El riesgo cero

Una campaña de Prevención de Riesgos Laborales de una Administración Autonómica española tiene como lema:”En el trabajo, ningún riesgo”. Muchos podrán pensar que dicho mensaje es una utopía. Y probablemente tengan razón. Pero debemos entender que esa utopía debe existir en nuestra visión.

¿Es posible el riesgo 0?. Quien dice que sí es posible, también dice que el coste tiende a infinito. Evidentemente, para alcanzar un menor riesgo en nuestras condiciones laborales, en nuestras vidas, hay que gastar más. O invertir, como prefieran.

En lo que hay más consenso es en considerar posible el 0 accidentes. Hay pruebas fehacientes de ello. Muchas empresas, año tras año, consiguen el objetivo de que sus trabajadores no sufran ningún accidente. El 0 accidentes se considera posible. Aunque algunas empresas no lo vean como tal.

¿Vale la pena, entonces, marcarse como visión en nuestros planteamientos el riesgo 0?.

La utopía se califica fácilmente como construcción imaginaria, como ilusión que, de hecho, oculta un proceso real. Ahora bien, el discurso utópico no excluye el discurso científico. Y así una teoría hace referencia frecuentemente a una práctica e implica, a veces, la construcción de un modelo cuya realización propone. Las utopías del trabajo hacen referencia, esencialmente, a la presencia de una deficiencia en la sociedad. Una de ellas, los accidentes.

¿Debemos incluir en nuestro Plan de Prevención doctrinas o sistemas que aparecen como irrealizables desde el punto de vista de las condiciones existentes en el momento de la formulación?.

Las utopías, proyectos ideales, visiones de fundamento ético son también al mismo tiempo suscitadoras de ideologías activas, imágenes estimulantes e inspiradoras de acciones concretas capaces de modificar la realidad existente. Por otro lado las utopías son, o por lo menos intentan ser, sistemas racionales.

En cualquier caso, implican siempre una voluntad de trascender lo existente y son a la vez, una evasión del presente y una crítica de ese mismo presente al compararlo con lo que podría ser y todas ellas pretenden encarnar, como dice M. Buber “la visión de lo justo en un tiempo perfecto”. Es decir el riesgo 0.

O, para empezar, accidentes 0. Eso ya no es una utopía. En algunas empresas.