documento con medidas preventivas
22 Noviembre 2021

El humo quirúrgico se define como la colección de partículas suspendidas en el aire procedente de la destrucción térmica de tejidos y huesos, resultante del uso de instrumentos ultrasónicos, láser o bisturí quirúrgico eléctrico. La inquietud por el posible perjuicio para la salud de los profesionales de quirófano se basa, en primer lugar, en algunos de los componentes identificados, como el benceno, el butadieno o el dióxido de carbono. Por otra parte, existen estudios en laboratorio y casos demostrados de infección respiratoria causados por el virus del papiloma humano en ginecólogos y personal de enfermería tras cirugía.

No hay evidencias de infección por el VIH, pero se ha observado una elevada incidencia de verrugas nasofaríngeas en cirujanos que trabajan con el láser de CO2. En cirujanos que emplean el láser de Yag-Neodimio se demostró que la papilomatosis laríngea que presentaban la contrajeron tras tratar lesiones similares con este láser. 

En la literatura científica también se encuentra un artículo que concluye que el monóxido de carbono del humo quirúrgico puede dar lugar a fibrosis pulmonar. Varios autores consideran que las dudas sobre los efectos nocivos de la exposición a largo plazo son suficientes

Para ser precavidos

Ni en España ni en el mundo se le ha dado importancia a esos riesgos ni ha habido una cultura de protección. La epidemia de covid-19 ha hecho tomar conciencia a los cirujanos y, de hecho, la Asociación Española de Cirujanos (AEC) está trabajando en un metanálisis cuyos resultados espera presentar en noviembre para recomendar protocolos y medidas de prevención.

Gracias a la covid, somos más conscientes de que el humo quirúrgico, con virus o sin virus, puede ser perjudicial”, reconoce Salvador Morales, presidente de la AEC. No hay ningún caso documentado de transmisión de covid, “pero en algunas cirugías se han visto virus con potencial de contaminar”. Todo el personal que trabaja en un quirófano se expone al humo quirúrgico aunque, obviamente, los posibles riesgos aumentan con la proximidad al paciente. La normativa actual se limita a medidas de control de la calidad ambiental de los quirófanos y áreas críticas. Sin embargo, la correcta renovación aérea no es suficiente para tratar el humo derivado de las operaciones tanto por laparoscopia como por laparotomía.

Desde a AEC aconsejan usar mascarillas FFP2 tanto con pacientes covid como no covid. Asimismo, son convenientes sistemas de filtración de humo quirúrgico para cirugía laparoscópica, cuyo empleo ha aumentado también durante esta crisis sanitaria.

Los aspiradores son dispositivos más innovadores, diseñados para evacuar y filtrar el humo producido durante los procedimientos electroquirúrgicos. “Son algo nuevo y no hay tradición, pero a raíz de la covid somos más exquisitos y se están comenzando a utilizar”, explica el presidente de la AEC.

Los reconocimientos médicos periódicos del personal de quirófano son otra medida necesaria para saber cuál es su estado de salud y para hacer un seguimiento adecuado.

Fuente: Diariomedico

Imagen: https://www.airsystems-inc.com/air-purification-news/tag/surgical-smoke-...

 

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