El «ordeno y mando» ya es historia
El «ordeno y mando» ya es historia
La/El jefe autoritario y distante ha dejado paso al jefe democrático, carismático y participativo. Ahora no está bien visto lo de dar órdenes, el liderazgo autoritario ha pasado de moda y las empresas buscan otro perfil. «Han cambiado la figura del jefe tradicional por un líder capaz de gestionar y motivar equipos de trabajo multidisciplinares, a través de la empatía, la confianza y la honestidad. Los nuevos líderes inspiran a sus equipos a dar lo mejor de sí mismos para enfrentar con éxito nuevos desafíos y proyectos», afirma Judith Monmany, responsable de Comunicación de Infojobs. Un jefe debe ser capaz de coordinar personas que tienen mayores conocimientos que el propio líder y por eso «la delegación y la confianza son fundamentales en el nuevo rol del líder», añade Judith.
Y es que ha cambiado tanto la visión que se tiene del jefe que una empresa que promueve el liderazgo autoritario «no sería capaz de sobrevivir», afirma la responsable de Infojobs. El nuevo rol del líder implica nuevas competencias y comportamientos. Por ejemplo, «la flexibilidad, que le permite al líder adaptarse a los distintos perfiles del equipo» o la capacidad de escucha «para comprender los diferentes puntos de vista de sus colaboradores». También se da importancia a la humildad, «para aceptar que algún integrante del equipo puede tener mayores conocimientos específicos y que por ello el liderazgo puede ir rotando en función de las necesidades de los proyectos y la organización», puntualiza Judtih Monmany.
«Hay muchos estilos de liderazgo y cada empresa debe definir el estilo de sus directivos en función de sus objetivos», explica a Natalia Cabanas, de Randstad Executive Search. Consciente del cambio que se ha producido en las empresas cree que el estilo de cada jefe depende mucho «del momento de madurez de la empresa» y resalta que además del cambio de estilo de los responsables se ha producido «un cambio de las expectativas del equipo hacia su jefe». Antes esperabas recibir órdenes y ahora se espera que sea una especie de profesor que te enseñe y que te oriente. Subraya también el hecho de que un buen jefe «depende de una serie de circunstancias y de su entorno» pero entre los rasgos más importantes a tener en cuenta es el de la «coherencia con sus superiores y con su equipo».
Hay que oír y negociar, pero no intentar «consensuar todo»
Para Santiago Ávila, profesor de Comportamiento Humano de la Organización en la EAE Business School, «dirigir bien no ha cambiado pero el entorno hace que la dirección deba ser menos impositiva». Cree además que existe un complejo enfermizo instalado en el mundo empresarial por el que se busca «consensuar todo y nos hemos ido al otro lado de la balanza». Este docente defiende la dirección humana y recuerda que «desde hace más de 60 años el jefe escucha, aconseja e impone cuando le toca». Pero ahora se pide algo más, «que adivine el futuro, que se adelante a los acontecimientos». Se muestra muy crítico con quienes hablan de la felicidad laboral, «la motivación la debes llevar desde casa, no debe ser tu jefe quien te motive pero sí quien no te haga perder esa motivación».
Perfil más buscado
«Los jefes antes eran los mejores técnicamente pero ahora además deben estar capacitados para serlo, que se sientan motivados porque ser jefe es algo vocacional», reflexiona Natalia Cabanas. Santiago Ávila, por su parte, distingue entre jefe y líder, palabra con una connotación ya de por sí positiva. Un buen jefe «debe saber escuchar, orientar, enseñar, respetar, dirigir imponiendo no está bien y tampoco basarse solo en el consenso». Por eso ve fundamental que la ética esté bien adentrado en el jefe y se lamenta de que «.las humanidades se están abandonando, parece que la tecnología solo nos da la luz»
Para cumplir esta nueva misión las empresas buscan jefes con una buena visión estratégica y con capacidad de anticipación a los cambios. «Es necesario que un buen líder esté dispuesto a mantenerse actualizado de manera continua. Las habilidades comunicativas también se han vuelto indispensables, tanto a nivel descendente, ascendente y transversal», apunta Judith Monmany. Los empleados crean cada vez más expectativas en relación a su jefe. «Valoran un ambiente de trabajo en armonía y el reconocimiento y la confianza, tanto por un trabajo bien hecho como en la posibilidad de mejora constante y en la capacidad de superación», indica la responsable de Comunicación de Infojobs. «Antes no se cuestionaba tanto al jefe, podías tener una buena o mala relación con él», añade Natalia Cabanas