España 2030: uno de cada tres empleos estará automatizado

España 2030: uno de cada tres empleos estará automatizado

La primera fase de la automatización llegará a principios de 2020 y cambiará hasta el 4% de los empleos El sector educativo será el que menos impacto reciba por la inteligencia artificial
2 Mayo 2018

Los robots, la automatización, la inteligencia artificial ya es una realidad, pero ¿Cuándo se generalizarán hasta el punto de impactar en el mercado de trabajo? La consultora PwC ha elaborado un estudio internacional en el que concluye que en el caso español dicho impacto no será significativo hasta la década de 2030. Si bien, a partir de entonces, uno de cada tres empleos actuales estará totalmente automatizado y no lo realizará un trabajador.

Este análisis determina que la automatización del mercado laboral se va a llevar a cabo en tres grandes fases. La primera en la que ya están inmersas las empresas y los trabajadores durará hasta principios de la década de 2020, se denomina fase algorítmica. De hecho, actualmente se está produciendo ya la automatización de las labores más sencillas y del análisis estructurado de datos. En esta fase entre el 1% y el 4% de los empleos pasarán a ser realizados de forma automática en lugar de por un trabajador. En estos primeros momentos los empleos el riesgo de que desaparezca un empleo de una mujer por la automatización es del 4%, el doble que el de los hombres 2%).  

Seguidamente, se producirá lo que PWC ha denominado, fase de automatización aumentada, que se ampliará al intercambio de información y al análisis de datos desestructurados. Esta fase se prolongará hasta mediados de la década de 2020 y el impacto en el mercado laboral español ya será más serio: el 21% de los actuales empleos podrían realizarse de forma automatizada. En especial los empleos ocupados por trabajadores de cualificaciones medias, cuya automatización se elevaría al 29%.

Finalmente, la mayor transformación del mercado de trabajo español llegará, según estas previsiones, en el largo plazo, a partir de 2030. Entonces se entrará en la fase autónoma, en la que la Inteligencia Artificial podría hacer que desaparecieran el 34% de los puestos de trabajo que se conocen actualmente. En este caso, los empleos menos cualificados serán los más perjudicados (en riesgo el 44%); seguidos de los que requieren cualificaciones medias (39%) y, finalmente, los que exigen mayor formación, que solo se verán afectados en un 14%.

Los sectores de actividad que previsiblemente verán transformarse más ocupaciones en esta tercera fase de la automatización serán los del transporte y la logística, donde más de la mitad de los empleos (el 52%) se realizará por métodos totalmente automáticos y de inteligencia artificial. En segundo lugar, cambiarán el 42% de los puestos industriales. Mientras que para los sectores de alimentación y distribución las previsiones de automatización de empleos son más moderadas, del entorno del 34%. Y será el sector de la educación el que menos impacto reciba, apenas el 8% de sus empleos se automatizará por completo. Los puestos de dirección serán los que menos se automaticen, apenas el 10% de ellos serán sustituidos por la robotización.

Este informe precisa que en el resto del mundo, en el largo plazo, a partir de 2030, las economías con mayor peso de la industria, y por tanto con los trabajos más fáciles de automatizar, tienen un mayor porcentaje de empleos en riesgo. Así la transformación de puestos actuales en un proceso automatizado podría llegar a afectar al 44% de los empleos en Eslovaquia; al 39% en Italia o al 37% en Alemania.

En el caso de países con mayor predominio del sector servicios, como son los casos de Francia, Reino Unido o Estados Unidos, los empleos en riesgo por la automatización están en una horquilla de entre el 30%del mercado británico y el 38% del estadounidense. España estaría incluida en este grupo.

Mientras que los países donde la automatización tendrá un menor impacto, incluso en la fase más avanzada de la inteligencia artificial, son aquellos con un mayor peso de la economía del conocimiento, como Finlandia, Suecia o Noruega, donde los puestos en riesgo en el largo plazo afectan al 22% y 25%, respectivamente.

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