Amiguismo, maltrato y acoso laboral: algo pasa en el consulado español en Nueva York

Amiguismo, maltrato y acoso laboral: algo pasa en el consulado español en Nueva York

Los trabajadores del consulado acusan a la dirección de haber creado "un principado" en Nueva York en el que el 'mobbing' y el abuso de fondos públicos están a la orden del día
29 Enero 2017

.

Apenas se han apagado los rescoldos en la embajada de España en Bélgica y el Ministerio de Asuntos Exteriores ya tiene abierto otro nuevo foco de incendio. En esta ocasión, es el consulado en Nueva York el que envía señales de alerta desde hace más de un año. En ese plazo, de los 15 trabajadores del consulado, una empleada se ha visto obligada a tomar la baja por depresión y otros dos denuncian acoso laboral y trato vejatorio. Además, han remitido escritos a Asuntos Exteriores explicando que se les emplea para trabajos personales del cónsul, que se da un absentismo reiterado en la dirección y que existe amiguismo en las contrataciones. 

Los problemas llegan con la baja por salud del cónsul general en Nueva York, Juan Ramón Martínez Salazar, a comienzos de 2015. Durante nueve meses, el consulado queda desprovisto de dirección y es Juan José Herrera de la Muela, agregado cultural, quien asume las riendas de una situación que se presumía de interinidad y que ha terminado por extenderse hasta hoy mismo a causa del posterior fallecimiento de Martínez Salazar.

Fuentes de Asuntos Exteriores sitúan a Herrera de la Muela en el ojo del huracán. Existen informes internos que aseguran que el diplomático se ha diseñado un horario "de 12 a dos", que deja en ocasiones el consulado sin firma autorizada para dar salida a documentos tan simples como una fe de vida y que se ha despachado "con insultos y humillaciones" con el equipo consular. Las críticas están siendo canalizadas a través de un sindicato diplomático sin que por el momento se hayan materializado en una inspección.

Además de A. M., está J. V., secretario del cónsul general y también inmerso en problemas con el cónsul. Ambos denuncian acoso y tratos vejatorios por parte de la dirección, que se materializan en momentos como el del mes pasado, cuando Herrera de la Muela le incoó un expediente disciplinario a J. V. "por hablar con el móvil dentro del despacho del cónsul general". Aunque el informe calificaba de "falta muy grave" el uso indebido de las instalaciones, desde Asuntos Exteriores han preferido desactivar el expediente y reducirlo a la mínima expresión. 

Se le ha incoado un expediente disciplinario a un trabajador por hablar dentro de un despacho En peor situación se encuentra M. C., una de las funcionarias más veteranas del consulado. Después de 17 años en el puesto, la mayoría de ellos dedicados al Registro Civil, denuncia que ha sido desposeída de sus funciones sistemáticamente, siendo sustituida por voluntarios y quedando solo para contestar al teléfono. La trabajadora, que posee cartas de recomendación de los cinco anteriores cónsules generales, ha dejado el caso en manos del sindicato tras recibir la baja psiquiátrica.

Entre los documentos aportados en el proceso judicial, destaca el siguiente, un fragmento de audio en el que puede escucharse a una colaboradora del consulado admitir que ha recibido órdenes del canciller de no preguntar nada a M. C., a pesar de que "es la que sabe del Registro Civil". "Me dijo que si no sabía algo se lo preguntase a él, que tú estás solo para el teléfono y los 'mails", reconoce en la conversación, que zanja con una frase lapidaria: "Esto pasa por llenar de becarios el Registro Civil".

M. C. se siente indefensa ante los protocolos internos de Asuntos Exteriores: "En una ocasión, le envié una carta privada al cónsul general explicando los problemas que yo veía, y ¿sabes dónde acabó la carta? En el bolsillo del colaborador que me sustituía", explica. Distintas fuentes señalan la política de contratación de colaboradores como la vía que tiene la dirección para desplazar a los antiguos trabajadores. Se les contrata como colaboradores externos, en ocasiones sin sueldo, y posteriormente se les adjudica la plaza, que sale a concurso.

Así han sido cinco de las ocho incorporaciones que se han dado en los últimos tres años en el consulado. Uno de los que obtuvieron plaza lo explica: "Me presenté sabiendo que la plaza era mía, aunque se presentasen 10 candidatos con máster". Otro trabajador del consulado va más allá: "La clave del proceso de selección es el primer corte, un examen de cultura general. A los que deben obtener las plazas se les facilitan las respuestas a las preguntas, que normalmente son muy específicas y nada tienen que ver con el trabajo consular, con España o con Nueva York".

Leee noticia completa en El Confidencial

¿Qué opinas de este artículo?