El juez declara accidente laboral la enfermedad de una funcionaria por la mala ventilación de su oficina

El juez declara accidente laboral la enfermedad de una funcionaria por la mala ventilación de su oficina

En las mismas instalaciones de la Xunta de Galicia sufrió otra trabajadora el síndrome de sensibilidad química múltiple
5 Noviembre 2018

La baja laboral por enfermedad de una trabajadora de la Xunta en Ourense, que desarrolla su actividad en la Xefatura Territorial de Política Social, «tiene su causa en un accidente laboral, al haberse originado por las condiciones de su lugar de trabajo». No es una enfermedad común, como defendía la Xunta, sino un accidente laboral, según una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo 1 de Ourense.

La trabajadora arrastra desde el 2015 molestias, primero de manera intermitente y progresivamente agravadas, como alergias, disneas, tos, mareos, vómitos y cefaleas, entre otros, que imputa a la mala ventilación del local y a la existencia de agentes químicos como pintura, insecticidas y productos de limpieza. La Xunta no ve relación de causalidad. El juez, sin embargo, ha atendido la reclamación. No solo ha ponderado los análisis e informes médicos de la afectada, sino que también ha valorado las quejas de otros trabajadores por molestias similares, cómo el sistema de aire acondicionado falla, otra trabajadora de la misma oficina padece los mismos síntomas del síndrome de sensibilidad química múltiple y cómo el servicio de prevención de riesgos de la Xunta reconoce que en la limpieza se utilizan productos con amoníaco o lejía. Legalmente aptos o autorizables, dice la sentencia, pero si el local carece de ventilación natural, los efluvios demoran un tiempo en desaparecer y ello eleva el riesgo de generación de molestias a las personas más sensibles hacia los agentes químicos.

El juez señala que «buena parte del origen del problema» está en la ausencia de ventanas para una ventilación natural. Ese tipo de construcciones tienden a la larga, dice la sentencia, a padecer el síndrome del edificio enfermo, que genera a los trabajadores de esas oficinas síntomas o molestias similares a las de esta demandante. Apela el juez a la ciencia arquitectónica más moderna en cuanto recomienda la instalación de ventanas para que queda recurrir a la ventilación natural. Como ejemplo de «serios problemas de habitabilidad» cita el edificio de Ferro del campus universitario de Ourense.

Fuente. La Voz de Galicia

 

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