La carga mental en el trabajo: esa gran "desconocida"
La carga mental en el trabajo: esa gran "desconocida"
Últimamente en el marco de la prevención estamos asistiendo a diferentes foros, charlas y congresos donde por fortuna ya no es extraño hablar de los factores psicosociales: la necesidad de identificarlos, evaluarlos, planificar estrategias preventivas asociadas... De hecho, cada vez estamos más sensibilizados y, por qué no decirlo, presionados para abordar tanto los "riesgos ergonómicos" como los "riesgos psicosociales" presentes en nuestras organizaciones. Pero en este marco ¿queda incluida la prevención de la llamada carga mental?
Muchos dirán obviamente que sí, ya que está claro que tenemos que prevenir la carga mental. Es evidente que nuestros puestos de trabajo están inmersos desde hace ya bastante tiempo en una clara evolución: estamos pasando de tener puestos de trabajo con una importante exigencia física a puestos donde cada vez más dejamos a la persona la tarea de supervisar y controlar los procesos y las operaciones que se realizan en nuestras empresas industrializadas; es decir: queremos que las personas tomen decisiones que, además, esperamos que sean las acertadas.
Que estemos convencidos de que tenemos que estudiar la carga mental no quiere decir que lo hagamos; y lo que es peor, que lo hagamos aunque sea medianamente bien. De hecho no estamos teniendo mucha ayuda; después de unos diez años de discusión, el grupo de trabajo WG 2 (ISO TC 159), consiguió finalmente que se publicara en 1991 la ISO 10 075 "Ergonomic principles related to mental work-load. General terms and definitions". En el propio desarrollo de esta norma se evidenció la necesidad de generar una segunda y tercera parte. La segunda parte, "Ergonomic principles related to mental work-load. Design principles", se publicó en 1996, también después de unos seis años de discusión. Pero en la tercera parte, "Measurement and assessment of mental work-load", en que se pretendía estandarizar los métodos o instrumentos de evaluación de la carga mental en el trabajo, se reorientó, vista la dificultad, hacia el diseño de unos estándares sobre los requisitos relativos a estos métodos o instrumentos. Por desgracia, desde 1998 hasta la actualidad existe la versión "n" de este documento, pero sólo en borrador.
A nivel internacional debemos destacar la década de los 80' como una época prolífica tanto en el desarrollo teórico como en la propuesta de metodologías para el estudio de la carga mental, pero desde entonces y hasta la actualidad, sin que podamos entenderlo demasiado, el "aparente" interés o posibilidades de desarrollo de este objeto de estudio ha disminuido drásticamente.
Esperemos que desde los distintos centros y grupos de trabajo que existen actualmente en nuestro país, avanzando en el desarrollo de este campo, podamos aprovechar el impulso que desde la prevención estamos dando a la Ergonomía y Psicosocología en las empresas, para ser capaces de desarrollar y mejorar en breve la prevención de lo que supone la carga mental en nuestros puestos de trabajo.