Claves para mejorar tu fuerza de voluntad y autodisciplina

Claves para mejorar tu fuerza de voluntad y autodisciplina

Aunque te cueste mucho encaminarte hacia el gimnasio en lugar de pedir una pizza o sacar los apuntes para estudiar en vez de darte un atracón de tu serie favorita, numerosos estudios remarcan que las personas con autodisciplina y un mayor grado de autocontrol son más felices. Además, son capaces de tomar decisiones equilibradas y positivas con mayor facilidad, lo que redunda en una mayor satisfacción con sus vidas.
4 Marzo 2017

La persona con autodisciplina y fuerza de voluntad no nace, sino que se hace, y existen numerosas claves que puedes poner en práctica para mejorar este aspecto y ganar progresivamente en autocontrol. De esta manera, tendrás mucho más poder para cumplir tus objetivos laborales, personales y profesionales, ser más productivo y ganar en tiempo libre, autoestima y confianza en tus capacidades.

Cómo mejorar tu disciplina y tener más fuerza de voluntad

  • ¿Cuáles son tus debilidades?: Es importante detectar cuál es tu “talón de Aquiles” para poder enfrentarte tus vulnerabilidades con mayor fortaleza. Puede que los últimos estrenos en videojuegos sean tu perdición, que seas demasiado propenso a “tomarte la última y a casa”, o que no puedas parar cuando tienes delante una caja de galletas de chocolate. Sea como fuere, no finjas que tus puntos débiles no existen. Ser consciente de ellos es el punto de partida para vencerlos
  • “Fuera de la vista, fuera de la mente”: Al igual que reza el dicho, eliminar las tentaciones te ayudará a ser una persona más disciplinada. Si quieres alimentarte de forma más sana o respetuosa con el medio ambiente, no tengas a mano comida basura. Si eres un adicto de las redes sociales, declina tener cerca el móvil o el Facebook abierto mientras trabajas. Es fundamental deshacerse progresivamente de las distracciones para ganar en autocontrol.
  • Planificar, planificar, planificar: Como en cualquier proyecto, es fundamental contar con unos objetivos y metas a corto, medio y largo plazo, así como una estrategia de ejecución efectiva. Puedes utilizar aplicaciones móviles o herramientas como Google Calendar o Evernote para fijar tus propósitos y fechas de cumplimiento y buscar tus propias técnicas, como la meditación, para contribuir a relajarte en momentos de tentación.
  • Diligencia diaria: De nada sirve estudiar dos días y mirar para las musarañas al tercero, o prometerte que harás deporte con regularidad y estar todo el mes de vacaciones sumido en una vida sedentaria de cañas y pinchos. La voluntad se modela con rutina, perseverancia y repetición.
  • Nuevos hábitos de forma progresiva: Quien mucho abarca, poco aprieta. Para no frustrarte en exceso al comienzo, debes dividir tu meta en pequeños pasos. Por ejemplo, si quieres lograr mejores hábitos de sueño, comienza por irte a la cama quince minutos más temprano cada noche. O si quieres comer mejor pero eres perezoso, cocina la noche anterior. Es preferible dar pequeños pasos que tropezarse nada más comenzar.
  • Cuida tu alimentación: Es recomendable que hagas cinco comidas diarias y que nunca pases hambre. Esta tiene un impacto sustancial de carácter negativo sobre tu fuerza de voluntad, ya que el azúcar bajo en sangre debilita tus capacidades, disminuye tu concentración y te vuelve gruñón y pesimista. Alimentarse de forma regular, descansar adecuadamente y hacer ejercicio de forma recurrente es fundamental para que no se debiliten tus relaciones, tu trabajo, tu salud o tu buen humor.
  • Cambiar tu percepción acerca de tu propia fuerza de voluntad: Según un estudio de la Universidad de Stanford, la cantidad de fuerza de voluntad que una persona tiene está predeterminada por sus creencias y percepciones. Es decir, que si crees que tu capacidad tiene un límite, probablemente nunca lo sobrepases. Derriba tus obstáculos inconscientes y borra todos los estereotipos preconcebidos sobre tu autocontrol.
  • Tener siempre a mano un plan de respaldo: Para las situaciones más conflictivas que representan para ti un dilema o hacen temblar los cimientos de tu fuerza de voluntad y capacidad de control -una fiesta donde no debes beber, el estreno de una película que te impide centrarte en tu oposición-, debes tener en mente un plan de contingencia que pase por la concentración y el manejo de tus pulsiones e instintos. Debes aprender a no tomar decisiones repentinas basada en tus instintos o en tu estado emocional.
  • Fíjate una recompensa para cada obstáculo: La anticipación y la motivación son armas poderosas. Por ejemplo, prométete a ti mismo que harás un viaje soñado si eres capaz de abandonar el vicio del tabaco, o que harás algo especial al acabar la temporada de exámenes. Sean recompensas diminutas o grandes alterarán tu estado mental y te permitirán mejorar tu fuerza de voluntad.
  • No te castigues y sigue adelante: Debes perdonarte cuando fracases o sufras altibajos: ¡eres un ser humano! Aprende de tus errores, anota tu experiencia para aprender de ella y reorienta tus objetivos cuando lo necesites. 
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