Te engañan cuando te dicen que para ser feliz solo necesitas actitud
Te engañan cuando te dicen que para ser feliz solo necesitas actitud
Voy a ser honesta, tengo una actitud negativa hacia la palabra actitud. Me molesta mucho el uso que se le da. Se usa de forma gratutita, como si la forma en la que encarásemos nuestro día a día fuera elegible y estable, como si fuera tan fácil sonreir a las dificultades de la vida y fuéramos felices solo con despertarnos y sonreir cada mañana.
La actitud puede ser definida como la predisposición aprendida que tenemos hacia un evento. Así, si tendemos siempre a tener una predisposición positiva hacia todo se supone que somos «una persona con buena actitud». Y yo me pregunto entonces: ¿por qué a veces encaramos las situaciones de forma negativa?, ¿es que acaso somos masoquistas? Si la actitud es una predisposición aprendida significa que depende en cierta medida de las estrategias de afrontamiento que hayamos adquirido, de lo difícil que veamos que es la situación y del grado de malestar o bienestar que pensemos que esa situación nos va a provocar.
¿Y qué pasa si tengo mala actitud?
Si una situación es dañina para nosotros es normal que pasemos por fases. Pensemos, por ejemplo, en un duelo de un ser querido. Sería adaptativo el hecho de que, durante un tiempo, la persona tenga una predisposición pesimista hacia la muerte. Decirle, «ten una actitud más positiva, el mundo sigue girando» solo llevaría a invalidar y a invisibilizar el dolor que esa persona siente. Será necesario que en cierto momento tenga una actitud de enfado hacia lo qué está pasando y qué en otro momento, si el duelo sigue su cauce, pueda volver a tener una mirada positiva.
Me siento orgullosa de tener una mala actitud hacia ciertas cosas, como, por ejemplo, actitud agresiva hacia las injusticias, actitud pesimista cuando me va mal y no veo salida, actitud crítica hacia los dilemas morales, actitud suspicaz cuando no me fio de algo o alguien. Sé que si me permito sentirme mal y aprender de lo que me esté pasando mi mirada cambiará.
Creo que el problema no es la actitud que podemos tener en cierto momento, sino que nos quedemos estancados, que no aprendamos ni busquemos otros caminos o soluciones. Y quizá a veces para buscar otras formas más positivas de enfrentarnos a la vida tenemos que pasar por otras fases previas que, de alguna manera, nos resulten más negativas.