En vez de renunciar a tu trabajo, tómate una pausa

En vez de renunciar a tu trabajo, tómate una pausa

En 2011, supe que algo iba mal en mi trabajo. Era gerente de servicios al cliente en Google y me sentía fatal. El interruptor de “pensar en el trabajo” estaba encendido todo el tiempo, y no podía apagarlo. Constantemente estaba pensando en el siguiente correo que enviaría o revisaba el celular para atender mi lista de tareas. Salía con amigos y, mientras los demás charlaban, yo estaba en mi propio mundo, perdiéndome todo. RACHEL O'MEARA
20 Febrero 2017

Aunque estaba agotada, creí que hacía un buen trabajo. Mi jefa no opinaba lo mismo e intentaba darme críticas constructivas. Sin embargo, mi ego no me permitía escuchar lo que me decía.

Finalmente, un día mi jefa habló conmigo en privado y me dijo: “No eres adecuada para este puesto. Deberías pensar cuál será tu siguiente trabajo”.

Podrían pensar que esta historia termina con mi renuncia pero, por fortuna, Google es una de las pocas empresas que dan una licencia sin sueldo aunque no esté relacionada con asuntos familiares ni médicos. Después del diagnóstico acertado de mi jefa, expliqué mis motivos para que la empresa me permitiera tomar un descanso de tres meses.

El descanso —o pausa, como terminé por llamarla— me permitió revaluar mi camino y hacer un balance de mis aptitudes y objetivos. Regresé a Google tres meses después con un nuevo trabajo y una nueva perspectiva.

Distanciarse del trabajo es una manera de hacer una pausa, pero también se trata de cambiar tu forma de pensar. Las pausas para mí son cualquier cambio intencional de comportamiento.

Mi experiencia de hacer una pausa en mi carrera hizo que me diera cuenta de lo valiosas que pueden ser para los empleadores y los empleados. Hoy, las licencias por maternidad son una de las pocas ocasiones en que un trabajador puede tomarse un tiempo prolongado lejos del trabajo. ¿Por qué solo las madres tienen esa oportunidad?

Da la casualidad de que no tengo hijos. Creo que las licencias deberían estar disponibles para quienes son padres y para quienes no lo son, con el fin de aclarar los objetivos laborales de las personas. El mundo académico —y algunas corporaciones— han adoptado el concepto de año sabático, y espero que más empresas reconozcan lo importantes que son para el progreso de sus trabajadores.

Durante mi pausa, tomé algunas vacaciones cortas, pero además de eso no hice muchas cosas. Por lo menos en términos de llevar a cabo proyectos independientes. Me puse algunas reglas para que mis días tuvieran un orden. Libre del mundo corporativo, habría sido demasiado fácil que perdiera la dirección.

Así que uno de los requisitos era ducharme todos los días, hacer mi cama y salir de la casa a las 10:00. También tenía que pasar por lo menos una hora al día fuera de casa haciendo algo que disfrutara, como yoga o senderismo. Además, me aseguré de no pasar más de 30 minutos en la computadora cada vez que la usaba. Tomar estas simples medidas me permitió despejar mi mente y tener más seguridad acerca de quién era en realidad. Alcancé un nivel de introspección que simplemente no habría obtenido cuando lidiaba con las urgencias de la oficina.

De acuerdo con una encuesta realizada el año pasado por la organización sin fines de lucro Families and Work Institute, más de la mitad de los empleados estadounidenses “se sienten sobrecargados o abrumados por lo menos parte de su tiempo”, y “70 por ciento dicen que a menudo sueñan con tener un empleo distinto”. Estoy convencida de que darles a los empleados una oportunidad de tomarse una pausa reduciría en gran medida esas cifras.

La gente que toma sabáticos no solo experimenta una disminución del estrés mientras no va al trabajo, sino que su nivel de estrés sigue cayendo después de regresar a la oficina (en comparación con sus niveles antes de irse), de acuerdo con investigaciones citadas en la revista Fortune.

Dados los beneficios de tomar permisos laborales sin sueldo, ¿por qué no hay más empresas que los ofrezcan? Supongo que, además de la inconveniencia que podrían provocar, las empresas temen perder más empleados de manera permanente. Pero, de hecho, las licencias laborales sin sueldo son una manera de atraer y conservar talento. Las empresas pueden ofrecer esta ventaja y tener empleados más felices y satisfechos, pues saben que la empresa confía en que regresarán. Esto resulta en una mayor lealtad a la empresa, buena voluntad, compromiso y menos reemplazos en los puestos.

Algunas personas inevitablemente decidirán no regresar al trabajo después de una pausa. Puede que esto no esté tan mal y en realidad podría ser una bendición disfrazada que le permita a alguien tomar una nueva oportunidad que de otra manera no habría existido.

Las pausas les dan a los empleados un sentido renovado de propósito y alineamiento. Explorar nuevos intereses o aficiones de toda la vida, tomar clases o pasar tiempo en familia que de otra manera no se tendría son grandes beneficios. Los empleados pueden reflexionar acerca de lo que es verdaderamente importante en la vida y tomar medidas para alinear su comportamiento con eso. Los empleados terminan sintiéndose renovados y rejuvenecidos; una sensación que probablemente tendrá un efecto multiplicador en su empleo y sus compañeros cuando regresen.

De estas pausas nacen nuevos líderes y oportunidades de crecimiento. Los empleados más nuevos o con menos experiencia pueden tomar puestos interinos y aprender nuevas habilidades. Esto hace que haya más miembros del equipo completamente comprometidos, lo cual brinda más flexibilidad y adaptabilidad a todo el equipo o la empresa.

Una vez que regreses al trabajo después de una licencia, puedes incorporar pausas en tu vida laboral cotidiana, como salir y pasear, por ejemplo. Creo que los trabajadores podrían beneficiarse de elegir un momento del día para “descansar de los dispositivos electrónicos”, un momento para desconectarse a conciencia de cualquier aparato. En el mundo siempre conectado de hoy es demasiado fácil quedar atrapado en el ciclo de las tareas pendientes que nunca se acaban. Sin importar que se trate de unos minutos o de un año, hacer pausas es una manera de tomar vuelo para avanzar de nuevo.

Rachael O’Meara es gerente de cuentas sénior en Google y autora del libro "Pause: Harnessing the Life-Changing Power of Giving Yourself a Break".

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