España, sexto país más ecologista del mundo, según el Índice de Desempeño Ambiental 2016

España, sexto país más ecologista del mundo, según el Índice de Desempeño Ambiental 2016

En este ranking ambiental sobre 180 países, los nórdicos lideran la clasificación mundial seguidos de Eslovenia
21 Febrero 2016

El respeto al medio ambiente en España, impulsado por organizaciones ecologistas cuyo papel cada vez es más valorado, se ha visto reflejado en el reconocimiento a nivel internacional. Nuestro país obtiene una puntuación de 88.91 sobre 100 puntos y se sitúa en el sexto  lugar por detrás de los cuatro países nórdicos que lideran la clasificación en este orden (Finlandia, Islandia, Suecia y Dinamarca) y de Eslovenia, según refleja el Índice de Desempeño Ambiental 2016, realizado por investigadores de las universidades de Yale y Columbia, junto con el Foro Económico Mundial (FEM). Los resultados reflejan el desarrollo en la protección de la salud humana y de los ecosistemas a través de 20 indicadores que se combinan en nueve categorías, entre los que destacan recursos hídricos, agua y saneamiento, biodiversidad y hábitat, calidad del aire, bosques y pesca.

En el apartado de agua y saneamiento, España obtiene casi la máxima puntuación, 99.93 puntos, pero se queda en el décimo puesto; en  recursos hídricos, con 97.52 puntos, en el octavo; en biodiversidad y hábitat, con 96.73 puntos, ocupa el veinteavo.  Los mayores déficits de puntuación corresponden a nuestro país en bosques, España no alcanza la media y se queda en 41.5 puntos, lo que le relega al puesto 79 y en pesca, con 45.5 puntos, al puesto 81. Resulta llamativo que en agricultura, pese a obtener 78.2 puntos nos situemos en el puesto 103.

El Índice de Desempeño Ambiental 2016 constata como la mitad de las personas en el planeta viven en lugares con niveles peligrosos de contaminación del aire. En este apartado España se puede considerar un país privilegiado, con 91.27 puntos y en el puesto 33 de los 180 países. También alerta sobre como los niveles actuales de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases que provocan el efecto invernadero, son los más altos en los últimos años. El informe denuncia como todavía el 7,6% de la población mundial aún carece de agua potable y como el mundo ha perdido un promedio de 180.749 km2 (18,1 millones de hectáreas) de bosque desde el año 2000. Además, de subrayar que el número de peces en el mar se ha reducido en casi un 50% desde 1970.

El mundo avanza frente a algunos problemas ambientales, mientras que otros empeoran considerablemente. Un ‘cuadro de mando global’ elaborado por el citado Índice (consultar figura 1) ilustra este progreso y deterioro, que muestra las tendencias prometedoras de impactos en la salud, acceso a agua potable y a saneamiento. Al comparar el rendimiento relativo el Índice constata como las poblaciones del mundo suspenden en su mayoría en el tratamiento de aguas residuales y en la calidad del aire. Las muertes atribuidas a la contaminación del aire han aumentado de manera constante en la última década.

El desarrollo de indicadores relevantes basados en la ciencia es esencial para la medición y la gestión adecuada. Los indicadores a menudo son fijados más por los objetivos políticos que por los científicos. El informe llama la atención en este sentido sobre dos nuevos indicadores del PAI, los referidos a  protección de especies y calidad del agua potable. El indicador 2016 EPI Protección de Especies, que se basa en el Mapa de la Vida – una base de datos global de las especies – mide la brecha entre las áreas protegidas terrestres y especies actuales en hábitats. Esta brecha (figura 4) sugiere que las áreas protegidas designadas a nivel nacional no siempre se alinean con la conservación de especies. Las áreas protegidas a menudo se establecen en tierras marginales, en lugar de en las zonas de alto valor donde la fauna es forzada a salir por el desarrollo de la agricultura y los asentamientos humanos.

El Objetivo del Milenio 7 incluye un indicador que evalúa el Acceso al Agua Potable, sin embargo, este indicador no dice si el agua de fuentes mejoradas se trata y es segura para beber. Los datos del Instituto para la Métrica de Salud y Evaluación (IHME) – una organización de investigación que produce la carga mundial de morbilidad, una medida de muerte atribuible a ciertos factores de riesgo – revelan una imagen radicalmente diferente de la exposición peligrosa a la calidad del agua que la que dibujan los indicadores.

Fuente: La Celosía

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