Innovación empresarial para salvar al planeta
Innovación empresarial para salvar al planeta
Un informe de la ONG WWF estima que los humanos necesitamos 1,7 planetas para mantener nuestras cifras de producción y consumo de 2014.Getty Images
Hacia mediados del siglo XIX múltiples hambrunas comenzaron a asolar el planeta, cobrando la vida de miles de personas desde Irlanda hasta rincones de África y Asia. Eran síntomas evidentes de un crecimiento poblacional que comenzaba a exceder la capacidad de producción de alimentos de las naciones. Y el precio de ese desbalance se estaba pagando con mucho sufrimiento
A pesar de las estrategias planteadas desde organismos internacionales y gobiernos, la situación solo parecía empeorar con el paso de los años. Sin embargo, una innovación apareció en el horizonte a principios del siglo XX.
En el laboratorio de un químico alemán de origen judío nació una idea que cambió al mundo. Una innovación. De la cabeza y el ingenio de Fritz Haber, quien llevaba varios años estudiando la termodinámica de las reacciones químicas, surgió la posibilidad de sintetizar artificialmente el nitrógeno, un elemento fundamental para el crecimiento de las plantas. Nacían así los fertilizantes químicos, que permitieron atender a una población mundial en expansión.
En el despunte del siglo XXI hemos vuelto a estar frente a un reto descomunal: hemos sobrepasado los límites planetarios y desencadenado una emergencia climática. Un informe de la ONG WWF estima que los humanos necesitamos 1,7 planetas para mantener nuestras cifras de producción y consumo de 2014. Esa es nuestra huella ecológica. ¿Cómo vamos a recuperar ese equilibrio entre nuestro sistema económico y la salud del planeta y la sociedad? Como ocurrió en tiempos de Fritz Haber, la innovación y la búsqueda de nuevas ideas parece la mejor apuesta.
“No es sorprendente que grandes corporaciones multinacionales estén prestando mayor atención a la innovación orientada a la sostenibilidad”, recordaban recientemente Thijs Geradts y Nancy Bocken para la publicación MIT Sloan Management Review. “Si bien las innovaciones en sí mismas pueden o no ser disruptivas o radicales, la idea es mitigar los impactos negativos de las soluciones existentes o, mejor aún, tener un impacto positivo”.
Los dos autores condujeron 63 entrevistas semiestructuradas entre personas encargadas del área de sostenibilidad en siete multinacionales y, con base en su experiencia ante este desafío común, plantear elementos esenciales. Primero, las empresas deben tener una dirección clara y poder articular los objetivos a los empleados, escribieron. En segundo lugar, deben proporcionar un presupuesto adecuado y otros recursos (incluyendo espacio, tiempo y capacitación) para alcanzar los objetivos. En tercer puesto, deben tener lo que llamamos “espacio para la colaboración”; es decir, permitir que las personas trabajen con otras partes de la organización o se asocien con proveedores, clientes, ONG y terceros para abordar las brechas en habilidades y recursos.
Cada vez son más y más las empresas que han entendido que su rol en el siglo XXI dependerá de esta capacidad de innovar. Las señales comienzan a ser positivas y múltiples iniciativas lo demuestran. Desde que se lanzó el Pacto Mundial de Naciones Unidas, el 31 de enero de 1999, más de 13.000 empresas de 160 países se han sumado a este movimiento para avanzar en los retos globales y lograr una sociedad más sostenible. Hoy esas empresas trabajan enfocadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La aparición de instituciones como el World Business Council for Sustainable Development, cuyas acciones están orientadas a la ecoeficiencia, o la Coalition for Environmentally Responsible Economies, entre cuyos principios figura el uso sostenible de los recursos naturales, son también señales de esa transformación.
En ese mismo sentido, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente creó el Global Reporting Initiative, un centro concebido para aprender de los esfuerzos de sostenibilidad de las empresas. En el mundo se abre toda una nueva forma de hacer negocios, se trata de las Corporaciones-B, donde la “B” representa beneficios sociales, que se incorporan directamente en sus objetivos. Mucho más recientemente han surgido movimientos como Climate Action 100+, un grupo de más de 360 inversores que buscan garantizar que los mayores emisores de gases de efecto invernadero corporativos del mundo tomen las medidas necesarias sobre el cambio climático.
En Latinoamérica un ejemplo reciente enmarcado en este esfuerzo es la iniciativa “Corona Challenge”, con el que Bavaria pretende buscar y apoyar a personas, empresas o emprendedores que le apuesten a crear soluciones para los desafíos de sostenibilidad.
“Queremos desarrollar y acelerar las mejores ideas sustentables, esas iniciativas que tienen el potencial para hacer historia en un planeta que necesita de nuestra creatividad y que, en algunas oportunidades, parecen imposibles de ejecutar”, señala Carolina García, gerente de sostenibilidad de Bavaria.
Para esta convocatoria, que cierra el 7 de febrero de 2020, son bienvenidas diferentes ideas, como por ejemplo cuáles serían los materiales ideales para reemplazar el plástico que es utilizado en los envases de la compañía. O cuáles mecanismos se podrían implementar para generar un uso más eficiente del agua. Y, también, propuestas para minimizar las emisiones de gases y la huella de carbono
“Lo que está buscando es tercerizar la innovación o encontrar ideas disruptivas que le ayuden a la empresa en su producto, pero también para ser más sostenibles. Eso es clave, porque estamos en un momento de crisis climática y sociológica global”, añade Juanita Rodríguez, vicerrectora de Innovación de la Universidad Ean.
Pero, ¿cuál es la importancia de desarrollar emprendimientos que le apuesten a solucionar los desafíos de sostenibilidad? Para Carolina Durán, directora de la Corporación Ventures, es de relevancia apoyarlos, porque “es un compromiso que no solo se adquiere con el país, sino con el mundo en el momento en el que solucionas un problema complejo de agua, por ejemplo, o de reciclaje. Realmente estás creando una solución para la humanidad”.
A pesar de que en el país hay diferentes retos a los que se enfrenta un emprendimiento para ser sostenible, como la percepción del mercado en cuanto a este tema, Durán explica que es importante apostarles a estas ideas porque detrás hay una oportunidad enorme, “debido a que las grandes empresas están mirando hacia ese mercado como una oportunidad de negocio. Además, el consumidor es más consciente de lo que compra y le apuesta si contribuye al cuidado del medio ambiente”.
Un estudio realizado por la IE University, de España, reveló que las empresas que nacieron con el objetivo de tener un impacto social o medioambiental positivo ya representan más del 6 % del PIB en Iberoamérica y cumplen un rol importante en el cumplimiento de los 17 ODS.
Para Lise Kingo, directora ejecutiva del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, “el liderazgo en la cuestión climática nunca ha sido más importante de lo que es ahora, y es inspirador ver a tantas compañías y marcas diversas elevar audazmente sus objetivos”. Kingo agrega que las empresas que están liderando en sostenibilidad demuestran que es posible cumplir con la meta establecida en el Acuerdo de París; por eso, invita a las demás para que se unan a la iniciativa. El cambio ya comenzó.