Niño Becerra: "España está condenada a que las cosas sean así, sea cual sea la legislación laboral"

Niño Becerra: "España está condenada a que las cosas sean así, sea cual sea la legislación laboral"

• "El único objetivo de la reforma laboral fue abaratar el trabajo" • "Una economía basada en los bajos costes, como un país en desarrollo" • "Tras la reforma laboral, la estructura económica no ha cambiado"
20 Febrero 2017

Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, cree que la reforma laboral de 2012 cambió de forma drástica el marco legislativo del mercado laboral. Sin embargo, en 2017 la estructura del PIB y del trabajo que se crea es muy similar a la del pasado, porque "España está condenada a que las cosas sean así", asegura Becerra.

Este economista catalán explica en La Carta de la Bolsa que "antes del euro, cuando a España no le salían las cuentas devaluaba la peseta, pero con el euro eso dejó de ser posible. Con el euro la vía era y es aumentar la productividad, para lo que se precisa inversión y reorganización productiva, pero muy pocas compañías españolas podían y pueden hacer eso porque fabrican y siguen fabricando bienes y servicios de bajo valor añadido".

Sin las devaluaciones los desequilibrios comerciales de España eran insostenibles. Los bienes y servicios fabricados en España tenían que ser más competitivos en los mercados internacionales para corregir el déficit comercial y reducir la deuda externa neta, producto de continuos déficits por cuenta corriente. Así, el Gobierno decidió que una reforma laboral podría solucionar los problemas de España.

Se buscó un atajo, el camino más rápido posible, que no es otro que la "competitividad vía costes, y como el trabajo en esa mayoría de empresas españolas juega un papel fundamental, había que abaratarlo. Ese, y no otro, fue el objetivo de la reforma laboral, sobre todo la del 2012".

Un cambio sin resultados

Becerra señala que con este reforma "se cambió la legislación laboral, se redujeron salarios, se facilitaron y abarataron despidos, se precarizó el empleo, aumentó el trabajo a tiempo parcial, y 'mejoró' la competitividad, pero la productividad cayó y el número total de horas trabajadas disminuyó, y España continuó teniendo una estructura de PIB basada en el bajo valor añadido", a pesar de la reforma laboral.

Sí, a día de hoy hay un mayor número de personas trabajando que en 2012, "pero una de cada ocho de esas personas que trabaja es pobre y la competitividad española sigue basada en los bajos costes laborales, como un país en vías de desarrollo cualquiera. Como antes decía, igual es que no puede ser de otra manera y España está condenada a que las cosas sean así".

Según Becerra, el problema de España es estructural y viene de muy atrás. Los cambios dentro del marco laboral no van a determinar la calidad de los bienes y servicios que se producen en España, que seguirán siendo de bajo valor añadido "porque no compensa la inversión que hay que realizar para producir mejores bienes", las empresas en España tienen otros objetivos.

¿Qué opinas de este artículo?