Enfoque multidisciplinar mediante grupos de trabajo participativos para la clasificación de zonas ATEX

Es práctica habitual contratar la clasificación ATEX íntegramente a un consultor externo. Este proceder tiene poca implicación de las personas claves de la instalación y conlleva con frecuencia dificultades para la implantación del Documento de Protección Contra Explosiones. El Comité Electrotécnico Internacional indica en las normas de la serie IEC 60079 que la clasificación debe realizarse por un equipo multidisciplinar que incluya personas conocedoras de la instalación. Esta comunicación propone una metodología de clasificación ATEX, aplicada en dos empresas químicas en el año 2013, mediante grupos de trabajo liderados por un especialista. En ella se describen las personas clave relevantes, la información, material y herramientas requeridas así como las etapas del proceso. Las ventajas de esta metodología son: el consenso de criterios internos, la mejor adecuación a la realidad evitando la sobre o subclasificación y la facilidad de revisión de la clasificación ATEX en el futuro.
Keywords: 
ATEX; IECEx; Grupo de Trabajo; Técnicas PHA; ORP Conference
Main Author: 
EVA
DALMAU SILLA
SGS Tecnos
España
Co-authors: 
Xavier
Poy Quintana
SGS Tecnos
España

Introducción

El riesgo derivado de atmósferas explosivas en ambientes de trabajo es abordado de manera similar en las diversas regiones y países del mundo. Si bien las regulaciones locales son diferentes existe una primera fase común. Ésta consiste en identificar los emplazamientos en los que se pueden generar dichas atmósferas y clasificarlos en categorías. A nivel de la Unión Europa este proceso se denomina Clasificación de Zonas ATEX (Atmosferas Explosivas) y en un entorno global se denomina Hazardous Area Classification (En el presente documento se utilizará la denominación Clasificación de Zonas ATEX, si bien se evitará las referencias a legislación local específica).

La clasificación de zonas ATEX es un proceso con cierta subjetividad excepto en los pocos casos en los que exista legislación local que imponga una determinada clasificación. Un emplazamiento puede ser clasificado de maneras diferentes en base a las normas de referencias utilizadas, a la información conocida y a las consideraciones realizadas por quienes hagan la clasificación.

La práctica habitual de muchas organizaciones es la de confiar la clasificación de zonas ATEX a consultoras o ingenierías especializadas. Esta práctica puede parecer a primera vista acertada dada la complejidad de algunas de las normas de clasificación de zonas ATEX. Sin embargo, suele dar lugar a algunos de los siguientes problemas:

  • 1. Incompletitud: Son situaciones en las que no se proporciona la información adecuada a la consultoría externa resultando en la omisión de emplazamientos, operaciones o productos relevantes.
  • 2. Divergencia: Se trata de situaciones que incurren en una sobreclasificación excesivamente protectora, o bien una subclasificación excesivamente arriesgada, poco afín a las políticas de seguridad y salud de la organización.
  • 3. Desconcierto: Son situaciones en las que los receptores de la clasificación no la comprenden dando lugar a interpretaciones incorrectas de las medidas a implantar, y/o a revisiones continuas de la documentación que imposibilitan el cierre del proyecto.
  • 4. Impracticabilidad: Son situaciones en las que la clasificación teórica y las medidas recomendadas son de difícil implantación por motivos técnicos o económicos, sin contemplar otras alternativas de reorganización de la operaciones que requieren decisiones importantes de los responsables de la instalación.
  • 5. Burocratización: Es una situación muy común en la que la clasificación de zonas es abordada como un mero requisito documental que suele conducir a la omisión de su implantación.

Las cinco situaciones anteriores comparten como causa común una comunicación deficiente entre los responsables de la organización y la consultoría especializada. La externalización completa de la clasificación de zonas suele estar motivada por una muy baja implicación de las personas claves de la instalación y suele conducir a múltiples dificultades para la implantación de las medidas de prevención.

El Comité Electrotécnico Internacional (IEC) indica en las normas de la serie IEC 60079 que la clasificación de zonas debe ser elaborada por varias personas. Estas deben ser conocedoras no sólo de las normas de aplicación, sino también de la instalación, procesos y productos y de la importancia de los requisitos de ingeniería eléctrica que se derivan de la clasificación.

Metodología

Con la finalidad de evitar las dificultades indicadas anteriormente y seguir las indicaciones de la IEC se presenta a continuación una metodología de clasificación basada en grupos de trabajo de carácter multidisciplinar.

Un grupo de trabajo es una técnica de resolución de problemas que consiste en designar a un conjunto de personas para estudiar y resolver un problema acotado, en base a las competencias, habilidades y conocimientos de sus integrantes, dentro de un tiempo determinado y bajo la dirección de uno de ellos. En este sentido, los estudios HAZOP (Hazard and Operability Study) constituyen el ejemplo más extendido del uso de grupos de trabajo en los ámbitos de la seguridad industrial y de proceso [1].

La propuesta del uso de grupos de trabajo para la clasificación de zonas ATEX contempla cuatro etapas.

  • 1. Preparación previa
  • 2. Reuniones de trabajo para la clasificación de zonas
  • 3. Documentación de los resultados
  • 4. Revisión final y aprobación

Preparación previa: Selección de los integrantes del grupo de trabajo

Se recomienda que el grupo de trabajo esté constituido por individuos que den representación a las siguientes áreas:

  1. Especialista en clasificación ATEX: Actúa como director del estudio guiando al grupo de trabajo en la aplicación sistemática del método. Normalmente será un especialista en atmósferas explosivas con experiencia en clasificación de zonas ATEX mediante el uso de las norma IEC 60079-10 partes 1 y 2 [3,4] junto a otras normas industriales específicas y/o herramientas de cálculo. Requiere buenas habilidades comunicativas y de liderazgo, con frecuencia deberá consensuar criterios entre individuos con intereses divergentes. En proyectos complejos, puede estar acompañado de un secretario que ayude a documentar los resultados.
  2. Área de operaciones: Su función es aportar información sobre los métodos de trabajo y las condiciones normales de operación de las instalaciones de estudio. También debe cuestionar si la clasificación propuesta es apta para las operaciones diarias. Es especialmente relevante su experiencia acerca de los disfuncionamientos previsibles en instalaciones similares. En algunas situaciones se pueden necesitar varias personas para cubrir este rol, por ejemplo si en la instalación hay operaciones muy diferenciadas como producción, envasado y logística.
  3. Área de ingeniería: Su rol es aportar información sobre el diseño de las instalaciones y evaluar la validez de las propuestas de mejora técnica de las instalaciones que se derivan del estudio. Es recomendable que tenga conocimientos de la norma IEC 60079-14 [5] sobre instalaciones eléctricas para zonas ATEX, así como conocimientos de ventilación industrial en caso que se analicen instalaciones en el interior de edificios. En algunas situaciones esta figura puede concurrir con la de mantenimiento.
  4. Área de mantenimiento: Su función es aportar evaluar los requisitos de mantenimiento que se deriven de las instalaciones que queden clasificadas. También suele aportar información relevante sobre disfuncionamientos previsibles. Es recomendable que tenga conocimientos de las norma IEC 60079 partes 17 y 19 [6,7] sobre inspección, mantenimiento y reparación de instalaciones eléctricas para zonas ATEX. En algunas situaciones esta figura puede concurrir con la de ingeniería.
  5. Área de seguridad y salud: Actúa como garante de las políticas de prevención de la organización estableciendo los criterios mínimos a respetar para mantener el riesgo a niveles tolerables. También evalúa la idoneidad de las medidas organizativas que se deriven del estudio, tales como instrucciones de trabajo, señalización, formación específica de los trabajadores, medidas de supervisión suplementarias, o coordinación con contratistas externos. Es también importante que considere otros riesgos típicamente vinculados a algunas zonas ATEX, tales como toxicidad o el acceso a espacios confinados.

En función de la legislación local y/o de los acuerdos internos de la organización puede ser relevante la participación de representantes de los trabajadores, al tratarse de una evaluación de riesgo de explosión con posible incidencia sobre la salud de los trabajadores.

Por analogía a los estudios HAZOP se recomienda no superar el límite de 8 participantes con la finalidad de que la comunicación sea fluida [2]. Si se considerara necesaria la participación de otros especialistas (por ejemplo, especialistas en detección de gases o en la instalación de paneles antiexplosión), las sesiones se pueden organizar de manera que no concurran más 8 personas simultáneamente.

Todos los participantes deberían tener unos conocimientos mínimos comunes en materia de atmósferas explosivas que incluyan los tipos de zona existentes, las propiedades relevantes de los productos inflamables y combustibles, y las obligaciones esenciales que se derivan por el hecho de tener zonas clasificadas en una instalación. Por ello, en algunos casos puede ser necesario realizar una sesión formativa introductoria con la finalidad de homogeneizar los conocimientos ATEX de los integrantes del grupo de trabajo.

Preparación previa: Información técnica necesaria

Antes de la organización de las reuniones el especialista ATEX que dirigirá el grupo de trabajo debe acopiar la máxima documentación posible sobre las instalaciones de estudio. Dicha documentación deberá ser completada con información o bibliografía técnica. El compendio de información incluye los siguientes elementos:

  • 1. Ficha de datos de seguridad de los productos utilizados en las áreas de estudio. Son necesarias para recoger las propiedades relativas a combustibilidad. También son importante otras propiedades no directamente relacionadas con el riesgo de explosión, como por ejemplo la solubilidad en agua puede influir en el estudio de zonas ATEX en corrientes acuosas residuales.
  • 2. Información bibliográfica de los productos utilizados y/o generados, para completar la información de las fichas de datos de seguridad. El caso más frecuente ocurre en el caso de polvos combustibles ya que raramente hay información suficiente sobre el riesgo de explosión en las fichas de datos de seguridad. Puede ser necesario solicitar información adicional a los proveedores de materias primas, así como realizar ensayos de algunos de los productos generados.
  • 3. Diagramas de proceso que ayuden a entender el flujo de materiales y las diversas etapas de las operaciones. Idealmente deberían estar acompañadas de memorias descriptivas de dichos procesos. En el caso de instalaciones en faso de diseño una primera aproximación puede ser suficiente.
  • 4. Planos de la instalación. Idealmente se debería disponer de planos en planta y alzado. La escala debería ser lo suficientemente detallada para poder observar con comodidad magnitudes del orden de 1 m en una copia impresa, por ejemplo entre 1:50 y 1:300 según el tipo y tamaño de la instalación.
  • 5. Normas y legislación específica de relevancia. La norma IEC 6007910 no suele ser suficiente para concretar la extensión de las zonas clasificadas. Es función del especialista en clasificación ATEX localizar otros estándares industriales complementarios que resulten relevantes para las instalaciones y productos que se van a estudiar.
  • 6. Registros de accidentes e incidentes: Las noticias de accidentes en instalaciones similares pueden indicar al grupo de trabajo desviaciones de las condiciones de trabajo que den lugar a una atmósfera explosiva. En caso que se vaya estudiar una instalación existente, resulta relevante disponer de informes de investigación de accidentes e incidentes acaecidos.

Con la información disponible el director del grupo de trabajo debe elaborar un listado ordenado de los emplazamientos. En muchas ocasiones un mismo equipo físico deberá dividirse en varios emplazamientos de estudio. Por ejemplo, para el estudio de un reactor deberá estudiarse por separado el interior del reactor, el exterior del reactor, y el punto en el que descarguen posibles válvulas de seguridad. También es conveniente agrupar los diversos emplazamientos dentro de bloques de áreas funcionales. Por ejemplo, en una planta química: Parque de tanques, áreas de producción, áreas envasado, almacén y expediciones, e instalaciones auxiliares.

Preparación previa: Medios operativos y planificación

Adicionalmente también se deben planificar las diversas reuniones y preparar el entorno de trabajo con las herramientas suficientes. Se detallan a continuación:

  • 1. Copia física de la documentación. La documentación debe estar disponible para su consulta durante las sesiones de trabajo mediante diversas copias físicas a disposición de los integrantes del grupo. Resulta importante que la documentación esté convenientemente ordenada y resulte fácil de identificar, por ejemplo organizándola en un dossier para cada participante.
  • 2. Medios informáticos. Durante la sesión quien actúe como secretario registrará sobre una plantilla los resultados y los acuerdos que se alcancen. La herramienta de trabajo típica será un mínimo de un ordenador portátil equipado con procesadores de texto, hojas de cálculo, u otros programas específicos que hagan la función de plantilla de trabajo.
  • 3. Software especializado. En caso que se vayan a realizar simulaciones o bien se vaya a aplicar normas que requieran cálculos complejos, es recomendable disponer de software dedicado. Por ejemplo, es recomendable tener preparado de antemano hojas de cálculo con los datos de las sustancias a estudiar y los modelos matemáticos relevantes, de manera que el grupo de trabajo sólo deba debatir los parámetros con los que se ejecutan dichos modelos.
  • 4. Medios de proyección. Los contenidos del ordenador principal se deben poder mostrar públicamente con la finalidad de asegurar que todos los integrantes están concentrados en un mismo punto. Típicamente puede realizarse mediante proyectores portátiles y pantallas, o bien haciendo uso de salas equipas con monitores de gran tamaño.
  • 5. Pizarra. Durante las reuniones suele surgir la necesidad de resumir puntos o realizar esquemas de manera rápida con la finalidad de esclarecer los puntos que se debaten. El ejemplo típico es una representación a mano alzada de un volumen clasificado ATEX. Una pizarra en la que compartir estos esquemas es una herramienta de adecuada para éste fin.
  • 6. Medios de escritura. Deberá ponerse a disposición de los integrantes lápices o bolígrafos para toma de notas. Puede ser adecuado disponer de varios colores y escalímetros para ayudar a la representación gráfica de zonas ATEX sobre los planos físicos.

El director del grupo deberá planificar las sesiones de trabajo necesarias para completar el estudio de zonas ATEX asignando a cada sesión unas determinadas áreas del listado de emplazamientos. Se debe intentar una distribución homogénea de la dificultad de las áreas de estudio, con el propósito de que cada sesión tenga una duración parecida.

Reuniones de trabajo

Durante las reuniones de trabajo el grupo examinará metódicamente los emplazamientos asignados por el director del estudio. Se propone una pauta guiada con los siguientes pasos:

  • 1. Selección del emplazamiento de estudio. Un emplazamiento puede ser un lugar físico o una operación que tienen lugar en las instalaciones. Antes de abordar su estudio el grupo debe preguntarse si el emplazamiento es análogo o razonablemente parecido a otro que ya haya sido estudiado anteriormente por el mismo grupo. Si así fuera, puede acordarse adoptar la misma clasificación. De esta manera se alcanzan clasificaciones homogéneas para los diversos emplazamientos e la instalación que facilitan la implantación práctica y el respeto de las medidas de seguridad en campo.
  • 2. Identificación de las etapas del ciclo de funcionamiento. El grupo debe examinar cuales son las etapas del equipo u operación en los que puede haber atmósferas explosivas. Normalmente sólo existirá una única etapa relevante en cada emplazamiento, pero no es extraño hallar momentos de peligrosidad especial. Algunos ejemplos: Durante la puesta en marcha del equipo, al inicio de un proceso de inertización, en algunas operaciones de toma de muestra, e incluso determinadas operaciones de mantenimiento.
  • 3. Descripción de las condiciones normales de operación. Para cada una de las etapas del ciclo de funcionamiento el grupo debe describir cuales son los parámetros de trabajo esperables incluyendo las desviaciones que puedan ser consideradas previsibles. Se trata de definir rangos de temperatura y presión, caudales de ventilación o renovaciones de aire disponibles, existencia de inertización, orden de las operaciones, tareas manuales por parte de los trabajadores, etc. Resultar muy importante en este punto que el grupo debata acerca de las desviaciones previsibles en base al estado de las instalaciones, la experiencia de los integrantes y la información recopilada de accidentes e incidentes. Es importante dejar fuera del estudio falles catastróficos ya que se considera que no forman parte de la operación normal [3]. Los criterios que se acuerden al respecto de las desviaciones previsibles deben anotarse junto al resto de la información.
  • 4. Identificación de las fuentes de escape. Una vez las condiciones normales de operación han sido establecidas debería resultar sencillo determinar cuáles son las fuentes de escapes. Debe anotarse todas las fuentes identificadas y consensuar para cada una de ellas si se trata de un  escape continuo, primario o secundario de acuerdo a las indicaciones de la norma IEC 6007910 parte 1 y 2. Si resulta necesario realizar cálculos se realizarán en presencia del grupo mediante las herramientas informáticas previamente preparadas y consensuando las hipótesis de cálculo.
  • 5. Caracterización de la ventilación/limpieza. Si se está estudiando un emplazamiento con presencia de vapores, nieblas o polvo, el grupo consensuará si el grado de ventilación es alto, medio o bajo, así como si su disponibilidad es buena, aceptable o pobre, de acuerdo a la norma IEC 60079101. En caso de capas de polvo, se consensuará si las rutinas de limpieza pueden considerarse de nivel bueno, medio o malo, de acuerdo a la norma IEC 60079102. Nuevamente, en caso que sea necesario realizar cálculos estos se harán con la participación de los integrantes del grupo.
  • 6. Determinar los tipos de zona. Con las fuentes de escape y la ventilación/limpieza caracterizada la determinación de los tipos de zona debería resultar sencilla mediante el uso de tablas y ejemplos de las normas IEC 6007910 partes 1 y 2.
  • 7. Determinar la extensión de las zonas. La extensión puede determinarse haciendo uso de normas industriales específicas. Algunas de ellas optan por la analogía a ejemplos precalculados, haciendo que su uso en grupos de trabajo sea más simple. Otras normas proponen esquemas de cálculo que hay que preparar antes de las sesiones de trabajo.
  • 8. Superponer las clasificaciones de cada fuente de escape. Las extensiones y tipos de zona obtenidas para cada fuente de escape deben superponerse y seleccionar la más restrictiva.
  • 9. Consenso del grupo. Con la propuesta de clasificación final del emplazamiento el grupo de trabajo debe examinar de manera crítica si dicha clasificación está alineada con las políticas de seguridad y salud de la organización, así como que consecuencias tendrá para el funcionamiento diario de la instalación. El director del grupo ATEX debe intentar que los integrantes alcancen un consenso, si bien, no necesariamente la unanimidad. En caso que el consenso no se alcance, el grupo debe proponer medidas de mejora y reevaluar la clasificación bajo la consideración que esas medidas serán adoptadas. Las medidas correctoras o de mejora que se acuerden deberán formar parte de un plan de acción con fechas de cierre, presupuestos y responsables asignados.
  • 10. Representación a mano alzada de la clasificación. Resulta importante representar gráficamente sobre planos la clasificación adoptada para que todos los integrantes comprendan su alcance. Esto puede hacerse rápidamente en las sesiones de trabajo dibujando a mano alzada sobre las copias físicas de los planos, con la ayuda de un escalímetro si es necesario. Los planos que se obtengan de las sesiones de trabajo después deberán pasarse a limpio por parte de un delineante.

Para facilitar la comprensión de la metódica de trabajo, se indica en la Figura 1 un diagrama de flujo de las etapas del grupo de trabajo.

Figura 1. Diagrama de flujo de las etapas a seguir por el grupo de trabajo

Documentación y revisión final

El grupo de trabajo permite generar un documento que recoge el análisis realizado y una descripción de las zonas clasificadas. Este documento debe ser completado con planos de clasificación que permitan interpretar gráficamente que áreas de la instalación están clasificadas.

El documento principal constituye la clasificación de zonas y puede integrarse como primera parte del denominado Documento de Protección Contra Explosiones. Los resultados deben estar documentados de manera clara, permitiendo que los razonamientos realizados puedan ser examinados tanto por auditores como en futuros grupos de trabajo formados por integrantes diferentes. Aspectos tales como los disfuncionamientos previsibles considerados, las normas específicas y modelos de cálculo utilizados, y cualquier otra consideración práctica deben quedar registrados de manera inequívoca.

Una última reunión del grupo de trabajo es necesaria para revisar la documentación y expresar formalmente la aprobación final de la clasificación de zonas ATEX. En esta reunión el grupo de trabajo también aprueba el tiempo máximo de validez de la clasificación de zonas, tras el cual será necesaria una revisión.

Resultados

A lo largo 2013 el personal técnico de SGS ofreció esta metodología de trabajo a diez organizaciones interesadas en la clasificación de zonas ATEX de sus instalaciones, bien por tratarse de ampliaciones de las instalaciones existente, bien por tratarse de actualizaciones. Dos de ellas optaron por el enfoque multidisciplinar, mientras el resto argumentaron falta de tiempo y conocimientos para utilizar grupos de trabajo en la clasificación de zonas ATEX. En estos casos sí que se realizó una reunión final de revisión de los resultados, si bien los participantes en la reunión final no habían participado activamente en su elaboración. Las dos empresas que utilizaron la metodología de grupos de trabajo pertenecen al sector químico y están acostumbradas a la realización periódica de estudios HAZOP en sus instalaciones.

El primer estudio se realizó sobre una ampliación del área de producción en fase de obra, antes de la instalación de los equipos de trabajo. Durante la fase previa de recogida de información se acordó visitar la obra para observar la ubicación de los emplazamientos que serían objeto de estudio. En el grupo de trabajo participaron cinco personas: un especialista ATEX director del grupo y representantes de las áreas de producción, ingeniería, mantenimiento y seguridad en el trabajo. El estudio de completó en una única sesión de trabajo con una duración de 5 horas. Se destacan dos siguientes hallazgos:

  • Se identificaron fuentes de escape que una revisión de la documentación o entrevista con el área de seguridad y salud no hubiera relevado. Concretamente se identificaron operaciones manuales de toma de muestra que podían darse una o dos veces al año.
  • De acuerdo a la política de seguridad de la organización se acordó hacer uso del principio de blanket zoning. Consiste en extender la clasificación de zonas a toda una gran área en lugar de a pequeñas extensiones alrededor de cada equipo de trabajo. Es una sobre-clasificación de zonas ATEX intencionada y deseada, en favor de una mayor seguridad. El principio de blanket zoning difícilmente puede ser utilizado si una única persona aplica estrictamente modelos de cálculo.

El segundo estudio consistió en la revisión completa de la clasificación de zonas ATEX de una planta química existente. El estudio inicial había quedado obsoleto y no reflejaba cambios que habían tenido lugar desde su realización. La planta dispone de área de descarga de camiones cisterna, un parque de tanques de líquidos inflamables, un almacén exterior de materia prima en contenedores, dos edificios de producción, una área de tratamiento de vapores, una área de tratamiento de corrientes residuales, un almacén de producto acabado, instalaciones de gas natural y aceite térmico, y otras pequeñas instalaciones auxiliares que hacen uso de inflamables. Durante la fase previa de recogida de información se acordó visitar los emplazamientos que serían objeto de estudio. En el grupo de trabajo participaron 8 personas: el jefe de planta y los responsables de las áreas de producción, ingeniería, mantenimiento, logística, calidad y EHS (Environtment, Health & Safety), junto al director ATEX. Se realizó una sesión introductoria para la homogeneización de conocimientos en materia de atmósferas explosivas. A continuación fueron necesarias tres sesiones de 4 h de duración de las que destacan los siguientes hallazgos:

  • Se identificaron emplazamientos, etapas del ciclo de operación y fuentes de escape que una revisión de la documentación o visita de la instalación no hubiera revelado. Concretamente se identificaron etapas de operación en las que no se disponía de inertización en el interior de algunos equipos y algunas operaciones de mantenimiento que suponían una fuente de escape.
  • En base a la experiencia de los representantes de las diversas áreas se determinaron  disfuncionamientos previsibles diferentes a los planteados en el estudio original. Como resultado, algunas áreas se clasificaron de manera menos restrictiva, mientras que otras que hasta el momento se consideraban desclasificadas pasaron a clasificarse como zonas ATEX.
  • En el área de logística se identificaron prácticas poco seguras que conducían a una clasificación de zonas que dificultaba las operaciones habituales. Se acordó adoptar medidas correctoras, técnicas y organizativas, que suponían tanto una mejora operativa como la reducción de las zonas clasificadas en dicha área.

En ambos estudios se observó que el ritmo de trabajo es creciente. Al inicio los participantes parecen sentirse inseguros y es frecuente debatir reiteradamente sobre los mismos puntos. El debate se centra especialmente en la consideración de las fuentes de escape como primarias o secundarias, así como dónde se sitúa el límite entre los disfuncionamientos previsibles y los fallos catastróficos. A medida que se van completando emplazamientos el grupo asumen criterios comunes y se agiliza el análisis. Por otro lado, cuanto más se avanza se dispone de mayor cantidad de clasificaciones consensuadas que se reutilizan directamente.

Conclusiones

La metodología de trabajo en grupo para la clasificación de zonas ATEX ha permitido realizar un mejor análisis de las áreas con riesgo de explosión y de la gestión preventiva que del análisis se deriva. En concreto:

  • 1. Se identifica con mayor facilidad los disfuncionamientos previsibles y las fuentes de escape que pueden dar lugar a atmósferas explosivas.
  • 2. El análisis es más exhaustivo y se estudian más emplazamientos de los que se detectarían en una revisión documental de proyecto o una visita de las instalaciones.
  • 3. La extensión de las áreas clasificadas suele ser más homogénea y fácil de respetar en campo, ya que el grupo tiene tendencia a sobreclasificar por motivos de seguridad y practicidad de implantación.
  • 4. Se establecen criterios internos en materia de atmósferas explosivas por iniciativa propia de los integrantes de la organización, contribuyendo a una mejor cultura preventiva y facilitando la implantación de las medidas correctoras.

Referencias Bibliográficas

  • 1. Dunjó, J. (2010) New trends for conducting hazard & operability (HAZOP) studies in continuous chemical processes. ISBN: 9788469316986
  • 2. Gould, G.W. (1995) A methodology for hazard identification on EER assessment. ISBN: 0717609685
  • 3. International Electrotechnical Commission (2008) IEC 60079101. Explosive atmospheres Part 101: Classification of areas Explosive gas atmospheres. ISBN: 9782889100439
  • 4. International Electrotechnical Commission (2009) IEC 60079101. Explosive atmospheres Part 102: Classification of areas Combustible dust atmospheres. ISBN: 9782889100446
  • 5. International Electrotechnical Commission (2013) IEC 60079101. Explosive atmospheres Part 14: Electrical installations design, selection and erection. ISBN: 97828832212769
  • 6. International Electrotechnical Commission (2013) IEC 60079101. Explosive atmospheres Part 17: Electrical installations inspection and maintenance. ISBN: 9782832211939
  • 7. International Electrotechnical Commission (2009) IEC 60079101. Explosive atmospheres Part 19: Equipment repair, overhaul and reclamation. ISBN: 9782889122592