Lo que parecía un accidente laboral resultó ser un violento ataque de celos

Lo que parecía un accidente laboral resultó ser un violento ataque de celos

Un hombre ataca a otro con una maza y luego lo atropella con su vehículo
17 Junio 2016

Los celos parecen ser el detonante de una brutal agresión que se produjo en Cullera (Valencia). Un hombre acabó ingresado en el Hospital de la Ribera después de ser golpeado por otro en la cabeza con un martillo. Posteriormente, el agresor se subió a un coche para atropellar a la víctima y a un compañero que salió en su defensa.

Todo sucedió sobre las seis de la tarde. Lo que en principio parecía un accidente laboral, y así fue como se informó a emergencias mediante una llamada telefónica, escondía algo muy diferente. En el lugar de los hechos, la calle Lope de Vega de la zona del Racó, se personaron dos patrullas de la Policía Local, una de ellas con un médico para atender al herido.

Sin embargo, allí descubrieron que lo sucedido distaba mucho de tener relación con un accidente laboral. Fuentes próximas a la investigación señalaron que el agresor se personó en una obra en la que se hallaba la víctima, un empresario de la construcción que actualmente tiene una relación sentimental con la excompañera del sospechoso. Allí, el atacante se hizo con una maza de las que emplean los albañiles y comenzó a golpearlo.

Los obreros que trabajaban en el lugar y una portera se acercaron para socorrer al herido. Pero el presunto agresor regresó hasta su coche y atropelló tanto al constructor como a un compañero, aunque a éste último no le causó lesiones graves.

La víctima, de 43 años, fue trasladado en un vehículo particular al centro de salud de Cullera, a donde también llegó el martillo usado en la agresión. Posteriormente, fue atendido en el Hospital de la Ribera con magulladuras y una brecha en la cabeza. Pese a las lesiones, permaneció consciente y al parecer su vida no corría peligro.

Poco después de la agresión, el presunto autor acudió al cuartel de la Guardia Civil de Cullera para entregarse, acompañado por su abogado.

 
Fuente: Las Provincias

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