Las vacaciones reducen la posibilidad de sufrir problemas cardíacos y aumentan la esperanza de vida
Las vacaciones reducen la posibilidad de sufrir problemas cardíacos y aumentan la esperanza de vida
Las vacaciones son tan importantes para la salud como el ejercicio, una dieta sana o el descanso diario. Y es que se ha comprobado que apartarnos del estrés laboral, durante un tiempo, provoca que se reduzca la posibilidad de sufrir problemas de corazón y, por lo tanto, alarga la esperanza de vida.
“La necesidad principal de vacaciones la tiene nuestro cerebro, y ello se debe a la conexión que existe entre la mente y cuerpo, pues este último, con los cuidados diarios necesarios, podría encontrarse perfectamente saludable, pero nuestro cerebro necesita desconectar”, explica la doctora Marisa Navarro, psicoterapeuta y autora de los libros El efecto tarta y La medicina emocional.
Con el estrés al que normalmente estamos sometidos en los difíciles tiempos actuales, son habituales niveles altos de cortisol y adrenalina en sangre que podrían hacerse crónicos. Para que estos niveles se normalicen, la única solución es desconectar durante un tiempo y poner distancia con los problemas, “algo que, por otra parte, en muchos casos, nos permite verlos con otra diferente perspectiva y nos ayuda a tomar acertadas decisiones”, explica Navarro.
“Pero la desconexión solo llega a producirse en vacaciones, y aún mas, tras la primera semana”, afirma Navarro. Esto quiere decir que el periodo mínimo que una persona necesitaría para poder desconectar adecuadamente sería de quince o veinte días.
Pero no todo depende del tiempo, ya que la persona también tiene que hacer el esfuerzo de olvidarse de los correos electrónicos, llamadas de móvil y WhatsApp relacionados con el trabajo. Tampoco debería prestar demasiada atención a las habitualmente inquietantes noticias políticas y económicas.
Cambiar de entorno, también nos ayuda a desconectar. En el caso de que esto no sea posible, es importante intentar hacer actividades distintas y estimulantes que permitan crear pensamientos y sentimientos diferentes, pues la acción es capaz de transformar el pensamiento y el sentimiento.
“En el caso de que tengamos una buena relación familiar, las vacaciones las reafirman y permiten que podamos disfrutar de actividades conjuntas que afianzan los deseados lazos de la familia, creando cercanía e intimidad”, añade la doctora. Pero si no hay una buena relación de pareja o familia, las vacaciones nos pueden servir para tomar conciencia de las carencias que existen y poder afrontarlas, ya que contamos con tiempo para ello.
Estos momentos de ocio nos protegen de la ansiedad, nos permiten recuperarnos del cansancio, nos permiten dormir y descansar más y mejor y realizar actividades que nos sientan bien y nos dan alegría. Todo ello fortalece nuestra salud.
Por último, la doctora recuerda que las vacaciones también benefician a nuestra productividad y creatividad, ya que se verá aumentada a nuestro regreso, después de unos reparadores días de descanso físico y mental.
Fuente. RRHHpress