La teoría de las mejoras marginales

La teoría de las mejoras marginales

En 2002, Sir Dave Brailsford se hizo cargo del equipo nacional de ciclismo de Reino Unido. Desde 1908 hasta 2002 el equipo ciclista tan solo había levantado una única medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.
8 Junio 2019

De su mano llegaron dos medallas de oro en Atenas 2004 y otras ocho preseas del mismo metal entre Pekín y Londres, cuatro años después. En 2010 se hizo cargo del equipo Sky consiguiendo los Tours de Francia de 2012, 2013, 2015 y 2016.

Para ello Brailsford aplicó la teoría de las mejoras marginales.

¿En qué consiste?

Tan sencillo como mejorar en un 1% el rendimiento de todas las cosas que haces. La suma de cada uno de estos factores que son fáciles de conseguir y sostener en el tiempo por separado, tienen sin embargo un impacto global en la mejora del rendimiento. Brailsford consiguió mejoras en la higiene diaria para evitar enfermedades, en la aerodinámica, en las comidas diarias, mejorar la calidad del sueño, etc. Todas ellas juntas se convirtieron en una apuesta ganadora.

Lo que entendió Brailsford es que los cambios no deben proceder de una estrategia radical, ya que implementar un cambio radical es tremendamente complejo y termina fracasando en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, decostruyendo en partes sencillas cada uno de los factores que afectan a la productividad de una organización, y mejorándolas en un 1%, la mejora es mucho más sencilla de implementar y los resultados terminan llegando.

Algunas de las ideas que este entrenador puso en marcha se resumen en:

Tener claridad en el propósito, así como en los roles, responsabilidades, estructura y táctica

Decidir lo que se quiere ganar porque no se puede ganar todo.

Construir y reforzar el CORE. Utilizó este acrónimo para defender una fórmula de éxito: Commitment + Ownership + Responsibility = Excellence (Compromiso + Pertenencia + Responsabilidad = Excelencia).

Trabajar únicamente con aquellos deportistas que estuvieran guiados por una motivación intrínseca para la consecución de los resultados.

Controlar el cerebro reptil, tratando de evitar que la impulsividad del cerebro inhibiera la correcta toma de decisiones del lóbulo prefrontal. Un trabajo psicológico de alto impacto.

Administrar el “triángulo del cambio”. Para manejar un cambio correctamente y conseguir la mejora, es necesario comprometerse con mejorar significativamente, creer firmemente que la mejora es posible y decidir pagar todo el precio que sea necesario para que esto ocurra.

Cambiar complejidad por sencillez, pequeñas mejoras sobre grandes cambios. Estas pequeñas ganancias marginales no dan resultado en el corto plazo sino a medio y largo plazo.

El hecho de descomponer una manera de trabajar en todos sus pequeños factores permite ver si alguno de ellos no son productivos y pueden eliminarse o sustituirse por otros que si lo sean.

La sencillez suele ser la manera más eficaz de mejorar.

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