La Ergonomía Escolar como base de la verdadera prevención

La ergonomía, por ser una ciencia multidisciplinaria, puede ser aplicada por todo profesional capacitado y en cualquier campo que rodee al ser humano, llámese niño, adulto o anciano.

Desde hace varios años se vienen realizando diversos estudios, encaminados a investigar aquellos factores que inciden de una manera positiva o negativa en los trabajadores dentro de su puesto de trabajo, mientras se desarrollan campañas para concientizarlos, capacitarlos y formarlos en Ergonomía y Seguridad.

La realidad demostrada en nuestra vida cotidiana y en los resultados encontrados en varios proyectos de investigación en Ergonomía, es que nuestros trabajadores, y nosotros mismos, hemos tenido años de aprendizaje equívoco ante lo cual es necesario considerar que es muy complicado desaprender todo esto, siendo más fácil enseñar lo correcto desde el principio.

Las malas posturas, los actos inseguros, la falta de cuidado de la salud y muchos otros factores, son algunos de estos malos aprendizajes; y son éstos los problemas actuales de nuestros trabajadores. Por ello la solución está en los niños. Es bien claro que, si formamos niños que valoren, cuiden y respeten su cuerpo, entorno, y medio ambiente, no tendremos que invertir en corregir a adultos que se esfuerzan cada día por hacer todo lo contrario.

Aunque se han realizado investigaciones, todavía es poco lo que se sabe sobre Ergonomía para niños. Siempre se habla de aulas de informática,  mochilas de libros y últimamente sobre estudios de confort acústico. Se han mostrado datos preocupantes como las estadísticas presentadas por la Asamblea del Estado de California (EE.UU.) en la aprobación de la norma AB 2532, en la que comentan: “Los pupilos de escuelas elementales y secundarias transportan mochilas que pesan tanto como 20 kg. Quiroprácticos, fisioterapeutas y pediatras están atendiendo un número creciente de niños por lesiones de columna vertebral, dolor de espalda no traumático, y significativos cambios posturales derivados de mochilas cargadas en exceso”. Pero el niño (nuestro futuro trabajador) es mucho más que eso, es un ser integral que se ve afectado por todos los factores que inciden en su entorno y que no se puede ver reducido a tan poco.

Es por ello que, pensando en el niño como ser integral se hace necesario realizar evaluaciones Ergonómicas serias y completas que abarquen tanto la ergonomía Física, Cognitiva, Organizacional como la Ambiental, que contemplen todo su entorno, y que nos permitan valorar de una manera real y objetiva como está nuestro niño dentro de su ambiente escolar, cómo se siente y qué podemos hacer para que estos niños de ahora disfruten y se formen en un ambiente sano, saludable y seguro. Y así, podamos contar con un trabajador con estas mismas características.

Es claro que falta más voluntad de los gobiernos y colegios por practicar una Ergonomía de concepción, en la que se cree y diseñe en función de las necesidades del niño y su entorno, en la que se eduque en el presente para asegurar un futuro y no, se mal eduque en un presente para castigar y corregir en un futuro.

Como docentes estamos en la obligación, no sólo de compartir conocimientos con nuestros alumnos y de guiarlos en su aprendizaje, sino también de tratar de brindarles el mejor ambiente en su colegio, para que gocen de bienestar físico, mental, buen trato y, sobre todo, afecto.

Está en nuestras manos iniciar un verdadero cambio, en el que los docentes, Ergónomos, diseñadores, médicos, fisiatras, pediatras, ingenieros, y, todos aquellos que estamos en contacto directo o indirecto con los niños, trabajemos por crear un ambiente propicio para el aprendizaje, la realización y la vida de nuestros pequeñitos.

Es hora de empezar a estructurar la Ergonomía escolar que busque adaptar todos los factores que intervienen en el entorno del  “NIÑO” para ofrecerle bienestar y seguridad y tener así trabajadores sanos, proactivos y sobre todo concientes.