Así va a cambiar tu trabajo
Así va a cambiar tu trabajo
Para empezar, si te preparas, trabajo tendrás, y mucho, porque estamos viviendo una revolución industrial, un proceso siempre traumático en el corto plazo que a largo acaba mereciendo la pena. Hoy apenas sobreviven un 1% de los trabajos que existían hace un siglo. ¿Y todo esto cómo será? Silvia Leal responde a esta pregunta. Es experta en inno-liderazgo y transformación digital, además de asesora de la Comisión Europea en competencias digitales, liderazgo y emprendimiento y directora del Programa TIC & Innovación Digital de IE Business School. Es autora del libro 'e-Renovarse o morir' (LID Editorial).GETTY
Un trabajo compartido ¿Quién hubiera pensado, hace no mucho tiempo, que negocios como Uber y Airbnb llegarían para quedarse? Son ejemplos de empresas basadas en un modelo de economía compartida, iniciativas que permiten ofrecer al mercado (por un tiempo limitado) aquello que no se usa, sin necesidad de intermediarios, para ganarle una buena rentabilidad. Extrapolemos esto a la actividad profesional. ¿Tendría sentido algo así como tónica general en el mundo laboral? Reflexiona sobre la siguiente posibilidad: ¿rechazarías compartir un contrato laboral con un profesional de tu máxima confianza (tu pareja o un hijo), por ejemplo? Algo así te ofrecería mayor flexibilidad y sería, además, una buena forma de ir abriendo a los tuyos el futuro profesional.
El teletrabajo será natural
De hecho, parece mentira que aún no lo sea, pero todavía hay muchos “líderes” que dedican su jornada a controlar que se hagan las cosas exactamente “a su manera” y el teletrabajo no encaja con su estilo de gestión ni de supervisión.
Para sobrevivir a los nuevos tiempos, todos ellos deberán dar un giro de 180 grados a su estilo de gestión, porque cuando tenemos más autonomía somos más productivos e innovadores. De acuerdo a la investigación científica que hay detrás, el teletrabajo refuerza el compromiso con la organización, el rendimiento y, por si fuera poco, supone un ahorro de costes de 1.200 € por trabajador al año.
Tendremos trabajos apasionantes
La pasión es buena para los negocios. Solo el 13% de los trabajadores se sienten comprometidos con su trabajo, según un informe de Gallup. Expertos como el doctor Gary Hamel (profesor de Harvard y de la Universidad de Michigan entre otras) destacan que la pasión explica el 35% del éxito de cualquier cosa que hagamos.
La pasión debe ser considerada como una ventaja competitiva. De hecho, cada vez son más las empresas que lo están entendiendo e incluso lanzando acciones concretas para fomentarla dentro de su seno. Es la razón por la que, cuando me preguntan cómo veo el trabajo del futuro, no tengo ninguna duda, lo veo cargado de pasión porque lo contrario está condenado al fracaso.
Conciliaremos
Nos hemos acostumbrado a una jornada laboral de ocho horas que al final, muchas veces, pasa a ser de 10, de 12 e, incluso, de 14 horas, y nos parece algo tan normal. En realidad, nos resta mucha productividad.
El gobierno sueco realizó pruebas para averiguar el impacto de establecer una jornada de solo seis horas, obteniendo buenos resultados: aumento de la productividad, mejora de la salud cardiovascular y una reducción del absentismo a la mitad. Todo esto acompañado, por supuesto, de la generación de nuevos puestos de trabajo. A su gobierno no le está resultando fácil implantarlo a nivel general porque, aunque los suecos quieren conciliar más, aún no están dispuestos a que se les reduzca el salario de forma proporcional.
Llegará la diversidad
Si la diversidad es rentable y las empresas persiguen la rentabilidad, que lleguemos a construir un entorno de verdadera diversidad (edad, sexos, razas, etcétera) solo puede ser una cuestión de tiempo. Lo contrario no tiene ninguna lógica empresarial y por lo tanto es insostenible.
Utilizaré, para ponerlo en perspectiva, los datos de la “rentabilidad femenina”. Según el informe de PWC Las mujeres y el mundo del trabajo, citado por instituciones como el FMI, la incorporación efectiva del talento femenino al mercado laboral (cada vez más tecnológico) traería consigo un crecimiento para Estados Unidos del (nada despreciable) 5%, cifra que ascendería hasta el 9% para el caso de Japón, el 12% en Emiratos Árabes Unidos, llegando a alcanzar el 34% en países como Egipto. Seguir así no es rentable, no es eficiente y no es socialmente sostenible.
Decidirás el bonus de tu jefe
Esta predicción se encuentra entre la lógica y el deseo. No obstante, ¿no son los sueños compartidos los que se hacen realidad?
Dice una investigación científica que la felicidad de los empleados impacta directamente sobre los resultados de una compañía. Entonces, ¿cómo puede ser que un jefe pueda permitirse el lujo de tener unos empleados desmotivados? ¿Tristes? ¿Infelices? ¡Si va contra la cuenta de resultados? Por todo ello, igual que un bonus tradicional depende de los números finales, el suyo debería depender de nuestro grado de felicidad.
Viviremos momentos de aprendizaje continuo
Cuando llega un tsunami, no hay tiempo de reacción. Sus olas recorren el mar a la velocidad de un avión a propulsión (por encima de los 800 kilómetros por hora), lo que resulta aplastante y culmina con un final, en demasiadas ocasiones, mortal. En cambio, el tsunami digital lleva ya varios años avisando de su llegada y, si nos lo proponemos, aún tenemos tiempo para reaccionar.
La clave para salir reforzado tras su llegada será el aprendizaje continuo. En los próximos diez años el 47% de los puestos de trabajo que conocemos van a desaparecer y el 90% de los puestos que se mantengan cambiarán radicalmente. ¿La clave? La respuesta es rápida: el aprendizaje continuo y la curiosidad por las nuevas tecnologías.
Trabajaremos sobre nuevas realidades
La realidad virtual y la aumentada son tecnologías capaces de generar experiencias tan intensas que son difíciles de olvidar, lo que explica que para el año 2020 se prevea que su mercado supere los 150.000 millones de dólares.
Pasemos a reflexionar sobre el impacto de algo así sobre el mundo laboral. La llegada de esta tecnología permite intensificar las experiencias vitales, haciendo que, por ejemplo, una simple acción de mercadotecnia sea imposible de olvidar.
El uso de estas tecnologías permite aprender más rápido, ensamblar más y mejor y disfrutar del espacio de trabajo. Por ello cada vez se usan más en procesos de aprendizaje, pero también en tareas de producción rutinarias, incrementando la satisfacción y la cantidad y calidad del producto final. Créeme, esta es una de esas cosas que no debes juzgar antes de probar.
Imprimirás en tres dimensiones
Su uso final variará, por supuesto, en función de cada profesión. Pero algo me dice que van a ser pocos los que vayan a resistir a sus encantos.
La impresión 3D es parte del mobiliario de la Estación Espacial Internacional, centro de investigación que se ubica a 400 kilómetros de la Tierra. Recibió su primera misión en diciembre de 2014: fabricar una llave inglesa. Los astronautas obtuvieron los planos por correo electrónico, tras lo que imprimieron y armaron sus piezas. ¿Imaginas el coste de enviarla físicamente? Pues bien, si podemos utilizarla para imprimir de forma inmediata las piezas de un coche, un traje de alta costura e, incluso, tejidos humanos… ¿Alguien duda de hasta dónde podría llegar como complemento en tu mesa de trabajo?
Tendrás robot-colegas
Estamos acostumbrados a que nos hablen de robots que nos harán la vida imposible: se están preparando para quitarnos el empleo y su llegada pone en riesgo el futuro de la humanidad… Es una forma de ver las cosas negativa y alarmista, fruto de la ciencia ficción, que no ayuda a que la sociedad vea la otra cara de la moneda: los robots pueden hacernos la vida mucho más fácil.
Esto es precisamente lo que justifica la visión humanista de Bill Gates: “Tenemos que aprovechar esta oportunidad para realizar un mejor trabajo de atención a los mayores, en la enseñanza, y con los niños con necesidades especiales. Se trata de actividades en las que la empatía humana y la comprensión requeridas son aún muy únicas". Dediquemos nuestro tiempo a aportar humanidad y que los robots que se encarguen de las tareas sucias, aburridas y peligrosas.
Todos tendremos un asistente (eso sí, virtual)
Será parte de tu móvil y se encargará de hacerte la vida mucho más fácil. ¿Necesitas buscar un dato en la red? ¿Te hace falta analizar un expediente? ¿O hacer las hojas de gastos? ¡Para qué dedicar tu vida a tareas administrativas, si las pueden hacer por ti!
Se llama chatbot y es un programa informático dotado de inteligencia artificial de forma que simula conversaciones de forma tan natural que podría llegar a engañarte haciéndote pensar que estás interactuando realmente con otra persona.
Hoy los chatbots son una de las mayores apuestas de gigantes tecnológicos como Apple, Microsoft, Google o Amazon y, aunque todavía tienen un importante camino por recorrer, su potencial es imparable.
Tu jefe monitorizará tu estado de salud
El Internet de las cosas (tecnología que representa el uso de sensores conectados a internet) permite medir con enorme precisión la evolución del rendimiento físico. El uso de esta tecnología permite además detectar y prevenir el riesgo de problemas tan graves como la muerte súbita e incluso un ataque al corazón, por lo que no sorprende saber que la NBA hace, desde hace años, una vigilancia intensiva a sus jugadores con pulseras, parches y cámaras, tanto dentro como fuera de la cancha.
Dicho esto, hazte la pregunta: si al igual que los deportistas de élite te conviertes en un activo estratégico para la compañía, tampoco dudarán en monitorizarte. Algo así podría verse como una invasión a la intimidad, pero la otra cara de la moneda es que podría salvarte la vida. Y seamos realistas, ¿te negarías a ponértelo si a cambio te ofrecieran el aumento de sueldo de tu vida?