Naciones Unidas partidaria de un nuevo contrato social para trabajadores precarios, desempleados y migrantes

Naciones Unidas partidaria de un nuevo contrato social para trabajadores precarios, desempleados y migrantes

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo insiste en que los países apliquen el 'Programa de Trabajo Decente'
31 Enero 2016

¿Cómo moviliza la sociedad los fondos para cubrir a una población cada vez mayor que no siempre tiene trabajo, incluir a quienes trabajan fuera del sector formal, dar cabida a los nuevos participantes en el mercado laboral (en particular los migrantes) y proporcionar cobertura a quienes no pueden trabajar? En tales circunstancias, tal vez sea necesario establecer un nuevo contrato social que implique un diálogo a una escala mucho mayor que la que se practicó durante el siglo XX. Es la propuesta lanzada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su último informe ‘Trabajo al servicio del desarrollo humano’.

Los autores señalan como Dinamarca está dando pasos en esta dirección, al ofrecer seguridad junto con la actualización y el perfeccionamiento de las competencias en un mercado del trabajo cada vez más flexible. Al respecto señalan como el mercado laboral danés ha incorporado lo que suele conocerse como ‘flexiguridad’ esto es, la coexistencia de la flexibilidad -en forma de bajos costos de ajuste para los empleadores y los empleados- y la seguridad-producto derivado de la sólida red de seguridad social en Dinamarca-, lo que garantiza un alto nivel de cobertura y tasas de reemplazo (con respecto a salarios). El principal objetivo de la flexiguridad es promover la seguridad en el empleo por encima de la seguridad del puesto de trabajo, lo que implica que la protección se centra en los trabajadores y no en sus empleos. Por consiguiente, los empleadores se benefician de todas las ventajas de una mano de obra flexible, al tiempo que los empleados pueden disfrutar de una sólida red de seguridad social que se aplica a través de políticas activas del mercado de trabajo.

El informe se pregunta, y pasa revista en su contenido, sobre la calidad del trabajo en los mismos términos que viene haciendo desde hace varios años la OIT y muchas de las personas que tienen una actividad laboral pero que carecen de elementos cualitativos que acompañen al elemento cuantitativo, ciertamente importante, de la remuneración económica: “¿Es seguro el trabajo¿ ¿Se sienten las personas satisfechas en el trabajo? ¿Hay perspectivas de progreso? ¿Posibilita el empleo un equilibrio flexible entre el trabajo y la vida personal? ¿Hay igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres?”, son cuestiones que plantea el profesor Eduardo Rojo de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en una época de producción globalizada, es posible que las políticas y los contratos sociales nacionales ya no sean viables si no tienen en cuenta los compromisos mundiales. Con este objetivo señala que un pacto a escala global requerirá la movilización de todos los interlocutores -trabajadores, empresas y gobiernos- a escala mundial, el respeto efectivo de los derechos de los trabajadores y la preparación para negociar acuerdos en todos los niveles. Ello no requeriría el establecimiento de nuevas instituciones, sino que bastaría con reorientar la atención de los foros internacionales consolidados.

El PNUD insiste en que los países apliquen el Programa de Trabajo Decente que sintetiza en cuatro pilares:

1) Creación de empleo y fomento de la empresa. Implica reconocer que el empleo es una de las principales vías para salir de la pobreza y que la economía debe generar oportunidades para la inversión, el emprendimiento, la creación de empleo y los medios de vida sostenibles.

2) Normas y derechos en el trabajo. Los ciudadanos necesitan oportunidades de representación para participar, expresar sus opiniones a fin de obtener derechos y ser respetados. La labor normativa de la Organización Internacional del Trabajo es esencial para el cumplimiento y la medición del progreso.

3) Protección social. La protección social básica, como la asistencia sanitaria y la seguridad en la jubilación, es un pilar fundamental para participar de forma productiva en la sociedad y la economía.

4) Gobernanza y diálogo social. El diálogo social entre los gobiernos, los trabajadores y las empresas puede resolver importantes problemas económicos y sociales, fomentar una buena gobernanza, establecer relaciones laborales sólidas e impulsar el progreso económico y social.

Fuente: La Celosía

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