El Corte Inglés, Inditex y Mango contribuyen al fondo para las víctimas del Rana Plaza y se libran del acoso activista iniciado por Clean Clothes Campaign

El Corte Inglés, Inditex y Mango contribuyen al fondo para las víctimas del Rana Plaza y se libran del acoso activista iniciado por Clean Clothes Campaign

Las empresas que no colaboren serán objeto de fuertes presiones
16 Marzo 2014

Clean Clothes Campaign,  la alianza de organizaciones de 16 países europeos dedicadas a mejorar las condiciones laborales en la industria textil y la distribución, inició el pasado día 24 de febrero una campaña de activismo en todo el mundo  para requerir a las empresas que trabajaban con proveedores en Bangladesh cuando ocurrió la tragedia de Rana Plaza, a que doten el fondo de 40 millones de dólares establecido para las víctimas. El Corte Inglés, Inditex y Mango han quedado liberadas del acoso por estar en el grupo de las primeras cinco empresas, junto a Mascot y Loblaw, que se han comprometido al Fondo (Donors Fund Trust), que está supervisado por la Organización Mundial de Trabajo.

El inicio de esta campaña se ha producido dos meses antes de que se cumpla un año desde la catástrofe del hundimiento de los talleres textiles de Rana Plaza (en Dhaka, la capital de Bangladesh), que originó 1.138 muertes y casi 2.000 heridos. Los supervivientes y familiares de las víctimas están esperando todavía la compensación, y esa es la razón de que Clean Clothes haya iniciado la campaña de activismo. De momento, han centrado su acoso sobre la empresa italiana Benetton a través de las redes sociales y en los propios comercios, con requerimientos para que pague. La italiana tenía pedidos todavía no atendidos cuando los talleres se vinieron abajo.

La secretaria general de la organización sindical británica (TUC), Frances O’Grady, ha escrito al presidente de la firma italiana, Alessandro Benetton, requiriéndole a hacer una donación acorde “con el tamaño de su compañía y teniendo en cuenta la estrecha relación que mantenía con al menos una de las fábricas del edificio que se desplomó”, según ha informado ‘The Guardian’.

La organización activista ha identificado 27 compañías como contratistas de las fábricas hundidas. Una de ellas, Primark no ha contribuido por ahora al fondo como donante, pero sí pagó los salarios de los trabajadores que se quedaron sin trabajo tras la tragedia y ha declarado estar comprometida a más compensaciones a largo plazo de los trabajadores de sus proveedores. También Bonmarché ha mostrado su disposición a contribuir al fondo, según The New York Times. Está por ver lo que ocurre con Carrefour, Auchan, Kik y Matalan, entre otras de las que fueron identificadas.

El fondo ha sido articulado como de donantes para evitar que las empresas asumieran culpabilidad en los hechos, algo que desde el primer momento negaron apoyándose en los reglamentos que exigen cumplir a los proveedores que contratan. Las compañías estadounidenses afectadas, Walmart, JC Penney, GAP y Children’s Place, entre otras, se han negado a pagar y constituyeron en su momento la denominada Alliance for Bangladesh Workers Safety.

Pocos días después de la tragedia de Rana, que sucedía a otras ocurridas en Bangladesh previamente, y ante la alarma social generada en todo el mundo, alrededor de un centenar de fabricantes y enseñas firmaron el acuerdo para controlar la seguridad de los talleres textiles del país, donde trabajan cerca de 4 millones de personas. El Accord on Fire and Building Safety in Bangladesh, fue promovido por las organizaciones sindicales IndustriAll Global Union, la UNI Global Union, y varias ONG, entre ellas Clean Clothes y Workers Rights. Este acuerdo impidió que las empresas extranjeras dejaran de trabajar en Bangla Desh ante la falta de seguridad que ofrecían los proveedores.

Los estadounidenses siguen con su alianza, habiendo publicado recientemente dos informes, y el pasado día 11 compareció en el Senado de Estados Unidos la presidenta  de la organización, Ellen Tauscher.  La Alianza, en la que participan 26 empresas, se propone durante cinco años mejorar la seguridad de las fábricas a través de un riguroso régimen de inspecciones y formación. Cifran el coste de esta gestión en torno a los 50 millones de dólares. Aseguran que trabajan estrechamente con el Acuerdo promovido por los europeos y que dan trabajo a 700 fábricas textiles en Bangladesh, de las 5.000 que se estima existen,  y empleo a 1,3 millones de trabajadores. De momento han inspeccionado el 33% de las fábricas pero en julio pretenden tener el 100% escrutado.

Algunos miembros de la Alianza han garantizado 100 millones de dólares en capital de bajo coste para ayudar a los propietarios de las fábricas a mejorar la seguridad y también han generado un fondo de 5 millones de dólares para pagar salarios a los empleados que dejan de trabajar mientras duran las obras de reformas en los talleres, según dijo la presidenta Tausher en su comparecencia en la comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

Fuente: La Celosía
 

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