Vamos a necesitar mucha fortaleza emocional, llega la 5ª revolución

Vamos a necesitar mucha fortaleza emocional, llega la 5ª revolución

Supongamos que, gracias al último empujón, ya nos hemos transformado digitalmente.
31 Julio 2020

Supongamos que hemos asimilado ya, gracias a la última sorpresa, que el mundo es VICA, como mínimo Incierto, y que el futuro – cualquier futuro imprevisto- nos tiene que pillar preparados.

Supongamos que hemos aprendido que el aprendizaje continuo – Lifelong Learning, Learning in the Flow of Work, upskilling, reskilling y demás – es lo que nos va a ayudar a llegar a ese futuro y nos hemos puesto las pilas.

Supongamos que, ya es mucho suponer, que las organizaciones poco a poco se van a ir convirtiendo en duales, que trabajan conectadas, en red, que se trabaja por proyectos y la redarquía va cogiendo fuerza. Esas organizaciones en las que todos podemos ser líderes porque el liderazgo es distribuido, y por tanto, supongamos, que hemos empezado a desarrollar nuestras habilidades en gestión de equipos.

Pues agarraros que vienen curvas, vamos a entrar, en la próxima década en la 5ª Revolución Industrial. La del internet del todo (IoE), según Marc Vidal en “La era de la humanidad”, la de:

  • La automatización completa del mundo
  • La revolución de los datos y el conocimiento
  • En la que la detección biométrica (tecnología ponible) y la IA velarán por nuestra propia salud
  • La sustitución de las pantallas por gafas geek
  • En la que se consolidará el blockchain y el bitcoin
  • La de más de 8.000 millones de personas conectadas
  • Y cientos de nuevas cosas que todavía no sabemos

Eso supone aprender a mayor velocidad, de aspectos más diversos, saber seleccionar mejor el contenido, y gestionar mejor la eficiencia de aprendizaje.

Eso significa que no podemos parar de reinventarnos si no queremos convertirnos en la “clase inútil”, que tenemos que asumir una actitud de crecimiento continuo.

Solo de pensarlo ya me estoy agotando, es como entrenar y correr una maratón inacabable, donde no hay ganadores, ni metas, pero no podemos correr solos.

Pero eso no es lo difícil, aprender continuamente no es difícil, es apasionante. Lo realmente difícil es gestionar el estrés, la frustración y el agotamiento intelectual que todo ello supone.

Vamos a necesitar mucha fortaleza emocional para la gestión del estrés que produce reinventarnos continuamente, rápido y a lo largo de toda la vida.

Mucha resiliencia para gestionar la frustración que supone que en el momento en que aprendes algo ya lo tienes que olvidar, porque ha quedado obsoleto. Y, sin embargo, no puedes parar porque sabes que te sirve para crear capas de conocimiento, escalones para seguir creciendo.

Mucha pasión para no dejar de ser curiosos.

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