Caminar o ir en bicicleta es bueno para la salud, incluso con altos niveles de contaminación

Caminar o ir en bicicleta es bueno para la salud, incluso con altos niveles de contaminación

Según un estudio de la universidad de Cambridge
18 Junio 2016

Los beneficios para la salud de caminar o ir en bicicleta son mayores que los efectos negativos sobre la salud de la contaminación del aire, incluso en ciudades con altos niveles de polución. Esta es la principal conclusión de un estudio dirigido por el Centro para la Investigación de la Dieta y la Actividad (Cedro, en inglés) y la Unidad de Epidemiología del Consejo de Investigación Médica de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.

Esta nueva evidencia, publicada en la revista Preventive Medicine, refuerza el argumento para apoyar el uso de la bici, incluso en ciudades contaminadas, un esfuerzo que a su vez puede ayudar a reducir las emisiones de contaminantes de los vehículos.

La actividad física regular reduce el riesgo de enfermedades como la diabetes, patologías del corazón y varios tipos de cáncer. Una forma para que las personas aumenten sus niveles de actividad física es a través del "turismo activo", como ir a pie y en bicicleta; pero ha aumentado la preocupación sobre el riesgo potencial de la contaminación del aire al caminar y montar en bicicleta en los entornos urbanos.

La contaminación del aire es uno de los principales factores de riesgo ambientales para la salud de las personas. Un informe reciente de los Reales Colegios de Médicos y de Pediatría y Salud Infantil sugiere que contribuye a alrededor de 40.000 muertes prematuras al año en Reino Unido.

Una de las principales fuentes de contaminación del aire en las ciudades es el transporte y cambiar coches, motos y autobuses por viajes activos ayudaría a reducir las emisiones. Sin embargo, las personas que caminan o van en bicicleta en estos entornos inhalan más contaminación, lo que podría ser perjudicial para su salud.

Estudios previos realizados en Europa, Estados Unidos y otros países desarrollados encontraron que los beneficios para la salud de los viajes activos son mayores que los riesgos, pero estos se llevaron a cabo en zonas con contaminación del aire relativamente baja y la aplicabilidad de sus resultados a las ciudades más contaminadas en las economías emergentes ha sido incierta.

Investigadores de Cedro, una colaboración entre las Universidades de Cambridge y East Anglia, y el Consejo de Investigación Médica, emplearon simulaciones por ordenador para comparar los riesgos y beneficios de los diferentes niveles intensidad y duración de los viajes activos y de la contaminación atmosférica en distintos lugares de todo el mundo, utilizando información procedente de estudios epidemiológicos internacionales y meta-análisis.

Con estos datos, los autores calcularon que, en términos prácticos, los riesgos de contaminación del aire no anulan los beneficios para la salud de los trayectos activos en la gran mayoría de las áreas urbanas en todo el mundo. Sólo el 1 por ciento de las ciudades en la Base de Datos de Contaminación del Aire de la Organización Mundial de la Salud tuvo niveles de contaminación lo suficientemente elevados para que los riesgos de contaminación del aire pudieran comenzar a superar los beneficios de la actividad física después de media hora de bici cada día.

El director del estudio, Marko Tainio, de la Unidad de Epidemiología de la Universidad de Cambridge, señala: "Nuestro modelo indica que en Londres los beneficios para la salud de los traslados activos siempre son mayores que el riesgo de contaminación. Incluso en Delhi, una de las ciudades más contaminadas en el mundo (con niveles de contaminación diez veces superiores a los de Londres), la gente necesitaría montar en bicicleta más de cinco horas a la semana para que los riesgos de contaminación fueran mayores que los beneficios para la salud".

"Sin embargo, debemos recordar que una pequeña minoría de los trabajadores en las ciudades más contaminadas, como mensajeros en bicicleta, puede estar expuesta a niveles de contaminación del aire lo suficientemente elevados como para anular los beneficios de la actividad física", agrega.

Los autores advierten que su modelo no tiene en cuenta la información detallada sobre las condiciones dentro de las diferentes localidades en las ciudades individuales, el impacto de los episodios a corto plazo del aumento de la contaminación del aire o información sobre la actividad física de fondo o la historia de enfermedades de los individuos.

Fuente: Diario Médico

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