el Trabajo Q Viene

Las neuronas sí se regeneran: 5 hábitos que le pueden ayudar

Durante décadas, fue una verdad asumida por todos: el ser humano nace con un número finito de neuronas que se van degradando y jamás son sustituidas. Fin. La vida regalaba a cada uno un paquete cerrado de estas células, que debían ser cuidadas con responsabilidad.

Pero ninguna verdad es absoluta: la ciencia se ha ocupado de probar que la generación de neuronas es también una realidad en otras edades y momentos del ciclo vital, no solo durante la etapa embrionaria. Es el proceso conocido como neurogénesis adulta; el cerebro fabrica nuevas neuronas que completan a las que cada uno ha desarrollado por la fusión del espermatozoide y el óvulo de los padres. Y las pone a funcionar.

Pero el cambio de paradigma no se circunscribe al hecho de que esta nueva verdad esté ya probada. Algunos estudios apuntan a que estos procesos de neurogénesis adulta se pueden propiciar, que se pueden precipitar y reforzar, asumiendo una serie de prácticas relacionadas con los hábitos y las rutinas.

Si bien existen opiniones encontradas sobre cuándo, por qué y con qué intensidad se desatan estos procesos de producción, docenas de investigaciones han comprobado que mediante la dieta, el ejercicio e, incluso, la práctica del sexo, es posible fomentar la neurogénesis y echar una mano al sacrificado cerebro. Siempre hacendoso. Siempre en marcha. Y crucial para vivir más y mejor.

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Decálogo que definirá los espacios de trabajo del futuro

Durante años hemos pensado que la evolución de la tecnología en la forma de trabajar terminaría por hacer desaparecer las oficinas.

En un mundo interconectado en el que puedes llevar la oficina encima gracias al móvil -con el que se pueden realizar videoconferencias, guardar documentos, enviar correos, imprimir, escanear…-, y trabajar prácticamente desde cualquier lugar, la oficina parece que deja de tener sentido.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Según un estudio elaborado por Steelcase e Ipsos sobre “El compromiso y el espacio de trabajo global”, cuanto más tiempo pasa un empleado trabajando desde casa, más desconectado está de su empresa y menor es el compromiso que tiene con ella, lo que se traduce en pérdida de productividad y de dinero. Las grandes organizaciones empresariales han tomado buena nota de ello y han comenzado a reagrupar a sus trabajadores en grandes sedes corporativas en las que han puesto el foco en las personas. El trabajo ha dejado de ser un lugar al que acudir para pasar a ser una actividad.

Las oficinas han sufrido una disrupción similar a la que han vivido otros sectores estratégicos y se encuentran ante el reto de reinventarse para dar respuesta a los cambios que se avecinan con una fuerte implantación tecnológica, nuevas generaciones laborales y una transformación de los modelos de negocio y de la forma de trabajar. “Es incoherente seguir trabajando en una oficina de hace 50 años cuando nuestra forma de trabajar cambia y evoluciona de un año para otro”.

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Guía de la OMS para la protección de los trabajadores frente a los riesgos potenciales de los nanomateriales artificiales

Hace varios años la OMS hizo pública su intención de publicar una guía para la protección de los trabajadores frente a los riesgos potenciales de los nanomateriales artificiales, una guía que se ha hecho esperar pues su tiempo de gestación ha sido muy superior a lo previsto. Pero al fin se ha publicado, y su texto completo – por ahora solo en inglés – lo encontrarán en la noticia.

La guía viene a enfrentarse al problema de la escasez de información precisa sobre las vías de exposición humana para los nanomateriales, su destino en el cuerpo humano y su capacidad para inducir efectos biológicos no deseados, como la generación de estrés oxidativo. Los datos de estudios de inhalación de nanomateriales in vitro, animal y humano están disponibles solo para unos pocos nanomateriales. 

Hasta el momento, no se han observado efectos adversos a la salud a largo plazo en humanos. Esto podría deberse a la reciente introducción de nanomateriales, el enfoque precautorio para evitar la exposición y las preocupaciones éticas sobre la realización de estudios en humanos.
 
Las recomendaciones de salud deben, por lo tanto, basarse en la extrapolación de la evidencia de estudios in vitro, animales u otros de campos que involucran la exposición a partículas a nanoescala, como la contaminación del aire, a los posibles efectos en humanos. Los trabajadores de todos los países se encontrarán en primera línea de exposición a estos materiales, lo que los expone a un mayor riesgo de posibles efectos adversos para la salud.