Preocupante panorama laboral para mujeres en América Latina

Preocupante panorama laboral para mujeres en América Latina

Al menos 25 millones de jóvenes latinoamericanos están sin empleo.
23 Febrero 2020

En su último informe Panorama Laboral América Latina 2019, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indicó que la situación entre los jóvenes entre los 15 y 24 años es “preocupante”, pues uno de cada cinco no encuentra trabajo y de los cuatro que lo hacen consiguen un trabajo con bajos salarios, poca estabilidad y en su mayoría informales.

Según el informe, el índice de desocupación entre esta población alcanzó el 19,8%, el nivel de desempleo más alto registrado en la última década. Esto significa que unos 25 millones de jóvenes latinoamericanos están sin empleo.

Pero la situación más alarmante se registra en las mujeres cuya tasa de desocupación se elevó dos décimas y llegó al 10,2% en comparación con la de los hombres que se mantuvo sin cambios con un 7,3%.

La OIT destacó que Santa Lucía, Costa Rica, Brasil y Colombia son los países de Latinoamérica y el Caribe con mayor desocupación femenina, con tasas que van 18%, 15% y 14%, respectivamente.

La organización resaltó el caso de Guatemala, donde la participación laboral masculina es de casi el 85 % mientras que la femenina no alcanza a llegar al 40%.

También destacó que “uno de cada cinco jóvenes en América Latina y el Caribe (23 millones de jóvenes) no estudian ni trabajan. Aproximadamente 7 de cada 10 jóvenes que no están ni estudiando ni trabajando son mujeres (…) La mayoría de ellas dedica su tiempo a actividades domésticas y más de la mitad al cuidado de menores y familiares”.

A esto se suma que pese a que las mujeres son poco más de la mitad de la población, no son ni el 40% de los trabajadores, según resalta la OIT, que reitera que la segregación según género aún es prevalente.

Andrés García, experto en economía laboral y profesor de la escuela de economía de la Universidad EIA de Antioquia, Colombia, señala que esta brecha no es nada nueva, se ha mantenido así en las últimas décadas

“Esto es algo que ha sido persistente y seguramente hasta que no se tomen decisiones va a seguir. La consecuencia va a ser un menos acceso de las mujeres al empleo, menos capacidad de ingresos, que si lo juntamos con el tema cultural de que hay mujeres cabezas de familia esto se a su vez generará hogares vulnerables con una mayor proporción a los problemas económicos y sociales, con mayores indicios de pobreza”, señaló el experto.

A este problema se agrega la brecha salarial, según la OIT por cada hora trabajada, “las mujeres reciben ingresos laborales que son en promedio un 17% inferiores a los de los hombres con la misma edad, educación, presencia de niños en sus hogares, otros generadores de ingresos, condición de ruralidad y tipo de trabajo”.

Pese a que en los últimos años las mujeres han aumentado su presencia en el mercado laboral este aumento se esta dando en trabajos flexibles, de medio tiempo a parcial, el autoempleo y el trabajo informal.

Y fueron precisamente estas razones las que llevaron a Katherine Burgos, quien se graduó de periodismo hace más de siete años, a migrar a Estados Unidos en busca de un mejor trabajo y salario.

“Los pagos no eran justos, los salarios eran irrisorios, gané más plata fuera del país haciendo cosas que no tenían que ver con lo que estudié. Llega a rosar con la grosería, el hecho de que tu estudiaste tantos años para que te ofrezcan un sueldo mínimo o un sueldo inferior a lo que tu estudiaste o sabes”, enfatizó la periodista, quien afirmó que en uno de sus trabajos fu víctima de discriminación salarial.

“A un compañero, que estaba en le mismo rango que yo, le pagaban las horas extras mientras que a mí no, daban excusas que yo trabajaba desde la casa y que no estaban seguros si yo lo hacía”.

Al igual que Burgos, la realizadora visual Marta Calderón aseguró ser víctima de discriminación salarial.

“Pedí un aumento cuando yo vi que tenía la misma experiencia que mis compañeros, tenía compañeros hombres que sabía que ganaban una cierta cantidad de dinero y cuando yo pedí que me igualaran mi salario no me lo dieron, y así pasaba con los demás, siempre ganaban COP 200.000 o 300.000 más que yo en el mismo cargo”, aseguró.

Pero este no es el único problema que enfrentan las mujeres, según el informe el reparto por género de las tareas domésticas es excesivamente desigual. “Las mujeres se encargan del 80% de las labores del hogar, lo cual restringe su participación activa en el mercado laboral”.

 “Si bien hombres y mujeres participan en el mercado laboral en la misma proporción, las mujeres utilizan mucho más de su tiempo en actividades en el hogar, eso hace que cuando buscan empleo buscan tener una flexibilidad que les ofrezca el equilibrio entre las actividades del hogar y las actividades del trabajo, y si el mercado no ofrece esa posibilidad o flexibilidad es ahí cuando permanecen desempleadas”, explicó García.

Junto a estas tareas se suma la maternidad, pues debido a ella las mujeres no solo deben salir del mercado laboral por un tiempo, sino que se ven obligadas a buscar trabajos con horarios flexibles.

Según resalta el experto, durante la maternidad las mujeres se ven obligadas a salir del mercado laboral por un tiempo y cuando intentan volver a este se encuentran con una brecha de experiencia o desconexión del mercado llevándolas a aceptar trabajos menor remuneración.

“Ahí hay un tema importante y eso cómo incentivar a las empresas para que de alguna forma reduzcan el impacto de la maternidad. El papá también puede tomar un tiempo y ayudar a la mamá en las tareas del hogar de modo que ella pueda regresar al mercado laboral más rápido”, enfatizó García.

Como recomendaciones, la OIT destaca algunas recomendaciones para mejorar la condición de la mujeres como el reparto de las labores domésticas, cuotas de empleo femenino y políticas de desarrollo productivo, urbano y rural, entre otros.

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