Luces y sombras de emprender en Silicon Valley: fácil acceso a financiación pero un alto coste de vida

Luces y sombras de emprender en Silicon Valley: fácil acceso a financiación pero un alto coste de vida

El Valle del Silicio, como esta zona de San Francisco se traduce al castellano, es el área donde se encuentran las principales empresas de tecnología del mundo. Su nombre proviene de las manufactureras de chips de silicio que se asentaban en el lugar. Silicon Valley nació en los años 40 y 50 cuando un profesor de la Universidad de Stanford, Frederick Terman, impulsó varios proyectos de emprendimiento de sus alumnos.
27 Enero 2017

Hoy en día, la zona no sólo es conocida por concentrar las compañías tecnológicas más importantes, sino que es un punto clave para miles de startups que buscan conocer las tendencias de la industria y acaparar la mirada de posibles inversores. En este sentido, la bahía de San Francisco se ha convertido en un ecosistema único en el mundo para las empresas, que se desplazan allí debido a la facilidad de acceso a la financiación.

Capital riesgo

Tal y como afirman desde Spain Tech Center -una plataforma para empresas tecnológicas españolas instaladas allí-, California reunió en 2012 el 50% del total de operaciones de capital riesgo que se produjeron en Estados Unidos, un 13% más que el año anterior. Experiencia que confirma Isabel Arcones, directora general de la plataforma de periodismo ciudadano Onpublico, cuyo equipo fundador se encuentra en Silicon Valley: "No hay otro lugar en el mundo con tanto capital disponible para financiar startups".

Sin embargo, "ello no significa que sea fácil conseguir financiación, ya que cada inversor es distinto, buscan métricas diferentes y sólo se conseguirá levantar capital si la startup es buena", tal y como cuenta Carlos de la Lama-Noriega, fundador de Startup Embassy -una plataforma de ayuda a los emprendedores que llegan al valle-.

Otra de las ventajas competitivas de la zona es el desarrollo del networking, que conforma la base de la cultura empresarial anglosajona. La concentración de empresas y de talento en un área tan pequeña propicia que se celebren eventos empresariales y tecnológicos donde encontrar posibles inversores, proveedores o mentores. Esta forma de trabajo permite crear una red de contactos de calidad. "En Silicon Valley entiendes la importancia de crear una startup que puede y debe poder funcionar en todas las ciudades del mundo", tal y como cuenta el director general de la plataforma de ocio Fever, Ignacio Bachiller, iniciativa que tuvo su origen en San Francisco.

Principales inconvenientes

Vivir en Silicon Valley es una gran oportunidad de negocio, pero hay que tener en cuenta a qué precio. La meca de la tecnología presume de ser la segunda zona más cara de Estados Unidos, después de Nueva York. En San Francisco, el coste de la vida personal y profesional es, en general, superior a los 4.700 euros al mes, según Spain Tech Center. Asimismo, los costes medios derivados de trabajar en la ciudad -alquiler de oficina, transporte, comida o teléfono- oscilan entre 1.200 y 1.400 euros, mientras que los gastos de vida se establecen entre 2.800 y 4.000 euros, debido al alto precio del alquiler de vivienda.

A todo ello, según cuenta De la Lama-Noriega, hay que añadirle "aspectos que no se suelen tener en cuenta, adicionales a la dificultad de conseguir que la startup se convierta en un negocio, que es entender la cultura, hacer buenos contactos, conseguir visado o contratar seguro médico". Además, también se incurre en costes personales, puesto que "si la persona que emprende tiene familia hay que buscar colegios o si tiene pareja, pedir que deje su trabajo por un sueño y los costes se multiplican", añade De la Lama-Noriega.

Así, además del elevado coste de la ciudad, existe otro importante inconveniente. Y es que no existe posibilidad de viajar a Estados Unidos sin un contrato de trabajo firmado. Todo visado para residir de forma temporal en el país tiene que estar ligado a un empleo, destacando cuatro tipos: OPT (Optional Practice Training) que ofrece la posibilidad de trabajar durante un año tras terminar un programa universitario; J-1, un visado que permite trabajar en el país con la condición de contar con un patrocinador; H-1B, para el que hay que demostrar que el empleado tiene unos estudios universitarios directamente relacionados con el puesto de trabajo; y, por último, E Visa, para el que la empresa debe tener una inversión hacia un proyecto viable en Estados Unidos, con capacidad de expansión y creación de empleo.

Por todo ello, el acceso a la financiación y las grandes redes de contactos de Silicon Valley llaman la atención de numerosos emprendedores, pero que no deben dejar a un lado el elevado coste de vida de la ciudad.

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