FUKUSHIMA: La historia interminable

FUKUSHIMA: La historia interminable

Nuevas fugas radioactivas
31 Octubre 2013

La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) anunció el 17 de octubre la existencia de una nueva fuga de agua radiactiva en uno de los tanques de almacenamiento subterráneos de la central nuclear de Fukushima-1.

El anuncio tuvo lugar apenas un día después de que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, resaltara que las filtraciones de agua radiactiva están bajo control, si bien reconoció que siguen existiendo. En este sentido, manifestó que las filtraciones están afectando un área limitada ubicada en el interior del puerto de la planta, al tiempo que recalcó que el Gobierno seguirá haciendo frente al problema a través de medidas preventivas.

El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al océano Pacífico.

Desde entonces, las fugas de agua radiactiva no han cesado y han hecho que en el último mes los niveles de radiactividad en Fukushima-1 se hayan disparado hasta picos de 200.000 becquerelios por litro, capaces de matar a una persona.

TEPCO sospecha que las fugas radiactivas se deben al desgaste de la resina que une las placas de acero que forman los tanques en los que se almacena el agua contaminada de Fukushima-1, a pesar de que se trata de un compuesto especial, precisamente, para evitar la permeabilidad.

No obstante, la empresa ha admitido errores de todo tipo. Entre ellos, que los trabajadores se dejaron abiertas las válvulas que controlan la entrada de agua contaminada desde los reactores a los tanques, la ausencia de contadores en todos los tanques y las escasas patrullas alrededor de los tanques para comprobar que no hay fugas radiactivas.

Asimismo, un informe del Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica ha alertado esta misma semana de que los criterios y métodos utilizados por las autoridades y empresas japonesas para medir la radiación a la que estuvieron sometidos los trabajadores de la central nuclear de Fukushima-1 después de la fuga radiactiva desestiman ciertas radiaciones, por lo que el nivel global de las mismas podría ser hasta un 20 por ciento superior a lo que se creía hasta ahora.

Los detalles técnicos del problema, incluidos los resultados de las mediciones de la contaminación marina, están disponibles en la página web de la Agencia Internacional de la Energía (IEA)

Fuente: El País

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