Cinco años después del accidente de Fukushima la radioactividad en el mar es normal
Cinco años después del accidente de Fukushima la radioactividad en el mar es normal
Buenas noticias respecto a las consecuencias medioambientales para el mar del gravísimo y trágico accidente de la central nuclear japonesa de Fukushima, ocurrido el 11 de marzo de 2011 a consecuencia de un seísmo de una magnitud brutal y el posterior tsunami que se generó en el mar y que ocasionó la ruptura de los sistemas de refrigeración de la central. La catástrofe originó 19.000 muertos y desaparecidos y la mayor contaminación radiactiva del mar que se haya conocido.
El último estudio científico, ‘Fukushima Daiichi-Derived Radionuclides in the Ocean: Transport, Fate and Impacts’ (ver enlace más abajo) realizado por 10 investigadores (entre ellos el catalán Pere Masqué), encabezados por Ken Buesseler, publicado en The American Review of Marine Science, muestra que los niveles de radioactividad en el Océano Pacífico están ya muy próximos al nivel normal. Una gran noticia, teniendo en cuenta además que radioactividad procedente de isótopos de cesio radiactivo fue detectada en muestras tomadas a 1.500 millas de la costa de San Francisco, aunque en niveles muy por debajo del límite considerado peligroso.
Dos semanas después del accidente, los niveles de yodo radioactivo en el agua de mar cercana a la central eran casi 2.000 veces mayores que el límite tolerable. El agua del mar fue utilizada como único medio posible para refrigerar los reactores y hubo muchas filtraciones y vertidos al mar, contaminándolo. El resultado del estudio refleja la capacidad de dilución que ha tenido el mar, impensable en tierra.
En cuanto al pescado, el informe subraya que se ha producido una caída muy significativa en el número de peces que superan el límite que impuso Japón (100 Bq por kilogramo, diez veces más exigente que el de la Unión Europea), habiendo bajado de la mitad de las muestras a menos del 1%. En el último informe presentado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica, con muestras tomadas entre febrero y abril de este año, se subraya que sólo superan el límite el 0,05% del total en la prefectura de Fukushima y en otras es aún más bajo, el 0,04%, para un número de muestras analizadas de 2.194 y 2.321 respectivamente. El informe explica cómo la biota marina contaminada en las cercanías de la central ha sufrido una contaminación muy superior y los peces pelágicos están menos contaminados que los que viven cerca del suelo marino.
La central de Fukushima es todavía una fuente de radiación en el mar, pero con todas las medidas que se han tomado, el nivel es muy bajo y no daña a las pesquerías japonesas ni tampoco al pescado que se captura en el Pacífico. También se han realizado estudios sobre la posibilidad de que peces como el atún, que viaja miles de kilómetros, se hubieran contaminado en su paso por las costas japonesas, pero el resultado ha sido negativo.
Lo que sí ha beneficiado a la fauna y flora marina es el voluminoso conjunto de desechos y restos del destrozo que generó el tsunami que han quedado depositados en el fondo del mar. Según los estudios realizados por la agencia científica japonesa JAMSTEC, hay 10 veces más de organismos vivos en las zonas donde se han acumulado los residuos y con una variedad mucho más rica.
Fuente: La Celosía