España 5.0, hacia un nuevo modelo económico y productivo
España 5.0, hacia un nuevo modelo económico y productivo
La tragedia del Covid-19 nos ha mostrado el camino que tenemos que seguir para avanzar en un nuevo modelo económico y productivo que nos lleve hasta un proceso de reindustrialización de España totalmente diferente al que conocemos. Lo vivido en estos días nos debe servir de aprendizaje acelerado de la necesidad acuciante de usar la tecnología disponible para digitalizar nuestras vidas extremo a extremo. No podemos permitirnos el lujo de que situaciones como las que desgraciadamente estamos padeciendo nos pillen desprevenidos y sin posibilidad de aprovechar todas nuestras capacidades tecnológicas e industriales.
En solo unas semanas, la crisis sanitaria ha contribuido más que nunca a poner en valor el uso de las infraestructuras (comunicaciones y suministros básicos) y la digitalización, mucho más de lo hecho por el sector tecnológico e industrial en las últimas décadas.
Lo que estamos viviendo hasta ahora es una especie de prueba piloto acelerada de los retos que nos va a tocar afrontar en los próximos meses. Hemos hecho de la necesidad virtud, tirando para adelante, pero en un modelo poco sostenible que necesita de una transformación digital brutal, definitiva.
Precisamente por este empuje, por esta circunstancia sobrevenida, hoy más que nunca debemos poner en marcha un nuevo proceso de Reindustrialización del país que he llamado España 5.0, que nos dote de las habilidades necesarias para afrontar cualquier reto que salga a nuestro paso. Esos cinco ejes son: 1/Digitalización extremo a extremo. 2/ Creación de riqueza hacia la España despoblada. 3/ Desarrollo de un nuevo ecosistema industrial alrededor del 5G. 4/ Infraestructuras verdes y nueva economía. 5/ Expansión internacional en busca de nuevos mercados. En los próximos artículos iré desgranando cada uno de estos ejes y puntos clave que considero necesarios para poner a nuestro país al frente de Europa en desarrollo tecnológico/industrial.
Empezaré por el que considero uno de los puntos más importantes de todo este nuevo proceso. Hablo de un nuevo Ecosistema Digital, de un proceso de digitalización del país apoyado en las nuevas tecnologías como el 5G, la realidad aumentada y virtual (AR/VR), el Cloud, la inteligencia artificial (AI) o el internet de las cosas (IOT) que nos permite digitalizar toda la vida a nuestro alrededor extremo a extremo. Es imprescindible desarrollar ya extensiones digitales de los productos existentes, fomentando las interacciones digitales que se sustentan en canales digitales y presenciales, entre los cuales debe existir el adecuado equilibrio tradicional versus digital.
Hay que ir a un modelo digital de pagos, de flexibilización de plazos, de procesos de reembolso, de entrega… (esas funcionalidades que vemos en algunos comercios electrónicos líderes y que no existen en las demás industrias de manera tan natural/nativa). Los servicios de soporte al cliente han sido críticos estos días y su relevancia crecerá con nuevas capacidades de soporte visual remoto enriquecido (con realidad aumentada, inteligencia artificial, robots…). Las tendencias en hiperautomatización serán de ayuda, una vez que se hayan simplificado y rediseñado los procesos.
Tendremos una nueva forma de trabajar con nuevos paradigmas, con un teletrabajo digitalmente sostenible, con herramientas digitales y procesos estructurados y una flexibilidad que hasta hace poco no podríamos ni imaginar.
En particular en nuestro país, las infraestructuras de comunicaciones han respondido al incremento abrupto de la demanda garantizando los servicios TIC asociados (voz y datos fijos y móviles, plataformas en la nube, vídeo comunicaciones, etc.). Estas infraestructuras han sido muy bien planificadas y diseñadas, y no se han construido en dos días, de la noche a la mañana, como ya expliqué en mi anterior artículo sobre la red de fibra (FFTH) con relación a las redes de telefonía de par de cobre.
El comportamiento de ciudadanos y empresas ha sido sobresaliente, demostrando toda una gran resiliencia, adaptándonos rápidamente al nuevo escenario y mejor haber empezado así porque lo que está claro es que esta crisis ha supuesto un gran cambio, y más cambios que vendrán, para lo que se ha denominado esa “nueva normalidad” que ha venido para quedarse.
Y como apuntaba al principio de estas líneas, debemos reconstruir el tejido industrial y económico acorde a esta “nueva normalidad” pero sin eliminar muchas de las buenas cosas de nuestro pasado; hay que cambiar, y mucho, pero con cabeza. Esta crisis nos ha adelantado de algún modo el futuro, una primera pincelada, dejando claro que debemos avanzar con paso firme para que sea una verdadera realidad hacia ese modelo de vida totalmente digital.
Aunque hemos podido mantener unos niveles de trabajo y prestación de servicios razonables, esta crisis nos ha dejado patente que estábamos tan solo en el principio del camino, hay que acelerar, debemos ser proactivos, hasta diría que agresivos para recuperarnos y afrontar el futuro con garantía. Hemos avanzado en digitalización, pero quizás no todo lo suficiente. Algunos ejemplos que comparto.
1.- Atasco de las administraciones competentes, incapaces de absorber ERTEs, y demás procedimientos administrativos por falta de capacidades digitales. Podemos hablar del caso de la administración de justicia donde se han acumulado los procesos, las demandas o los recursos por no tener las herramientas necesarias para teletrabajar a distancia de manera segura. Es imprescindible una administración pública totalmente digital extremo a extremo donde se eliminen los procesos manuales, se automatice y se simplifique absolutamente todo. No puede ocurrir que las administraciones se vean paralizadas por ser incapaces de autentificar sus herramientas de trabajo en remoto.
2.- Teletrabajo, pero en qué condiciones. Todo en modo best-effort, así no puede ser ya que no podemos garantizar, ni ofrecer al usuario una determinada calidad de servicio en sus comunicaciones. Tras la experiencia obligada, y casi de un día para otro del teletrabajo, el 74% de las empresas ya plantean implantar el teletrabajo de manera masiva y estable tras el Covid-19. Más del 65% de las compañías informan de un incremento de la productividad entre el 20% y 40%, y el 82% de los teletrabajadores informan de que están menos estresados que en el trabajo presencial.
Y sin embargo, las grandes empresas solo estaban preparadas para hacer un teletrabajo escalado con el 10% de sus empleados (IDG Research). Nos hemos damos cuenta ahora tras analizar los datos que el teletrabajo era factible en España solamente en el 50% de las empresas. La mayoría tienen diseñado sus soluciones TI para tener, como mucho, a cerca de un 40% de su personal trabajando parcialmente en remoto. Y todo eso sin contar que la seguridad de esas mismas compañías no está preparada tampoco para el teletrabajo masivo. Según la CEPYME, solo el 14% de las pymes podrá trabajar en remoto y continuar operando con normalidad gracias a que tienen un plan de digitalización en marcha. Para Sage, soluciones de gestión en la nube, el 40% de las pymes madrileñas considera que trabajar desde casa no les permite llevar una gestión integral de sus negocios. Para conseguirlo, los empresarios tendrían que poder contar con los mismos sistemas de gestión que en sus oficinas, herramientas de software que permitan mantener los mismos procesos habituales de contabilidad.
Todo esto tiene que cambiar urgentemente porque no volveremos a la normalidad anterior a la pandemia. El teletrabajo ha venido para quedarse de manera definitiva.
3.- Y si hablamos de seguridad y herramientas tecnológicas y de sistemas nos damos cuenta de que también nos queda mucho camino por recorrer. Según una encuesta de Gartner, más del 75% de las empresas consultadas han manifestado algún tipo de dificultad con sus infraestructuras/plataformas, en particular las relacionadas con la ciberseguridad. Lo mismo sucede con los planes de continuidad del negocio de la mayoría de las organizaciones que se encuentran totalmente desfasados, y casi ninguno (por no decir todos), incluía la gestión del impacto de una pandemia.
A medio plazo vamos a observar un crecimiento importante, tanto de la demanda de la nube como de la construcción de data centers que estén a la altura. Proveedores de software, apps de trabajo en remoto, el 41% ha tenido una mayor demanda, sobre todo de sistemas de productividad (55,7%) y de registro horario (22,6%). Según Morgan Stanley CIO Survey, habrá un incremento del gasto en IT en productos basados en la nube, en concreto destaca para 2020 un incremento de 20%-25% en Cloud Computing y en Software de seguridad y de ciberseguridad, y +15% en Inteligencia Artificial y Machine Learning entre otros.
4.- Educación digital en remoto, pero para nada digital en su gran mayoría, falta de medios para alumnos y profesores, de metodologías (exámenes, clases, asistencia…). En definitiva, procesos que puedan resolver cualquier problema de una manera sencilla. No se trata de improvisar. Las soluciones tecnológicas nos permiten hacer muchas más cosas. En estos días hay muchas aplicaciones de carácter educativo (Googleforedu, Bookcreatorapp, Edpuzzle, Brainpop, Academons, Cerebriti) que están facilitando su uso ‘premium’ de forma gratuita a las escuelas, pero PostCovid-19 la situación cambiará, habrá que popularizar su uso y tendremos que pagar por su utilización.
5.- Sanidad… qué contar que no se haya dicho o escrito ya. Con una sanidad totalmente digital la salida de esta crisis hubiera sido más rápida y menos traumática. No estamos aplicando capacidades tecnológicas que ya tenemos para prevenir contagios. Y no hablamos solamente de enfermos crónicos o soluciones para la tercera edad, que es relativamente sencillo. Ahora con esta pandemia nos vemos en una situación clarísima en la que no tenemos suficientes elementos para que nos puedan testar a distancia. No estamos sabiendo sistematizar y sacar adelante los datos que aportan los enfermos de Covid, cada uno seguro con un comportamiento diferente; con las herramientas de soluciones digitales, la data, seríamos capaces de construir un mapa y una evolución mucho más rápida de la enfermedad.
Solamente el 33,3% de las entidades de salud privadas y un 18,2% de las públicas tienen iniciativas en curso relacionada con el Big Data, algo alarmante cuando se espera que el volumen de datos generados en el sector sanitario crecerá a ritmos del 48% anual. Según un informe de 2019 de Ernst&Young, el 67% de las entidades privadas de salud y solo el 27% de las entidades públicas de salud cuenta con un plan de transformación digital. Ninguna entidad pública afirma tener la medición del retorno de las inversiones de las iniciativas de transformación digital, frente a la sanidad privada, que al menos el 50% dice contar con estas herramientas.
6.- Inteligencia Artificial, a pesar de su potencial y todos los datos y estudios, ningún modelo ha predicho lo que se nos venía encima... Ahora (no antes) parece que gobiernos, Tecnológicas y empresas de la salud ponen el foco en este punto cuando las capacidades las teníamos hace mucho tiempo. Combatir una “guerra” como la del coronavirus con las capacidades de hace muchos años estando en pleno siglo XXI es un delito de lesa humanidad.
7.- Igualmente tenemos que poner en marcha una Industria 5.0 en la cual la intervención humana sea menor. Hay que intentar que las soluciones estén más robotizadas, que no dependamos en una factoría de que tenga que ir un porcentaje muy alto de trabajadores para poder sacar adelante cualquier tipo de manufactura. De la misma forma en otros modelos fabriles o industriales.
Exactamente en las ciudades inteligentes, Smart cities, que tienen que ser mucho más digitales. Por ejemplo, uno de los elementos que se está mostrando crítico es el comercio electrónico, no podemos dejar de pensar que vamos a tener que utilizarlo mucho más, vigilando su seguridad digital. En estos últimos meses se ha incrementado en más de un 30% las ventas a través de los canales digitales, con el consiguiente impacto en la gestión de la cadena de suministro y logística. El comercio electrónico forma parte de nuestras vidas cada vez de manera más intensa.
Hacia el hogar digital bi-modal
Me gustaría también aprovechar estas líneas para hablar del hogar totalmente conectado e introducir el concepto de hogar digital Bi-Modal. Se trata del hogar digital que está habilitado para un uso personal (familia, entretenimiento, etc.) y para un uso plenamente profesional. La fibra en la casa es un requisito, complementado con otras herramientas digitales al alcance de todos. Desde la perspectiva de las infraestructuras debemos ir hacia un modelo de instalación más ligero, más autoinstalable, y que todo sea configurable por software con la inteligencia en la nube y que le facilitemos la vida a los usuarios, que los dispositivos sean más enchufar y listo (Plug&Play).
La nueva digitalización debe de ser de todos, no solo los nativos digitales pueden sentirse cómodos en este escenario, toda la sociedad debe ser partícipe, debe ser digital casi por imperativo legal. Nos queda muchísimo camino por recorrer y por tanto hay que re-priorizar nuestros procesos y manera de hacer las cosas. Para seguir avanzando y salir fortalecidos de esta crisis debemos adoptar una posición más proactiva, incluso yo diría que más agresiva para que todas nuestras acciones de esta nueva normalidad vengan precedidas por interacciones digitales.
Y toda esta nueva digitalización de nuestro día a día debe ser impulsada por los gobiernos y las administraciones públicas. Como he dicho antes, no solamente los nativos digitales deben beneficiarse de las tecnologías, toda la sociedad debe ser capaz de utilizarla para evitar brechas digitales. Tenemos por delante un reto cultural y social sin precedentes porque con una sociedad más digital seremos más eficientes, más capaces, más productivos. No podemos perder el tiempo, hay que formar en nuevas competencias, educar en nuevas tecnologías, a ciudadanos y profesionales. Debe existir un claro equilibrio entre nativos Digitales vs Profesionales vs Ciudadanía vs Tercera edad.
De nada sirven las redes, las capacidades. Es como si tuviéramos maravillosas autopistas pero totalmente vacías. Podríamos presumir, pero no serviría de nada, hay que llenarlas de contenidos y capacidades. La digitalización ya no es cuestionable, tenemos que estar, hemos avanzado mucho, pero no basta. Hay que pensar que debemos ser capaces de trabajar, de entretenernos, de hacer una vida totalmente diferente y avanzar en un gran salto digital. Y no podremos llevarla a cabo si los gobiernos no están comprometidos. Hay un reto y tiene que haber un convencimiento de todos. Adelante. Es nuestro momento.