Todos los ayuntamientos deberán censar los edificios con amianto para su retirada

Todos los ayuntamientos deberán censar los edificios con amianto para su retirada

La nueva ley de residuos creará dos impuestos para reducir los envases de plástico y el vertido e incineración de los desechos
25 Mayo 2021

En el metro, en las escuelas, en naves industriales, en los edificios y oficinas... Como una “epidemia silenciosa” definen varias organizaciones medioambientales, sanitarias y sociales los efectos del amianto, un material de construcción ahora prohibido pero muy utilizado en la segunda mitad del siglo pasado. La nueva ley de residuos y suelos contaminados que prepara el Gobierno obligará a todos los ayuntamientos de España a elaborar un censo de instalaciones con amianto y un calendario para la retirada de este material cancerígeno.

Solo el mesotelioma, un tumor muy agresivo que afecta a la pleura y causado principalmente por la exposición al amianto, se cobrará la vida de 300.000 ciudadanos europeos de aquí a 2030, según varios informes del Comité Económico y Social Europeo, un órgano consultivo de la UE. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año en Europa se diagnostican entre 20.000 y 30.000 nuevos casos de enfermedades relacionadas con el amianto.

Se prevé que el proyecto de ley de residuos que ultima el Ministerio para la Transición Ecológica en el que se incluirán medidas contra el amianto sea aprobado entre marzo y abril en el Consejo de Ministros. Luego será enviado a las Cortes para su tramitación definitiva, señala el departamento de la vicepresidenta Teresa Ribera. La norma, que debe servir para trasponer un par de directivas europeas ante el riesgo de que España vuelva a ser expedientada por otro incumplimiento medioambiental, creará dos nuevos impuestos: uno sobre el depósito de residuos en vertederos y la incineración y otro especial sobre los envases de plástico no reutilizables, como anunció el pasado año el Gobierno.

Pero la última versión del proyecto, a la que ha accedido EL PAÍS, incluye como novedad una disposición adicional en la que se establece que “antes del 1 de enero de 2023, los ayuntamientos elaborarán un censo de instalaciones y emplazamientos con amianto incluyendo un calendario que planifique su retirada”. “Dicho censo, que tendrá carácter público, será remitido a las autoridades sanitarias y medioambientales competentes de las comunidades autónomas, las cuales deberán inspeccionar para verificar, respectivamente, que se han retirado y enviado a un gestor autorizado”, añade el proyecto.

La puesta en marcha de medidas contra este material es una reivindicación de un amplio grupo de colectivos, como la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, la Asociación Española contra el Cáncer, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos y Ecologistas en Acción, que se han unido para solicitar una ley integral contra el amianto. A la espera de esa norma específica, en la ley de residuos ya se fijará la obligación de la realización de los censos. Esta había sido una solicitud concreta de este colectivo. Carlos Arribas, miembro de Ecologistas en Acción, aplaude que se haya incluido el censo obligatorio, aunque considera que la propuesta de su organización era “más ambiciosa”. Pedían, por ejemplo, el establecimiento de mandatos de retirada del amianto con fechas concretas. Una portavoz de Transición Ecológica“El amianto está por todas partes”, alerta Arribas. Como un problema de “salud pública, medioambiental y laboral” define este asunto la plataforma que busca esa ley específica contra este material contaminante. Sus integrantes, que en noviembre hicieron público un manifiesto, lamentan que en España todavía no se haya “abordado un instrumento legislativo para erradicar el amianto”. “Se estima que el 65% del amianto instalado en todo el territorio español ha finalizado su vida útil (30-35 años), lo que incrementa su peligrosidad al desprender una mayor cantidad de fibras letales al ambiente”, señala la plataforma.

Arribas considera que la erradicación del amianto no solo puede tener beneficios para la salud y el medio ambiente, sino también para la actividad económica del país. La sustitución de este material por otros puede impulsar al sector de la rehabilitación de edificios, por lo que su organización propone que esta actividad sea incluida en los planes de recuperación que se impulsarán con fondos públicos nacionales y europeos.

Fuente: ELPAIS

 

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