TheCircularLab. Bienvenidos al futuro

TheCircularLab. Bienvenidos al futuro

La ecuación fabricar-usar-tirar que ha guiado nuestro modelo de producción y consumo desde el siglo XIX ha puesto al planeta en jaque.
15 Agosto 2018

Frente a esta sinrazón, nace TheCircularLab, un centro de innovación creado por Ecoembes pionero en Europa con el objetivo de investigar sobre los envases del futuro a través del ecodiseño, el desarrollo de soluciones que faciliten el proceso del reciclaje al ciudadano y la gestión inteligente de los residuos. La industria del futuro ya es presente.

El vaquero recorre las llanuras mirando al horizonte. Arremete contra las poblaciones indígenas, caza, abre minas y perfora pozos. Su arrogancia no tiene confín. A su paso, suelo devastado. Con los ojos clavados en la nada y en el todo, empuña sus prismáticos: siempre quedarán más tierras al oeste.

Fue el economista estadounidense Keneth Boulding (1910-1993) quien popularizó el sugerente concepto de economía cowboy. No encontró metáfora más eficaz para advertir sobre la capacidad destructora del modelo de desarrollo en el que nos embarcamos con el arribo de la Revolución Industrial y cuyos tentáculos se expandieron durante todo el siglo XX.

A este delirio simbolizado en el far west, Boulding contraponía la economía spaceman o del astronauta: una economía circular confinada a un sistema cerrado –la nave–, estrictamente limitado en sus fronteras. El viajero espacial dispone de unos recursos mínimos y limitados, incluido el oxígeno. Debe, incluso, gestionar sus desechos: la orina, a través de unas mangueras adaptadas para ambos sexos, va a parar a un contenedor donde el 90% se recicla para uso de la Estación Espacial Internacional (ISS). Cualquier contratiempo que ocurra dentro de su pequeña atmósfera puede provocar un impacto ecológico imprevisible.

El universo reducido a parábola, donde nosotros somos los astronautas y la Tierra, nuestra gran cápsula espacial. Más nos vale: para 2050, la población mundial habrá alcanzado los 10.000 millones de personas. Dos de cada tres se concentrarán en ciudades. Al ritmo de consumo actual, haría falta un planeta y medio para abastecer a todos. Hemos llegado a un punto de no retorno. Sin embargo, la cuestión que los científicos plantean no es si tendremos recursos suficientes, sino si seremos capaces de conservarlos hasta entonces.

Redifiniendo el residuo

Cada ciudadano español genera unos 500 kilos de residuos anuales. Sin saber qué hacer con ellos. Desde una cáscara de naranja hasta una pelota de fútbol, concebida, paradójicamente, como un proyecto de diseño industrial. Es el resultado del modelo lineal de producción y consumo basado en la fórmula de fabricar-usar-tirar.

No tenemos otra alternativa: el único modelo de desarrollo posible es aquel que no deje ningún rastro. Esta nueva forma de entender los procesos industriales ya tiene nombre: La economía circular. Y su primer campo de pruebas: Logroño.

La ciudad riojana se ha convertido en la sede de TheCircularLab, el primer laboratorio de innovación de Europa en materia de economía circular, impulsado por Ecoembes. El proyecto supone una inversión cercana a los 10 millones de euros y conlleva la creación de 40 puestos de trabajo in situ y más de 200 a través de un ecosistema de emprendedores.

Bajo los parámetros de la economía circular y a través de la investigación colaborativa, este Silicon Valley del reciclaje centra su actividad en el estudio, la prueba y el desarrollo de las mejores prácticas en el ámbito de los envases y de su ciclo de vida. En efecto, se trata de atajar los problemas desde la propia concepción del producto o proceso, teniendo en cuenta que el 80% de los impactos ambientales que estos generan se definen en la fase de diseño.

Aligerar los envases o suprimir los embalajes innecesarios, eliminar tintas y metales pesados o utilizar materiales reciclados son acciones que suponen un ahorro para las empresas y un beneficio medioambiental neto. Solo en 2015, gracias al ecodiseño, se evitó la emisión de 65.771 toneladas de CO2, según datos ofrecidos por Ecoembes. Se prevé, además, que el mercado mundial del sector de los materiales de ecodiseño alcance los 335.000 millones de euros en el 2020.

Asi será la industria 4.0

Desde TheCircularLab, se trabaja en cuatro áreas de investigación diferenciadas. La primera de ellas se centra en el desarrollo de los envases del futuro. Para ello, se ha puesto en marcha un proyecto que evalúa el comportamiento de los envases a lo largo de todo su ciclo y propone recomendaciones de mejora para conseguir un menor uso de recursos. Asimismo, también se está trabajando tanto en la búsqueda de nueva materia prima sostenible como en la introducción de materiales reciclados en los procesos de producción. Con la intención de identificar y aplicar las novedades que surjan en este ámbito, se ha creado el primer Observatorio del Envase del Futuro. Desarrollar herramientas que faciliten la separación en el hogar y el correcto reciclaje es otro de los objetivos de TheCircularLab. ¿No sabes en qué contenedor depositar un bote de detergente? Pues bien: en el Laboratorio se está desarrollando una aplicación que identifica los envases a través de la imagen y la voz, una especie de Siri del reciclaje para resolver nuestras dudas. Por otro lado, a través del Big Data y el análisis de datos, se diseñarán campañas de educación ambiental.

«Este Silicon Valley del reciclaje se dedicará a la investigación de la economía circular»

 

La tercera línea de investigación está centrada en la aplicación de la tecnología más puntera a los procesos de recogida, selección y reciclado de envases. Para ello, se ha creado la plataforma SmartWaste, la primera herramienta de gestión de información y análisis de datos para mejorar la eficiencia y calidad de los servicios municipales de gestión de residuos urbanos.

Dentro de esta área se trabaja también en el desarrollo de contenedores inteligentes, en la búsqueda de nuevos modelos de vehículos de recogida más respetuosos con el entorno o en la incorporación de sistemas de robótica en el tratamiento de residuos, encaminando así a las plantas de selección hacia la industria 4.0.

Asimismo, junto con la Cátedra Unesco de Ciclo de Vida de ESCI-UPF, se está consolidando una metodología que ofrece información sobre el impacto real del envase a lo largo de todo su ciclo de vida (ACV). Finalmente, desde TheCircularLab se busca fomentar la innovación abierta y colaborativa a través del trabajo en red con nuevos emprendedores y startups que trabajen en el ámbito de la economía circular.

Por ello, en colaboración con el Gobierno de La Rioja, la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja y Emprenderioja, se ha lanzado un programa de incubación destinado a acelerar nuevas ideas de negocio relacionadas con el ecodiseño, el reciclaje, la gestión de residuos y la ciudadanía. «TheCircularLab supone un paso más en la consolidación de un modelo de desarrollo sostenible basado en la economía circular y la innovación colaborativa.

Una meta por la que en Ecoembes venimos trabajando desde que comenzamos con nuestra actividad, hace ya 20 años, y que sin duda nos acerca cada vez más a la consolidación de una ciudadanía cada vez más implicada en materia de reciclaje», ha asegurado Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes.

Localizado en Logroño, TheCircularLab es el único centro de innovación en el mundo especializado en economía circular. A través de la innovación colaborativa, se estudiarán, concebirán, probarán y aplicarán en un entorno real las mejores prácticas.

¿Por qué La Rioja?

La demografía de esta región presenta las características idóneas para acoger este proyecto, tanto desde el punto de vista operativo como desde el de interacción del ciudadano. En concreto, La Rioja cuenta con una tasa de reciclaje de envases domésticos del 84%, porcentaje por encima de la media nacional (74,8% en 2015). «Queríamos buscar un sitio best in class, con un gran compromiso ciudadano y que estuviera totalmente integrado en la separación selectiva de residuos. Además, La Rioja tiene 315.000 habitantes, lo que la convierte en un sitio asequible para lograr una comunicación bidireccional con el ciudadano: que seamos capaces de lanzar mensajes y de escucharlos», explica José Luis Moreno, gerente de Innovación de Ecoembes. Según cifras del Observatorio de Competitividad 2016 de la Cámara de Comercio de España, la Comunidad Autónoma constituye un potente ecosistema de innovación, con una ratio de 0,53 puntos sobre 1 (la media nacional es de 0’45 puntos). A esto se suma que más del 30% del PIB de La Rioja proviene del sector industrial, unas cifras similares a las de Alemania. «Un análisis multivariante convierte a este entorno en el espacio óptimo para desarrollar experiencias que luego podrán trasladarse a otras zonas de España o, incluso, de Europa», aseguran desde Ecoembes.

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