Nuevas normas para reforzar la seguridad alimentaria en toda la Unión Europea

Nuevas normas para reforzar la seguridad alimentaria en toda la Unión Europea

El Parlamento Europeo, aprueba una norma que obliga a que los procesos de evaluación científica y de riesgos por los que se aprueba la venta de productos agroalimentarios, deberán ser más transparentes
2 Junio 2019

La seguridad alimentaria tiene que ser un objetivo fundamental en cualquier país desarrollado, y se entiende que en todos los Estados miembros de la Unión Europea debe ser así, pero algunos escándalos surgidos en diferentes países, incluida Francia (carne de caballo etiquetada como vacuno, leche en polvo contaminada, etc), cuya industria agroalimentaria es la más potente del mundo, han obligado a endurecer las leyes que regulan el sector.

Dos medidas importantes fueron aprobadas recientemente, una en Francia, que sin duda obligará a otros a seguirla, y la otra en el Parlamento Europeo. La primera atañe a los siempre controvertidos añadidos químicos, conservantes y colorantes, a los alimentos. En concreto, el gobierno francés anunció el 17 de abril que a partir de enero de 2020 estará prohibido vender cualquier producto de alimentación que tenga añadido el colorante dióxido de titanio, que en el etiquetado los consumidores pueden identificar como E171 (ver enlace adjunto).

Este colorante ampliamente utilizado en confitería, salsas, platos preparados e incluso yogures, se utiliza desde hace muchos años, pero ha sido últimamente, más desde que se utiliza en nanopartículas, cuando algunos estudios lo han apuntado como un potencial cancerígeno y de peligro incierto. El gobierno francés subraya que no hay evidencias que permitan “levantar las incertidumbres sobre la inocuidad del E171”, aunque también reconoce que esa misma evidencia es inexistente para confirmar su carácter cancerígeno. Este colorante sí seguirán en productos dentríficos y en el encapsulado de algunos medicamentos.

La segunda medida, aprobada por el Parlamento Europeo, es muy relevante ya que obliga a que los procesos de evaluación científica y de riesgos por los que se aprueba la venta de productos agroalimentarios, deberán ser más transparentes. Una reforma obligada al haberse producido una gran controversia por los ensayos realizados con el glifosato, el herbicida más utilizado en el mundo, que fue desarrollado por Monsanto, y que es acusado de generar cáncer, siendo ya un caso judicializado.

La nueva norma, cuyo texto completo adjuntamos, ha sido aprobada de manera casi unánime, con 603 votos a favor y 17 en contra, y ahora deberá ser ratificada por el Consejo de la UE. Las empresas que pidan autorización a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) para comercializar un producto agroalimentario tendrán que hacer pública toda la información pertinente sobre el proceso que han seguido para asegurarse la inocuidad del producto.

Con el fin de conseguir la transparencia será creada una base de datos europea común de los estudios que se hayan realizado, de tal forma que las empresas no tengan la tentación de silenciar los estudios que no les fueron favorables a sus intereses. Además, la EFSA podrá también hacer públicos los estudios que haya realizado para que sean estudiados por terceras partes.

Fuente: La Celosía

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