Michael Spence, Nobel de Economía: "En España hay razones para el optimismo"

Michael Spence, Nobel de Economía: "En España hay razones para el optimismo"

El profesor y premio Nobel de Economía en 2001 ha lanzado un rotundo halago sobre la situación económica de nuestro país, las reformas aplicadas y sus opciones de futuro
15 Enero 2017

Michael Spence, premio Nobel de Economía en 2001, ha lanzado un rotundo halago sobre la situación de nuestro país y sus posibilidades de futuro en el III Foro de El Confidencial y PIMCO, organizado bajo el lema "Perspectivas económicas para España 2017". En este marco, el profesor ha sido tajante al afirmar que "en España hay razones para el optimismo", y al calificar de "realmente sorprendente" los frutos logrados por nuestro país con las políticas aplicadas en los últimos años.

Unos logros que, reconoce, han exigido reformas defíciles de aplicar, especialmente la laboral, pero que han supuesto un efecto positivo inmediato e, incluso, a ojos de Spence, impresionante. "Las cifras de España, en términos de crecimiento, reducción de paro, etcétera, son extraordinarias y, cuando hablo con inversores, me reconocen que en su decisión de invertir en España han sido determinantes las reformas".

No obstante, el profesor también reconoce que tanto nuestro país, como vecinos como Italia, se enfrentan al reto de poder retener dentro de sus fronteras el talento joven que está emigrando debido a las consecuencias de la crisis, así como crear un nuevo marco educativo flexible y capaz de adaptarse a los cambios constantes del mercado laboral.

En este sentido, advierte de que "hay un amplio abanico de leyes que se tienen que aplicar", y nuestro país, por ejemplo, tiene ahora mismo en el centro de la agenda política la reforma educativa, aunque también puntualiza que "España va por buen camino". Como ejemplo de quién lo está haciendo correctamente, Spence ha citado a Dinamarca, que destina el 2% de su riqueza (PIB) a programas educativos para reciclar a la gente de acuerdo a la evolución del mercado laboral.

En el plano internacional, el profesor señala que "hay riesgos considerables" y advierte sobre la necesidad de que la globalización se reinvente, y lo haga incluyendo a la gente, permitiendo que se beneficien todas las capas sociales. En caso contrario, "vamos a experimentar una fragmentación política, como la que estamos viendo ahora".

Fenómenos como el Brexit o el triunfo de Donald Trump son fruto, precisamente, del desgaste del modelo de crecimiento surgido tras la Segunda Guerra Mundial, para ayudar al desarrollo de los países, y que sufre actualmente un serio desgaste. "Tenemos pendiente cosechar los enormes beneficios de la globalización, pero debemos hacerlo incluyendo a la gente".

Estadounidense de raíces canadienses, Spence se muestra cauto a la hora de valorar qué puede esperarse de la nueva Administración Trump. "Pienso que lo mejor es esperar a ver qué pasa", aunque reconoce que uno de los grandes interrogantes que se abren sobre el futuro son las relaciones internacionales de la primera potencia económica mundial.

Spence hace esta reflexión dentro del marco de lo que ha definido como "multilateralismo", sistema que permitía tener incluidos en las reglas de juego económicas internacionales a todos los países, también a los más pequeños y en vías de desarrollo. "Alejarse del multilateralismo en un riesgo", especialmente, porque supondría dejar fuera a estos Estados.

En el orden mundial, también va a ser clave el Brexit, un auténtico interrogante del cual, incluso, "puede haber consecuencias positivas", en opinión de Spence, quien advierte al Viejo Continente sobre la necesidad de que sea realmente una Unión Europea. "¿Vamos a volver a algún tipo de descentralización o vamos a avanzar hacia el futuro y culminar el proyecto europeo?", ha preguntado.

España como ejemplo del nuevo crecimiento

En este nuevo contexto internacional, crecimientos del 2% son "el nuevo normal" y el resultado de haber cambiado hacia "el embrión de un crecimiento bajo". No obstante, el Nobel de Economía pone a España como ejemplo de que esta regla se puede romper y lograr cifras de aumento del PIB superiores. "Lo que se ha descrito en el crecimiento de España es muy positivo y una razón para el optimismo".

El futuro está marcado por factores determinantes y distorsionadores -"rémoras" en boca de Spence- como la demografía y el envejecimiento de la población, la productividad y el impacto que tiene en ella la tecnología, y la necesidad de seguir desapalancándose. Con estas cartas sobre la mesa, no cree verosímil que volvamos a niveles de crecimiento similares a los anteriores a la crisis, pero sí que pueda desafiarse ese "nuevo normal" del 2%.

"Aquí, la oportunidad que se abre es cambiar el tipo de planteamiento, de manera que la inversión privada se incremente", afirma el profesor, quien subraya que "si todos giramos hacia el modelo de colaboración público-privada, podemos romper ese nuevo normal", un esquema que ya se ha implantado en diversos momentos en España y que considera un ejemplo a seguir.

Respecto a China, el otro gran referente para la economía y la estabilidad internacional, Spence destaca el enorme potencial que sigue teniendo, pero también advierte sobre la necesidad de que el país concluya sus reformas estructurales para que puedan verse tasas del crecimiento del 6%. En concreto, el profesor considera necesario que se reduzca el peso del aparato público -"el sistema financiero chino asigna muy mal el capital", ha señalado- y que concluya la lucha contra la corrupción.

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