Un nuevo estudio científico cuestiona la recomendación médica indiscriminada de rebajar el consumo de sal y los niveles sugeridos

Un nuevo estudio científico cuestiona la recomendación médica indiscriminada de rebajar el consumo de sal y los niveles sugeridos

El estudio subraya que el nivel de consumo recomendado de 5 gramos de sal diarios no rebaja el riesgo cardiovascular ni la montandad
29 Septiembre 2018

La Organización Mundial de la Salud recomienda que la población consuma menos de 2 gramos diarios de sodio, lo que equivale a 5 gramos de sal, como medida preventiva para evitar las enfermedades cardiovasculares. Nadie de la comunidad científica discute que los consumos altos de sal elevan la tensión arterial y los hipertensos tienen más probabilidades de sufrir un ictus o un ataque al corazón, pero diversos estudios critican la reducción del consumo de sal a los niveles sugeridos por la OMS, considerándolos incluso perjudiciales para muchas personas que no son hipertensas.

Acaba de publicarse en The Lancet el estudio ‘Urinary sodium exretion, blood pressure, cardiovascular disease, and mortality: a community-level prospective epidemiological cohort study”, firmado por un grupo de investigadores de la universidad canadiense McMaster, encabezados por Andrew Mente, quienes hace dos años ya advirtieron de que la restricción de sal a niveles como los recomendados por la OMS sólo  reducían el riesgo cardiovascular a los hipertensos. Adjuntamos enlace al artículo original.

El grupo científico dirigido por Mente ha investigado la asociación entre la ingesta de sodio y potasio a nivel comunitario y las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad que se produce en las comunidades estudiadas. Estos investigadores han observado durante ocho años el comportamiento  médico de 100.000 personas en 18 países de cuatro continentes viendo los efectos de la sal con una dosis de 12 gramos diarios, es decir más del doble de lo recomendado por la OMS.

La conclusión es que el consumo de sal a este nivel no es perjudicial para la salud, con la excepciones citadas de quienes sufren hipertensión. Han constatado que en las comunidades con estos  niveles de consumo de sal no se producían más infartos o enfermedades cardiacas o derrames cerebrales, ni aumentaba la mortalidad. Incluso se observó una mortandad más prematura en las personas que consumían menos sal y el débil consumo de sodio aumentaba ligeramente el riesgo de crisis cardiacas.

Solamente cuando se superaban los 13 gramos por día se apreciaba un riesgo mayor de derrames cerebrales. Ocurre en China, donde la alimentación con salsa de soja (que ahora comienza a consumirse en Occidente sin conocer los riesgos) es habitual, frente a sólo un 15% de los grupos estudiados de otros países superan también los13 gramos. Habrá que ver si con los resultados del estudio se produce una reflexión de las autoridades médicas.

En España se duplica el consumo recomendado y tiene una muy alta esperanza de vida

Países de la Unión Europea se sitúan entre los mejores en esperanza de vida y el consumo de sal es muy alto en otros como Hong Kong y Suiza, que también destacan en esperanza de vida. Actualmente el consumo medio de sodio por parte de los europeos oscila entre 2800 y 5200 miligramos diarios, y la Comisión Europea ha desarrollado un marco común de reducción del consumo de sal. España unos datos sobre consumo de sal en 2009 de 11,5 gramos diarios para los hombres y de 8,4 gramos de las mujeres. Acorde al estudio canadiense no sería necesario reducir esos consumos, aunque sí es necesario conocer el contenido de sal en pan y quesos , y especialmente de los platos y condimentos preparados, que sí pueden generar excesos de ingesta de sodio sin ser conscientes de ello.

El estudio midió también el nivel de potasio en la orina de los participantes y ha subrayado que un mayor nivel de potasio, como el que aportan la fruta y las verduras reduce la mortalidad, las enfermedades coronarias y los ictus. Quizás la clave saludable se encuentre en una dieta más rica en potasio que en una reducción de la sal, que es sin duda una necesidad gastronómica.

Fuente. La Celosía

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