Transforma tu cultura organizacional creando una cultura del bienestar

Transforma tu cultura organizacional creando una cultura del bienestar

La implantación de una cultura de bienestar de forma transversal, creada por los diferentes equipos directivos de la empresa, es el catalizador para obtener mejores resultados corporativos.
3 Noviembre 2022

Está naciendo un nuevo liderazgo personal y profesional: personas gestoras y promotoras de su propia salud y bienestar y la de sus compañeros de trabajo. Al fin, somos nuestro estilo de vida.

El interés sobre cómo crear una cultura del bienestar está en auge. Por este motivo, debemos empezar por el inicio: con el significado de cultura. La palabra cultura tiene la misma raíz que la palabra cultivar. Extendiendo la metáfora de la agricultura, el objetivo es conseguir una cultura del bienestar y, para ello, es importante preparar el terreno para plantar las semillas de un conjunto de sistemas complejos, alimentarlas con feedback constante de nuestras personas, hacerlas crecer, florecer y gozar de sus frutos.

La clave para entender el concepto es comprender que la salud es un recurso para la vida, no un objetivo en sí. No debemos ver la salud cómo un índice de bienestar (dentro un sistema sanitario), sino la salud cómo una herramienta para llegar al bienestar. Es decir, tener buena salud es como tener un coche, la primera te permite poder gozar día a día de los tuyos y de todas las oportunidades que te ofrece la vida, y la segunda te ayuda a trasladarte de un lugar a otro.

Una vez hayamos entendido que la salud y el bienestar es un recurso nos será más fácil comprender que nuestra misión, cuando queremos implementar una cultura del bienestar dentro de nuestra empresa, es educar, empoderar y acompañar a las personas en la conquista de estilos de vida que generen salud y bienestar en sus comunidades personales y profesionales.

Los estilos de vida se nutren del entorno social, de una visión del mundo que implica un conjunto de patrones de conducta, de valores y creencias, que nos ayudan a asumir un determinado rol en el aspecto social. En una cultura del bienestar, las influencias sociales pueden conducir a las personas a tener un comportamiento saludable o no en cada uno de los hábitos de salud: actividad física, alimentación, gestión emocional, hábitos tóxicos, descanso, salud general, educación sexual o educación financiera. Por ejemplo, la cultura estadounidense tiende a apoyar la comida rápida, baja en nutrientes y alta en calorías, siendo una consecuencia directa del grave problema de obesidad y enfermedades no transmisibles que tienen en el país y asumiendo altos costes médicos.

Las familias, las escuela, los amigos, la empresa, todos estos entornos influyen en la elección de comportamientos de salud individual, influyendo positiva o negativamente en el estilo de vida de cada persona.

LAS CULTURAS SON SISTEMAS COMPLEJOS

Para lograr un cambio cultural exitoso, se deben involucrar múltiples influencias. Implantar una cultura del bienestar requiere tiempo, esfuerzo, estar abierto al feedback constructivo de los empleados y construir una metodología de mejora continua año tras año. Cada uno de los programas de salud y bienestar implementados es importante que esté alineado con todos los aspectos de la cultura de la empresa, que sea coherente y crezca año a año con el cambio cultural.

La cultura se compone de una constelación dinámica de influencias sociales:

1.      Valores compartidos (prioridades): es importante establecer una conexión entre los beneficios del bienestar y los intereses y valores de la empresa. La cultura del bienestar impulsa a los empleados a tomar mejores decisiones consiguiendo los objetivos que se ha marcado la empresa. Por ejemplo, en una empresa tecnológica, podrían ser tener la mejor atención al cliente, innovar rápidamente, llegar a los objetivos de ventas y apoyar la salud del equipo. Al fin, es un win-win.

2.      Normativas (la forma en cómo hacemos las cosas en la empresa): son los bloques de construcción de la cultura. En una cultura del bienestar, el objetivo es cambiar o adaptar las normas consiguiendo que los trabajadores tengan comportamientos saludables (puede ser algo tan sencillo como decir “buenos días” a los compañeros), y a la vez, apoyar o desarrollar normas que apoyen prácticas saludables. En una cultura del bienestar, las normas pueden verse en el ambiente y en su entorno solo al entrar por la puerta de la empresa. Es bueno centrarse en una o dos normas nuevas cada año, pocas, pero bien implementadas y coherentes con los valores de la empresa, su propósito, su marca y su cultura.

3.      Procedimientos culturales (las políticas formales e informales): configuran el comportamiento del día a día de la empresa. Una cultura del bienestar coge fuerza cuando las políticas están alineadas y ayudan a los empleados a seguir un comportamiento saludable. Gracias a esta influencia positiva se consigue un mayor compromiso, satisfacción y atracción del talento. A continuación, algunos ejemplos:

Premios y reconocimientos: ¿Las acciones saludables se premian y reconocen?

Retroceso: ¿Se desafía al comportamiento poco saludable?

Modelado: ¿Los líderes tienen comportamientos saludables visibles para sus empleados?

Selección: ¿Tenemos reputación de ser un buen lugar para trabajar y el nuevo talento sabe que en nuestra empresa podrá gozar del beneficio de tener programas de salud y bienestar?

Onboarding: ¿Está integrado dentro del onboarding la explicación de todos los programas de salud y bienestar que ofrece la compañía? ¿Se les ayuda y apoya a integrarlos en su día a día?

Aprendizaje y entrenamiento: ¿está integrado dentro el programa formativo de los empleados programas de salud y bienestar para obtener mejores habilidades para mejorar su rendimiento personal?

Información y comunicación: ¿Se disponen de las herramientas tecnológicas necesarias para llevar a cabo todas las acciones de salud y bienestar que ofrece la compañía a sus empleados?

Tradiciones y símbolos: ¿Hay actividades o tradiciones relacionadas con el bienestar de las personas? ¿Hay alguna acción tradicional que deba ajustarse a la cultura del bienestar?

Desarrollo de relaciones: ¿Se están formando amistades y equipos en torno a actividades saludables?

Recursos: ¿Las personas tienen el tiempo, el espacio y el material necesario para adoptar estilos de vida saludables? ¿Es coherente el mensaje que damos actualmente?

4.      Programas de salud y bienestar (apoyo en mejorar la salud y bienestar de las personas): facilitar entornos saludables (comedor, máquinas expendedoras, sala de descanso, espacios colaborativos e inspiracionales...), servicios y eventos formativos puntuales o continuos (workshops, PAE...), un portal de bienestar como canal de comunicación, etc. Los programas es importante que vayan destinados no solo al trabajador, sino también a mejorar el bienestar de sus familias, sus amigos y cultivar las relaciones entre los compañeros de trabajo.

5.      Clima (cohesión social): una cultura del bienestar puede ayudar a construir un clima laboral positivo mediante la adopción de enfoques que se centren más en las fortalezas que en los riesgos, conecte con la misión de la organización y ofrezca a las personas oportunidades para ayudar a sus compañeros. Para mejorar el clima laboral, el crecimiento individual y el organizacional es muy importante tener en cuenta estos tres factores:

Existe un sentimiento de comunidad cuando la gente se conoce, confían el uno con el otro y se genera un sentimiento de pertenencia.

Existe una visión compartida cuando las personas están inspiradas en un propósito común, llevando a cabo una contribución dónde pueden expresar sus valores personales y corporativos.

Existe una perspectiva positiva cuando la gente celebra logros y aborda los desafíos como oportunidades para mejorar.

Los equipos directivos más influyentes del mundo reconocen que influyen en el bienestar de los empleados todos los días, para bien o para mal, y tienen la misión de mejorar sus vidas, no solo su desempeño. Mejorar el bienestar de las personas tiene un impacto directo en el resto de los objetivos empresariales: aumento del compromiso, retención del talento, sentimiento de pertenencia y satisfacción, disminución del absentismo y un mejor clima laboral.

Personas más comprometidas, felices y saludables generan empresas saludables y rentables.

¿Qué opinas de este artículo?