Panasonic pagará una prima por la contaminación a todos sus empleados japoneses desplazados a China

Panasonic pagará una prima por la contaminación a todos sus empleados japoneses desplazados a China

Es la primera firma internacional en anunciar una decisión parecida
27 Abril 2014

La empresa nipona Panasonic se ha convertido en la primera firma internacional en anunciar una compensación a los empleados japoneses que envíe a trabajar a China por la alta contaminación que se registra en el gigante asiático y los riesgos para la salud que conlleva.

Así, la compañía ha anunciado que elevará el salario base de su plantilla 'local' destinada en destine a China, donde da trabajo a unas 70.000 personas. Hace una distinción con los trabajadores nativos chinos, que no recibirán ningún extra por la polución.

En su comunicado, que recoge el Financial Times, se explica el pago como la forma de hacer frente al "problema PM2,5", en referencia a las pequeñas partículas en el aire que se absorben por las vías respiratorias y que en ciertas cantidades pueden provocar afecciones como el asma, e incluso contribuyen a la aparición de cáncer y problemas coronarios.

Panasonic no ha facilitado detalles acerca de la cuantía de estas primas, ni tampoco ha precisado la cifra de empleados que las cobrarán. El pago de la compensaciones, acordadas en la última negociación con el sindicato, se iniciará en abril.

Los elevados niveles de contaminación en el país alcanzaron a finales del pasado mes de febrero niveles históricos, obligando incluso a cerrar autopistas y retrasar vuelos por la falta de visibilidad.

Según informaban las autoridades, la concentración de las citadas partículas PM 2,5, llegó a superar los 600 microgramos por metro cuadrado en  Shanghái, la capital financiera china, mientras que en Pekín alcanzó los 400. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una concentración no superior a los 25 microgramos por metro cuadrado.

En la fotografía, Pekín después de una lluvia intensa (izquierda) y en un día "normal" en el año 2005.

Fuente: El Economista
 

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